So... this is love?

VI

—Buenos días sol, buenos días almohada, buenos días José y buenos días bolsa negra que está siendo arrastrada por José dejando un rastro rojo por donde pasa... espera ¿qué?

—Bueno, ya que lo viste me temo que tengo que pedirte ayuda— el rostro del menor se iluminó con una pequeña sonrisa llena de malicia que hizo preocupar a Aquamarine por la situación tan vulnerable en la que se encontraba— verás, se rompieron todos los frascos de cerezas y fresas en almíbar que le iba a regalar a un amigo por su cumpleaños  y aproveche para sacar la basura aunque dejé un mugrero.

—Ah sí, yo te ayudo pero no hagas eso por favor que me asustas y yo creí que  bueno... casi me orino.

—No me mientas, te measte.

—Definitivamente me orine.

—Creo que la primera impresión que te dí o fue muy linda o fue muy mala, jeje.

—No me hables así B R O — le dijo Aqua a su menor — porque si me hablas así  siento que me están ligando y no es así.

—Pues quien sabe.

—¿Dios?— pensó mientras miraba el techo.

No encontraba una explicación al comportamiento tan dulce y amable del castaño, claro que como estudiante de neurobiología siempre buscaría el lado más lógico del comportamiento humano incluyendo hasta el mas mínimo detalle en este; la nobleza del joven le hacía cuestionarse si este era demasiado bondadoso o demasiado ingenuo como para dejar que un hombre desconocido entrara a su hogar despues de haberlo encontrado golpeado por vaya a saber Tezcatlipoca quién, mientras mas pensaba sobre el asunto más ilógico parecía todo; definitivamente empezaba a pensar que se había despertado en una realidad alterna en donde él era T/N y estaba viviendo en alguna clase de fanfic pedorro en watppad o una plataforma de esas que usan los adolescentes para leer y escribir pendejadas como "Jesús de Nazareth x Judas Iscariote (lemmon)" o "La nueva sirvienta (bts x t/n)" —Maldita T/N como te envidio porque tu sí pudiste darte a Wonho y yo no— repitió para si mismo — Si la maricona de Aileen estuviera aquí ya hubiera dicho alguna estupidez— los pensamientos del hombre de cabello oscuro a veces eran tan estupidos como los de un adolescente promedio.

—Cierto, debo preguntarte el ¿por qué alguien cómo tu terminó involucrado en una situación como esa?

—Es algo complicado, pero digamos que defendí a una amiga y por eso quedé así.

—Lo veo, fue un gesto caballeroso de tu parte.

—Así soy yo, deberían ponerme un altar por lo bueno que soy.

—Yo también merezco uno por ser tu salvador digo...

—Me agrada tu actitud, es casi tan perfecta como la mía.

Pese a lo extraño que pudiera parecer ante los ojos de cualquiera la conexión de ambos había sido casi inmediata, era refrescante para José conocer a alguien tan expresivo como Aquamarine y viceversa; la seriedad y elegancia con la que José se dirigía y la lengua suelta de la piedrita.
Ambos limpiaron el desastre de la alacena hasta dejarla impecable entre una conversación amena y un poco de música que el menor puso como ruido de fondo, ambiente que se vió interrumpido por los pasos de una persona llegando hacía donde se encontraban.

—Buenos días señor José, perdone la tardanza pero es que había muchísimo tráfico y no alcance transporte.

—Hola Gerardo, el es Aquamarine un amigo mío, Aqua el es Gerardo— presentó a cada uno respectivamente.

—Buenos días— saludó el mayor por cortesía.

—Buenos días, joven... Señor no sabía que tenía visita de haber sabido ayer hubiera hecho limpieza completa, que pena.