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Es increíble como las personas perciben el mundo y como cada cabeza es uno.

La lluvia caía suavemente sobre el cuerpo del joven que caminaba con prisa hacía su auto. Amaba el olor que desprendía la tierra al entrar en contacto con el agua y sobre todo amaba trabajar en aquella zona que le permitía ir al laboratorio o a su casa y viceversa sin tener que atravesar por embotellamientos o tener que cruzar toda la ciudad.
Llevar una vida tranquila se había convertido en un sueño que anhelaba desde los 3 años; edad en la que fue sometido a diversas pruebas que confirmaron su inteligencia, algo que para sus padres, ambos doctores en psiquiatría y neurobiología, terminó resultando en su máximo logro y orgullo. Aquamarine o solo Aqua —como lo llamaban sus amigos — siempre terminaba siendo el centro de atención de una u otra manera y con basta razón, pues todos recordaban el rostro que le había otorgado su primer premio Nobel en química a su universidad; rostro que además era recordado por sus facciones que si bien eran "comunes"  se hacían destacar por la hermosa sonrisa que siempre emitía o en ocasiones por la expresión de fastidio que denotaba su enojo.

— ¡Piedrita! — lo llamó una voz femenina.

— Piedra la que te voy a aventar en el hocico si me sigues llamando así — respondió con confianza al saber que aquella voz era la de su enfadosa y amada amiga.

— ¡Te llamas Aquamarine, tienes el nombre de una piedra! ¿Lo ves? ¡Piedrita! — respondió energéticamente cómo era costumbre.

— Idiota — contestó mientras le quitaba el paraguas a su amiga.

— Imbécil, ¿no ves que me puedo enfermar?— se defendió al sentir que su sombrilla era arrebatada de sus manos.

— Si me da una neumonía y me muero, será una perdida mundial, si tú te mueres no importa — señalaba egocéntrico.

—  Mimimimimimi, es todo lo que escucho.

Aqua sonrió ante la actitud infantil e hiperactiva de su amiga — que siempre parecía perrito emocionado según sus palabras —  y le ofreció parte del paraguas que le había quitado antes así que ambos caminaban por el campus de la universidad en la que ambos trabajaban como profesores.

— Por cierto piedrita, también vas rumbo al laboratorio ¿verdad?

— Sí, Damián me habló parece que es urgente.

— Por favor, que Aileen no haya echado a volar todo el laboratorio — se preocupó el joven.

— Nah, esos dos son muy inteligentes. Me sorprende que se hayan graduado tan rápido.

— Y con honores — recalcó con orgullo.

Ambos caminaban bajo la lluvia con la misma complicidad de dos pequeños haciendo travesuras, él procuraba no empaparse más y ella solo se burlaba de él porque " parecía perro mojado " hasta que reaccionó que iban camino al estacionamiento.

— Vamos juntos — sugirió él al llegar, señalando su auto.

— ¿Y si mejor nos vamos en el mío? — dijo refiriéndose a su mini Cooper.

¿Por qué no vamos en el mío?

— Es que me hace sentir aún más pobre.

— Está bien, pero yo conduzco... jamás en mi vida me subiría a algo que tú manejes. Eres una maniática, Marine.

— Da igual, pero ya vámonos qué quiero ir a casa a ver a gomitas — ella se refería a su perro french poodle que amaba con su ser entero.

— Sí, después de eso vamos a ver a gomitas, te amo gomitas— se entusiasmó.

Ambos subieron al auto, Quartz — cómo le apodaban a Marine— se encargó de poner la música que ambos disfrutaban.
El ambiente era tan tranquilo y relajado que ambos olvidaron que iban camino a una urgencia de trabajo que podría terminar en un desastre si era grave. Al llegar, se encontraron con sus asistentes Aileen y Demián; dos personas aún más jóvenes de cabello oscuro, estatura media, ambos con anteojos y con un rostro simétrico que provocaba la ternura de sus mayores pues solían ser muy expresivos.

— Señor Aqua, Quartz. Tenemos que decirles algo — dijo la chica y el semblante de los mayores cambió al ver el cumulo de hojas que sus asistentes les ofrecían.

— Aileen, ¿de cuando es este artículo? — preguntó Marine.

— Es de hace 17 horas, pero la traducción salió hace dos — contestó Demian.

— Si este artículo es fidedigno entonces podría...— susurró el jóven de negros cabellos.

— ¡Piedrita!¡Esto significa que!..

So... this is love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora