#Soft
|240 palabrasCraig maldijo al viento huracanado que azotaba South Park ese día, arrebatándole el paraguas de las manos. Se quedó completamente empapado en cuestión de segundos, jurando que se resfriaría de una vez por todas.
Corrió a refugiarse bajo el toldo de la parada de autobuses, pero su mal humor no hizo sino crecer al ver que Tweek se acercaba a él, empapado de arriba abajo.
"¡Lo siento tanto Craig!" -dijo Tweek entre jadeos-. "El viento se llevó mi paraguas al cruzar la calle. ¡No pude evitar mojarme!"
Craig bufó, aunque no pudo evitar que su enfado se suavizara al ver la expresión desgastada de Tweek. Siempre había sido tan vulnerable... y por alguna razón, también eso le resultaba terriblemente encantador.
"Déjalo. Ya estoy completamente mojado de todas formas", gruñó Craig, apartando la vista.
Tweek sonrió, aliviado, temblando bajo la fría lluvia que les azotaba. "¿Q-quieres q-que te lleve a mi casa para calentarte? Mis padres no están y podremos secar nuestra ropa".
Craig levantó las cejas, sorprendido ante la propuesta, aunque no pudo negarse al ruboroso sonrojo que se apoderó de sus mejillas al pensar en ello.
"¿Estás seguro de que no te importará que ensucie tu casa?" preguntó con cautela. Tweek negó enérgicamente con la cabeza.
"¡Por supuesto que no! ¡Eres Craig, mi Craig!" exclamó.
Una sonrisa tímida se dibujó en los labios de Craig. Quizás aquella lluviosa jornada no resulto ser tan desastrosa después de todo.