𝐓𝐡𝐞 𝐠𝐮𝐢𝐨𝐧𝐢𝐬𝐭; 𝐄𝐧𝐳𝐨 𝐕𝐨𝐠𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐜/ 𝐌𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬 𝐑𝐞𝐜𝐚𝐥𝐭.

𝓬.𝟎𝟎𝟖

VIII: Cada día más cerca.

Los tres chicos habían estado aproximados una hora en el departamento de Eva, compartieron risas y algunas anécdotas del set, Eva incluso casi olvidó al chico encerrado dentro de su habitación.

Los primeros en irse fueron Agustín y Blas de alguna manera ahora estaban a un par de metros de su nuevo hogar.

Enzo se quedó en la puerta un par de minutos más, charlando con ella.

—¿Sabes que contas conmigo para lo que necesites?— Cuestiona Enzo hundiéndose en el Azul de los ojos de la morena.

—Muchas gracias por todo lo que has hecho por mí— Enzo la observo, con una simpatía que le derritió el corazón.

—Para lo que necesites y nada, si necesitas charlar o un poco de azúcar, sabes dónde encontrarme— Una sonrisa encantadora se dibuja en el rostro del hombre un par de años mayor, para luego desaparecer por el pasillo en rumbo a su nuevo departamento.

¿Cuantos estarían viviendo ahí? El cast en general suele ser bastante unido.

La chica soltó un suspiro aliviada cuando por fin cerró la puerta, no podía creer lo que acababa de suceder. Demasiado había pasado en muy poco tiempo.  La mujer no siguió alimentando sus pensamientos ansiosos por la noticia y comenzó a caminar con dirección a su habitación, en donde Matías había estado extrañamente demasiado silencioso durante una hora completa.

—Puedes contar conmigo para lo que necesites— Repite las palabras de su compañero en un tono burlesco en cuanto la chica abre la puerta. Su semblante parece tenso en cuanto la chica entra a la habitación pero casi de inmediato se convierte en una risa que no puede contener. Se hacia el molesto, con la intención de boludearla.

—¿Qué? ¿Te pones celoso?— Cuestiona ella divertida por la acción de matías. Pensando en el fondo de su subconsciente hacía donde los llevaría este barranco de emociones al cual se estaban aproximando.

¿Caerían por el juntos o serían capaces de retroceder para no caer?

—Yy un poco pero no importa— Responde acercándose—¿Sabes por qué?— Cuestiona el chico.

—¿Por qué no importa Mati?— Pregunta la morena observando su semblante coqueto con una sonrisa perfecta.

Su sonrisa parecía disipar cualquier preocupación que pasara por su cabeza y sus besos acallaban cada pensamiento.

—Porque soy yo quien te tiene así— Sus manos encuentran la cintura de Eva, para luego acorralarla contra la pared más cercana de la habitación.

Antes de que la morena pudiera responder a su movimiento, el selló sus labios con un beso. Un beso húmedo, lleno de pura excitación por la cercanía del cuerpo de la mujer.

Matías era un hombre bastante experto en lo que hacía, pues rápidamente lograba que Eva perdiera el control de su parte racional... La cual cerca de él no funcionaba, para nada, se apagaba por completo.

Su agarre se hacía más fuerte a medida que se besaban.

Ahora Eva era quien hundía sus dedos en el cabello del hombre, notando como le encantaba que tirase de él ligeramente.