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Era una tarde fría y escandalosa en Nueva York, las calles llenas de bullicio producido por las sombras alegres venideras. La ciudad era un caos últimamente, las bandas criminales eran de lo más normal desde hace ya algo de tiempo debido al aumento de crímenes que llegó de un día para otro gracias a la desaparición de ciertos héroes que cuidaban de los neoyorquinos.
Aquí es el presente que nos tocó vivir.—Buenas noches, esta hablando al servicio de ayuda de Easi, la telefonía e internet neoyorquina líder, mi nombre es Donatello. ¿En que le puedo servir?— con un tono cansado arrastrando las palabras se encontraba una tortuga con bandana morada sentada en su escritorio rodeado de múltiples pantallas.
Ese nunca fue su trabajo soñado, ni siquiera se imaginó teniendo un trabajo, es decir, ¡eran ninjas!, su único trabajo era combatir contra el crimen... pero los cambios vienen y van, así que en este momento se encontraba en su rutina de hace ya varios meses.
—Si, como le dije, deme un segundo y veré desde mi servidor cuál es la falla de su señal de inter-... — fue interrumpido por 3er vez
—¡Ya te dije que es su mal servicio, no para de irse la señal!— aquel hombre de mediana edad, voz ronca y malhumorado gritaba por la bocina— tú y tu internet se pueden ir a-...—
—Perfecto señor, entonces para finalizar la llamada, ¿Podría responder una encuesta de satisfacción sobre nuestros servicios y su servidor que lo atendió?— dijo Donatello fingiendo tranquilidad intentando no insultar a aquel cliente.
—Púdrete — el hombre arisco escupió esas palabras para colgar inmediatamente, algo que en el fondo le alivió a la tortuga.
Se dejó caer en su respaldo cerrando los ojos con cansancio quitando sus audífonos de diadema y su micrófono; odiaba mucho su empleo, odiaba convivir con las personas, odiaba tener que fingir que las cosas estaban bien y que su "nueva normalidad" era algo que aceptaba.
Unos ruidos poco a poco lo traían de vuelta a su realidad, aquel azote de metal de la compuerta de su hogar y ruedas desgastadas a toda velocidad le hicieron alejar aquella bola de pensamientos que rodeaban su mente.—Ugh viejo, ¿Otro día pesado?— decía su hermano de banda anaranjada suspirando con cansancio, sus pisadas pausadas se escucharon por toda la alcantarilla, retumbaron por fuera de la sala donde era la "oficina" de Donatello.
—Se ve que no tan pesado como el tuyo— dio un giro a sus silla para ver a un Miguel Ángel cansado dejando de lado la cabeza de su botarga que irónicamente era tortuga— Hoy lograste sobrevivir, ¿eh?— intentó no reír después de ver cómo su hermano de forma dramática se lanzaba al sofá color mostaza tirando unas cajas de pizza vacías que habían dejado ahí de la cena de anoche.
—¡Hoy hubo pistolas de dardos!— gritó con dolor Mikey recibiendo un "auch" por parte de Donnie— ¡No entiendo como los humanos pequeños no puede controlarse!, ¡Son groseros y maleducados!— hizo una pausa recordando como cada niño de la fiesta creyó que sería una buena idea emboscar a la botarga de cumpleaños — Pero sus padres son los peores, ¡Nunca les dijeron nada!— lloriqueo el de naranja mientras cerraba sus ojos cansado.
Un suspiro de ambos empezó un gran silencio, de esos silencios que decían más que una conversación.
Esos silencios que mostraban lo agotados que estaban, sus músculos eran más perezosos, sus rutinas no les permitían ejercitar y en sus momentos libres estaban lo suficientemente cansados como para solo comer pizza o quizás comida china.
Estaban perdiéndose.
—Peeeeeeeero— llamó la atención de aquella tortuga ojerosa de morado— la paga lo vale— dijo riendo sacando un fajo de billetes, se veía que ser botarga dejaba bastante bien, este gesto subió el ánimo de Donatello— Yo invito la cena hoy, levantaré a Rafa para que cenemos todos juntos—.
De un salto se levantó Mikey dando una pequeña pausa
—¿Vienes?— volteo el hermano menor a la silla donde estaba Donnie
El de morado estaba por gesticular una respuesta, sin embargo, justo en ese momento entró una llamada al teléfono de Donatello
Él dudó
Estaba cansado de la anterior llamada, vaciló en tomarla, así que volteó a ver a su hermano de naranja
—Descuida hermano, iré yo solo, alguien tiene que seguir ayudando a las personas en esta familia... — se dió la vuelta Miguel Ángel, algo en sus palabras dolía, ambos sentían la misma impotencia por no seguir con sus viejas vidas
—Vale, avísame cuando el perezoso quiera levantarse, lleva en cama todo el día, no me agrada que salga en las madrugadas pero que se le va a hacer— dijo con algo de decepción a Mikey mientras volteaba su silla de regreso mirando sus pantallas.
Dirigió su mirada a aquel rastreador de llamadas que geolocalizaba cada cliente para hacer su trabajo más rápido, obviamente él no se perdería la oportunidad de seguir inventando e intentar mejorar cualquier pequeño aspecto que aún estuviera bajo su control (aunque eso significará que no fuera tan legal).
Se puso sus audífonos de diadema
El tono sigue sonando
Remoja sus labios con su lengua
Contesta
—Buenas noches, esta hablando al servicio de ayuda de Easi, la telefonía e internet neoyorquina líder, mi nombre es Donatello, ¿En que le puedo servir?— dijo Donatello un poco más animado gracias a su hermano
Y ahí fue
—B-buenas tardes, bueno... casi noches, ¿Qué día no? Jaja...—
Una voz algo chillona, los nervios le juegan en contra, algo que le causa cierta gracia a Donatello, él notó que era de sus primeras veces hablando sola debido a sus palabras torpes.
El crepúsculo comenzaba, miró a los últimos rayos de sol colarse traviesos por las rendijas de las coladeras mientras el silencio en la llamada le hacía aún más gracia, era obvio que no sabía qué más decir la mujer del teléfono.
Quizás sería una última llamada interesante del día
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Cortito, lo sé, pero espero lo hayan disfrutado, ya ando inspiradx para el siguiente 💞💞
Que tengan bonito día🤍🐢Tooko🐢
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¿ᴇɴ ϙᴜᴇ́ ʟᴇ ᴘᴜᴇᴅᴏ ᴀʏᴜᴅᴀʀ? [Donatello2007xTú]
RomanceLa monótona vida citadina abruma a Donatello, después de la separación de Leonardo del equipo ha dividido y bajado el humor de los hermanos Hamato. Entre la pesadez del día a día, Donatello conocerá a una dulce extraña por teléfono... ¿Será acaso es...