Cap 9: La misión

117 5 2
                                    


La idea de esta misión es que no nos descubran antes de tiempo, por lo que Santiago saca un equipamiento para abrir la puerta y así poder entrar sigilosamente.

Una vez la puerta ya está abierta, yo voy delante en cuanto que Ian y Santiago van detrás de mí.

Tengo que admitir que esta casa es muy bonita. Es de un estilo rústico, nada muy moderno.

Cuando cruzamos el pasillo, nos encontramos con 3 hombres armados. Nos escondemos detrás de la pared para planificar el siguiente ataque.

- Vale, haremos lo siguiente, Ian en tu chaleco tienes bombas de humo, tiras una delante de esos gorilas y, en el momento en que la visión sea nula, Santiago atacas el de la derecha y yo me encargo del de la izquierda.

- Entendido.

Ian saca la bomba de humo de su chaleco y, una vez recibida mi orden, la lanza hacia delante.

Santiago rápidamente ataca el suyo y yo ataco el mío.

- Hola, muñeca, ¿sabes que este no es un buen lugar para chicas como tú? —dice.

- ¿A no? Y según tú, cuál es mi lugar —le digo con una media sonrisa.

- En mi cama - dice con cara de asqueroso.

No le doy ni un minuto más cuando ya le he lanzado un gancho que le deja medio desubicado. Seguido de ese, le doy unos cuantos más hasta que veo que se cae al suelo con la mano en la nariz.

- ¿Sabes cuál es tu lugar? En el infierno. - acabo por darle una patada en la cara y dejarlo noqueado.

Al darme media vuelta, veo que Santiago ya ha acabado con el otro, con lo que rápidamente nos ponemos nuevamente en marcha.

- Estaba por reventarle la cara, pero por lo visto mi chica ha podido sola y encima me ha dejado caliente - dice Ian con una sonrisa en la cara mientras me coge la mano y la pone encima de su paquete.

- Pues tendremos que ocuparnos de eso cuando lleguemos a casa - le digo con una sonrisa coqueta.

- Chicos, entiendo que ahora tengáis ganas de hacer otra cosa, pero primero tenemos que centrarnos en nuestra misión, luego podréis hacer lo que queráis.

Dicho esto, continuamos nuestro camino. En poco tiempo llegamos al salón principal donde nos encontramos con la otra mitad del equipo, pero no solo nos encontramos con ellos, sino que también nos encontramos con otros gorilas de seguridad custodiando la puerta.

Mientras nosotros nos encargábamos de los de seguridad, Hugo se debatió entre sí ayudarnos o abrir la puerta, pues esta estaba cerrada a llave. Parecía tener una batalla interna, pero finalmente se decantó por abrir la puerta.
En cuanto a eso, cada uno de nosotros estaba peleando por lo menos con 2 personas.

Los que me tocaron a mí eran bastante fuertes, pero no usaban la cabeza a la hora de pelear cuerpo a cuerpo, pues mientras uno me atacaba por delante, el otro me atacaba por detrás. En algún momento vi un golpe volar hacia mi dirección y sin pensarlo mucho me agaché, ocasionando que ese impacto fuera dirigido hacia su compañero que cayó inmediatamente al suelo inconsciente.

- Perfecto, uno menos - dije con una sonrisa mirando al que quedaba en pie.

- Este, sin esperar mucho más, sacó un cuchillo de la parte trasera de su pantalón y vino hacia mi dirección con intenciones de clavarlo en mi abdomen. Rápidamente, lo esquivé y le di un golpe en sus costillas. Este, con dificultad, se levantó del suelo.

- Buen viaje - y después de eso solo se escucha un disparo atravesándole la cabeza.

Cuando veo que está muerto, me giro para mirar el resto y ver que ya habían acabado con los otros.

Una vez entramos por la puerta, vemos a nadie más y a nadie menos que el hombre que se hace llamar la mano derecha. Este no parecía estar en sus 5 sentidos.

- Parece drogado - dice Santiago.

- Lo está - digo una vez que veo la raya de cocaína a medias encima de la mesa en el centro de la habitación.

- Bueno, pues nos lo tendremos que llevar para poder interrogarlo - dice esta vez Elena.

- En marcha

Entre Santiago y Ian cogen cada uno de un brazo y lo llevan como pueden mientras nosotros vamos delante para asegurarnos de que no aparezca ningún guardia.

.........................................

Acabamos de llegar a casa, tenemos al hombre en una habitación en el garaje que sirve para hacer interrogatorios.

Entre todos hemos decidido dejar el interrogatorio para mañana una vez que este no está en condiciones para darnos respuestas coherentes.

Mientras hacemos la cena para después irnos a dormir, porque mañana tenemos que ir a la universidad y llegar temprano a casa.

........................................

Ya nos encontrábamos cada uno en su habitación. En mi caso, yo estaba en el baño duchándome cuando aparece Ian por la puerta solo en bóxer.

- Creo que tú y yo teníamos una cosa pendiente.

- ¿A sí?, no lo recuerdo - digo con una sonrisa, enrollándome con una toalla.

- ¿Quieres que te lo recuerde? - dice este acorralándome en la pared.

- Estaría bien - digo pasando mis brazos por su cuello.

Este, sin perder más tiempo, pone una mano en el cuello y me besa apasionadamente mientras poco a poco me quita la toalla.

El resto podéis imaginar qué pasó.

Luego de eso, nos acostamos en la cama y hablamos un poco hasta que caí profundamente dormida.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 25, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

De popular a militar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora