Capítulo 12.

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Camille:

Desde ese día, evitamos el tema. No pienso alejarme de él, así que renunciaré a ese sueño. Puedo vivir feliz siendo solo él y yo. Es decir... siempre quise ser mamá, pero a él lo amo y puedo sacrificar eso por un nosotros. 

A veces creo que en realidad, él también quiere hijos, pero el miedo a que hereden la licantropía es mayor al deseo. Si se viera como yo lo veo, si tuviera una idea de que es mucho mejor persona que la mayoría, a pesar de lo que él llama su problema. 

Ya había pasado otro mes más y teníamos las vacaciones de navidad en una semana. Había quedado que las pasaba con los Potter, así que avisé a mi familia que iría de unos amigos, por suerte, ellos no pidieron muchas explicaciones.

Después de la navidad, iríamos a la casa de Remus que le quedó de cuando sus padres murieron. Quería conocer esa parte de él también, no sé como hacer para que entienda que me gusta en todas sus facetas.

Le había comprado un regalo de navidad a todos, porque no me gusta ir con las manos vacías, sé que a James le gusta el quidditch, le compré el último set que salió del equipo que le gusta, con lo cual me ayudó Lilly porque yo ni idea. A ella le compré mucha ropa, me gusta su estilo y vi unos vestidos que sé que le quedarán de maravilla, es una mujer hermosa realmente, me encantaría llegar a esa edad y lucir así de bien.

A Sirius le compré una chaqueta nueva de cuero, según James es lo único que le hace feliz, a Harry le regalé muchos dulces y un vale para la tienda de Quidditch, porque no sé que lo deja tener Lilly, así no hay problemas. A Lucille le compré unos vestidos que me volvieron loca y una muñeca nueva. Y para el que viene en camino, que todavía no se sabe que es, compré de todo, porque me encantan los bebés. Llevo mudas de ropa en colores pasteles, algunos pijamas de invierno en diferentes talles de personajes de Disney, pañales, mamaderas, chupetes, sonajeros, toallas, guantes, gorritos, medias, hasta cancanes llevo porque son tan lindos.

A Remus es al que más cosas le regalo obviamente, o creo que compite con el bebé. Le compré tres juegos de trajes como los que le gustan a él, dos capas, mucho chocolate porque sé que lo ama, libros que tiene anotados en una lista que dice por comprar, él no sabe que la encontré.

He guardado todos los regalos en mi bolso con el hechizo de expansión. También compré vino para llevar esa noche y muchos dulces muggles, porque en casa acostumbramos a comer golosinas para las fiestas.

Ahora estaba haciendo mi ronda de prefecta con mi primo, nos quedaban dos pisos enteros todavía y ya era muy tarde. Se nos fue el tiempo hablando o distrayéndonos con cada cuadro que vemos, porque Hogwarts es hermoso realmente. Cuando no estoy con Remus, me la paso conociendo lugares o disfrutando de los que me gustan.

-Oye nos separemos - dijo Mat cansado - ve al piso 6, yo hago todo el 5.

-Mhm bueno dale - dije sin darle importancia. Comencé a subir al piso 6, nunca había nadie allí pero había que dar una vuelta si o si. Estaba distraída cuando unas manos me tomaron y me metieron a un aula, iba a gritar pero vi que era Remus que estaba sonriendo.

-Hola hermosa - dijo besando mis labios. 

-Hola profesor - dije riendo -, ¿Así trata a sus alumnas? 

-A usted solamente - me dijo riendo. 

-Bueno... yo solo dejo que usted haga esto así que estamos a mano - dije besando sus labios.

-Sabes siempre quise hacerlo en un aula a la noche- me dijo.

-Bueno podemos cumplir eso profesor - dije mientras me tiraba a besarlo, me subió a una de las mesas del aula, su lengua competía con la mía, nuestras bocas se movían en sincronía, éramos tan perfectos juntos, nos complementábamos. Comenzó a abrir su pantalón y yo corrí mis bragas. Me embistió rápido logrando sacar gemidos de mi boca y de la suya, me besó, su lengua me recorrió entera mientras lo seguíamos haciendo, una de sus manos se metió en mi camisa para masajear mis pechos, por favor, como me encanta que toque mis pezones, siempre están duros por él. Sentí como mis piernas empezaron a temblar y cuando lo notó, aceleró el ritmo logrando que me venga en cuestión de unos segundos más, él se vino detrás mío. Podía acostumbrarme a estos encuentros en las aulas vacías, me encantaba cuando teníamos poco tiempo y había que hacerlo más rápido. 

-Camille - me dijo mientras me acomodaba el pelo -, no sé que haré con las ganas que tengo de estar contigo, no cesan.

-Ojalá no lo hagan, porque me encanta estar contigo - dije acariciando su cara. Luego me ayudó a acomodarme y a limpiarme, mientras salíamos del aula. Me acompañó mientras me contaba de pasajes secretos que él sabía por sus amigos, cuando llegamos a donde estaba Mat se despidió dándome un corto beso en los labios, a lo que mi primo rodó los ojos y dijo que le daba asco lo cursi que éramos.

Listo ahora puedo ir a soñar con él tranquila. 

Siempre - Remus Lupin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora