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Jungkook.
Es un pequeño gatito astuto.
Normalmente los mentirosos me hacen enojar mucho, pero los mentirosos no suelen parecerse a Yoongi.
No suelen tener ojos que hagan que mi estómago se sienta muy raro.
Con un gruñido bajo, froto el área, pero no se disipa. En vez de enfadarme, siento curiosidad. Por saber qué lo obliga a mentir. Para saber por qué ha venido aquí a jugar a disfrazarse y a pedir usar el teléfono. Conozco poco a los chicos jóvenes, pero sospecho que no van a lugares con teléfonos casi muertos. Hay inteligencia en las respuestas de Yoongi, desafío de sus ojos, y no creo que sea tan estúpido como para dejar su casa vestido de esa manera sin la red de seguridad de un teléfono. O un hombre que lo proteja.
Un rugido se acumula en mi garganta tan repentinamente, que me sacude hasta los dedos de los pies.
—¿Tienes un hombre?
Gruño la pregunta, pisando hacia él. Moviéndome en su dirección de la misma manera que me muevo hacia un oponente. Con un propósito estricto. Pero no quiero hacer sangrar a este chico. Quiero...
Quiero hacer cosas que nunca antes he estado tentado de hacer.
Cosas que no puedo hacer esta noche de todas las noches.
—N-No… —Susurra, dando dos pasos atrás. —Ningún hombre. No técnicamente.
Casi lo alcanzo y mi polla está palpitando. Furioso en mis pantalones cortos. ¿Qué me ha hecho él, este gatito escurridizo? ¿Qué significa eso? ¿Técnicamente no tienes un hombre? Esto no tiene sentido.
—Bien. —Sus tetas se están burlando de mi, se tensan en el escote de su vestido. Quiero tirar del corpiño y pellizcarlas. Chuparlas. —Hay un hombre que quiere casarse conmigo.
—Deja de alejarte de mi, kotik. Te caerás en esos zapatos. —Chasqueo, agarrando su codo, maravillado por la suavidad de su brazo, pasando mi pulgar por el hueco con un sonido áspero y asombrado. —Y nyet¹, no te casarás con un tonto.
Parece que le cuesta mucho respirar. ¿Es por qué estoy de pie tan cerca, obligándolo a mirarme? ¿También siente estos... impulsos?
—¿Por qué es un tonto?
—Dijiste que quiere casarse contigo. ¿Y aun así no lo ha conseguido? —Subo las palmas de las manos por el exterior de sus brazos, a través de sus hombros y en su pelo color miel. Parece que no puedo dejar de tocarlo, aunque me deberían disparar por hacerlo con las manos cubiertas de suciedad. —No seria tan complaciente, Yoongi.