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Jungkook

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Jungkook.

Estoy enfadado.



Herido, también. Confundido.



Excitado.



Oh si, definitivamente estoy así.



Hay algo que está pasando dentro de mí. Los engranajes giran, apretando mis nervios, apretados como un arco. Este hombre trató de llevarse a mi chico. Pero él es mío. Y debo mostrarle esto. Me está dando una forma de hacerlo. Aquí y ahora. Para resolver esto de la manera en que los animales lo hacen en la naturaleza.



El macho más fuerte reclama su pareja. Su reino.



Todos observan y entienden que no debe ser puesto a prueba.



Está mal. Es oscuro.



Pero no se puede negar que es lo que necesito.



Reacomodar la cara de Banner obviamente no funcionó.



Aun así vino por mi chico.



¿Quizás piensa que no puedo satisfacer a un chico perfecto como Yoongi?



¿Quizás es escéptico de que el abra sus delicadas piernas para mi voluntariamente?



¿Que mi afirmación no es válida?



Un gruñido captura mi labio superior y me encuentro caminando con Yoongi hacia una mesa redonda a la altura de la cintura, nuestras bocas aún encerradas en un beso. La diversión de Banner se está transformando en irritación y eso me gusta. Quiero ver más de eso.



Y Dios, más que nada, quiero mi polla dentro de él. Ahora. La necesidad es urgente.



Reclámalo. Reclámalo.



La mano de Yoongi me atraviesa los pantalones, sus gemidos son tragados por mi boca, pero cuando llegamos a la mesa, rompo él beso y lo hago girar. Presiona su cara sobre la superficie y me abre el cierre de los pantalones, vigilando de cerca al hombre del otro lado de la habitación, mientras que también desea los montones flexibles de su culo, la forma en que araña la mesa con excitación, sus lados se agitan. -Si, Jungkook... -Susurra.



Uso mi pie para patear sus pies y él gime. Inclina las caderas.



Disfrutando de esto. Necesitaba que mi propiedad sobre el se hiciera evidente.



Entonces nos daré lo que ambos necesitamos.



No tengo elección cuando puedo ver el agujero de su coño mojado, tan dulce y acogedor en la oscuridad cercana. Mi mano ansiosa guía mi polla hacia esa fuente de placer, luchando los primeros centímetros en su estrecho canal y sacudiendo la distancia restante con un gruñido.



Cielo.



Dulce, perfecto cielo.



Una vibración atraviesa mis bolas y se tensan, ya buscan llenarlo con mi venida. Gimo entrecortadamente, mis caderas flexionándose, queriendo golpearlo como un juguete de mierda. Sin embargo, todavía no. Aún no. Dejándome caer para presionar mi pecho contra su espalda, extiendo la mano y agarro su barbilla, inclinándolo hacia arriba. -Un chico tan sexy, ¿da? Gatito hermoso y tentador. -Me balanceo en él lentamente, encontrándolo más empapado por segundos. -Y el coño perfecto para combinar.

𝗞𝗢𝗧𝗜𝗞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora