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Los fuertes golpes en la puerta de Beomgyu lo despertaron de su grandioso sueño. Sabía que tener que ser Huening Kai, pero al mirar el reloj en la mesita de noche quiso estrangularlo.

—¡Vete a la mierda!.

—¡Es urgente, abre!.—Beomgyu intento ignorarlo, pero los golpes se hicieron más fuertes y tuvo que levantarse hecho una furia y abrir.

—¿Qué puta emergencia tienes a las 6 de la mañana? Será mejor que alguien se esté muriendo o te voy a...—El castaño entró rápidamente a su habitación y tomó el control de la televisión para luego prenderla.—¿Kai?.—Pregunto confundido.

—¡Mira!.—Había puesto el canal de noticias. Beomgyu hizo una mueca, no era alguien que se sentara cada mañana a verlas, pero no le quedo de otra.

Su cuerpo quedó paralizado al ver el zócalo del noticiero local.

"Violenta muerte después de fiesta estudiantil".

Una cámara pasaba por los terrenos del baldío detrás de la conocida casa de los jugadores de la su universidad mientras el reportero hablaba.

—Nos encontramos aquí, minutos después de que haya sido descubierto el cuerpo mutilado de un joven, presuntamente un estudiante de la universidad de Seúl. Las autoridades han llegado a la escena del crimen, estamos en vivo con la persona que encontró el cuerpo, un hombre de 40 años de un barrio cercano que paseaba a su perro por la zona.—Beomgyu se tapó la boca al ver la toma de la escena del crimen, no podía ver el cuerpo pero solo podía imaginarse que tan mal estaba con esa sangre.

—Dios mío.—Dijo.—¿Qué fue lo qué...?

—Aún no se sabe.—Respondió su amigo.—Ya están hablando de qué tal vez sea un alumno de la universidad.


*****

Y Huening Kai estaba en lo cierto. Horas después, cerca de las nueve de la mañana, el cuerpo ya había sido identificado como el de Lee Heeseung, un alumno de primer año que había ido a la fiesta.

Las clases fueron suspendidas por el día, los padres de Beomgyu y de Huening llamaron preocupados, preguntando si habían ido a esa fiesta y aunque no quisieron preocuparlos, dijeron la verdad. También les dijeron que estaban obligados a asistir al funeral, puesto que era su compañero de clase. Iban a hacerlo de todas formas, al igual que muchas personas de la universidad. Beomgyu conocía a Heeseung, no había compartido mucho con él pero parecía un chico genial, de hecho sus padres y sus amigos habían atestiguado que no tenía problemas con nadie, que no sabían porque lo asesinaron de forma tan brutal.

Porque si, Beomgyu no había querido saber los detalles pero la oración "cuerpo mutilado" en los titulares y la horrorosa escena que había visto habían sido suficientes.

La policía no tenía ningún sospechoso, hasta donde sabían Heeseung podría haber estado en el lugar equivocado en el momento equivocado, y eso era aterrador como la mierda.

Huening Kai estaba sentado en el sofá, mirando fijamente la pared enfrente suyo.

—¿Qué pasa, Hyuka?.—Preguntó Beomgyu.

—Vi a Heeseung anoche.—Dijo con la mirada perdida.—Lo vi varias veces, estaba riendo con sus amigos, bailando, no parecía asustado o a punto de...—Beomgyu se acercó a él al sofá.

—Tranquilo, nadie se lo esperaba.—Dijo rodeándolo con los brazos.

—¿Crees qué tal vez estaba metido en algo o que tenía algún tipo de problema?.

—No lo se, no lo creo, él parecía...normal. Era agradable y también un buen estudiante, ni siquiera salía mucho hasta donde se.—Suspiro.—Es todo muy confuso.

—Espero que atrapen al culpable.—Su voz sonaba pesada, asustada, triste.

—Yo también, Kai.—Dijo Beomgyu—Yo también.


*****

La noticia se había esparcido por el campus con la rapidez de un relámpago, el estudiantado estaba en estado general de shock, era la primera vez que algo así ocurría en los terrenos cercanos al campus y a uno de ellos.

Yeonjun no sabía si debía estar tremendamente agradecido con Taehyun por haberlo salvado o entregarlo a las autoridades.

Su amigo no había estado para nada sorprendido cuando Soobin vino a dar las noticias, su tan evidente sangre fría al respecto levantó todas las alarmas en Yeonjun, ahora más que nunca se preguntaba en qué diablos estaba metido.

También estaba seguro de no había imaginado ese grito, el terror inundó su cuerpo al ponerse a pensar en qué tal vez estuviesen matando a Heeseung en ese preciso momento, con él a solo unos metros de la escena del crimen.

No sabía si Soobin tenía algo que ver o no, él también había desaparecido esa noche, pero al menos lucia un poco más consternado que Taehyun. Intentaba repasar en su cabeza cuando había visto a Taehyun por última vez antes de encontrarlo en el baldío, ¿tuvo suficiente tiempo de ir, matar al chico y volver?, ¿era su compañero de cuarto un asesino realmente?, ¿un cómplice?, ¿había visto algo y salió huyendo?

El comunicado de la policía decía que investigarían a través de videos y fotos las personas que habían estado allí esa noche, pero tal vez no pudieran dar con todos los sospechosos de una vez, por lo que instaban al alumnado a prestar declaración si habían estado allí esa noche, en honor a encontrar un sospechoso y un culpable lo antes posible.

¿Iría Taehyun voluntariamente a contar su parte de la historia? Yeonjun no lo sabía, pero se pregunto si era una buena idea ir el mismo y contar lo que le había pasado.

¿Y qué eran esas malditas luces que lo atrajeron casi hasta el lugar donde había muerto Heeseung?

—Yeonjun.—Despertó de repente de sus pensamientos.—Vamos a ir a comer algo, ¿vienes?—Le dijo Soobin con las manos en los bolsillos de pantalón.

—No creo que tenga apetito.—Y era cierto, las imágenes que habían pasado en las noticias jugaron con su estómago.—Taehyun, ¿puedo hablar contigo un segundo?—El pelinegro le lanzo una mirada neutral, sin mucha expresión.

—Claro, adelántate.—Le dijo a Soobin, quien sin muchas más preguntas se encogió de hombros y salió de la habitación. Taehyun cruzó los brazos y lo miró expectante.—¿Puedo ayudarte en algo?.

—Si, puedes decirme qué diablos pasó anoche.—El pelinegro arqueó las cejas.

—¿Qué pasó anoche?.—Yeonjun no lo podía creer.

—Anoche. En el bosque. Fui allí a tomar aire, me caí, me encontraste, dijiste que teníamos de salir de allí.

—Escucha.—Dijo con decisión.—Es mucho mejor para ti si te olvidas de que eso pasó, yo ya lo hice.—La mandíbula de Yeonjun cayó.—¿Vas a ir a decirle a la policía que estuviste a metros de la escena del crimen minutos antes o después de que mataran a alguien?, ¿crees que te iría bien?.

—Pero yo no hice...

—¿Vas a decirles que estuve yo?, porque mi familia jamás dejaría que nada me pasara, ¿puedes decir lo mismo de ti, Yeonjun?—Él estaba tan sorprendido que no podía contestar.—Mantén la boca cerrada y nos irá bien a ambos, si la abres te condenas solo.—Tomó sus llaves de la mesa.—Y la próxima vez tal vez quieras decirme gracias por haber salvado tu vida.—Se alejó de Yeonjun, y cuando este quiso protestar, la puerta del dormitorio se había cerrado en su cara.

Estaba más asustado y confundido que nunca.

Síndrome de Alejandría | YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora