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Nada más Soobin había llegado, Huening Kai estaba corriendo a sus brazos como si no se hubiesen visto en meses.

Beomgyu rodó los ojos, pero al ver la forma tan adorable en que su amigo miraba al pelimorado, tuvo que suspirar.

No podía estar molesto con Kai, obviamente estaba enamorado.

—¿Cómo estás, nene?—Dijo Soobin sosteniendo delicadamente el rostro de Huening Kai para luego dejar un pequeño beso en sus labios, haciendo al chico sonreír.

—Bien, ¿y tú?

—Bien, pero me muero de hambre.—Río Soobin.

—Comamos algo todos juntos.—Dijo Kai sosteniendo su mano.

—Yo también tengo hambre.—Dijo Taehyun.

—Huening, prometiste que me acompañarías a comprar ropa.—Dice Beomgyu con un pequeño puchero.

Estaba un poco ofendido de que su mejor amigo lo estuviera abandonando por su novio que ni siquiera era su novio aún.

—Solo será una comida rápida, Beomgyu, por favor.—Ruega Kai en un tono suplicante.

—Pero...

—Iré con él, no tengo hambre.

Cuatro pares de ojos lo miraron sorprendido.

—Yeonjun, no tienes que...—Se apresuró a decir Beomgyu, su rostro mostrando un ligero sonrojo.

—No es ningún problema.—Insistió él.

Huening Kai volteó hacia a Beomgyu, con una mirada expectante.

El peligris entrecerró los ojos, quería decir que no, pero no quería quedar como grosero.

—Supongo que está bien...

—¡Genial! Nos vemos más tarde.—El americano rápidamente arrastró a su casi novio en dirección al patio de comidas, haciendo que Taehyun se encoja de hombros antes de seguirlos.

Beomgyu sintió su corazón latir con fuerza.

—¿A donde quieres ir?—Preguntó Yeonjun.

—Uhm, estaba pensando en ir a ver unos pantalones.—Dijo tímidamente, no sabía por qué.

El nunca era tímido.

Se sentía cohibido porque Yeonjun se había ofrecido a acompañarlo.

—Tu guías el camino.








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El atrevimiento de ofrecerse a acompañar a Beomgyu había salido de la boca de Yeonjun antes de que siquiera pudiese pensarlo. Nada más escucharse a si mismo y ver la cara con la que lo miraron los demás se dió cuenta de que había cometido un error, pero retractarse solo lo haría más raro de lo que ya era.

En vez de eso, hizo como si no fuera la gran cosa.

No esperaba que Beomgyu lo arrastrará por más de 4 tiendas y se probará la mitad de la ropa en venta en cada una.

Unos pantalones de cuero con un ajustado cinturón y un crop top blanco que dejaba ver el plano abdomen del chico hizo que la respiración de Yeonjun se acelere un poco. Luego unos shorts tan cortos que pensó que le daría un aneurisma.

No ayudaba que Beomgyu estaba esperando una opinión detallada de cada outfit, puesto que ese era el papel de Huening Kai cuando salían de compras, y un "te ves sexy como la mierda" no era una opción.

Yeonjun se limitaba a decir: —Se te ve bien.

Y es que todo se le veía bien.

No era solo el cuerpo bonito, Beomgyu tenía una especie de porte de modelo que simplemente hacía resaltar cualquier cosa que se pusiera. Pero el peligris parecía descontento con la falta de elocuencia de Yeonjun, haciendo pequeños pucheros hasta que este se explayaba un poco más en oraciones como:—Ese color te resalta los ojos.

Síndrome de Alejandría | YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora