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Luego de la pequeña discusión por parte de los mayores (más bien, el enojo descargado que tenía Soobin hacia Yeonjun) Jimin se sentía muy mal.

Era claro que al ser pequeña no entendía del todo la situación o el problema que tenían los mayores.

¿Yeonjun era mal hermano mayor?

¿Soobin estaba enojado con ella? ¿Ya no la quería?

Jimin siempre había visto a su Hyung siendo amable, divertido y alegre. Nunca en una faceta enojado y tan brusco, aunque no fue hacia ella, fue.a su hermano. ¿Ella también se había comportado mal? ¿Le gritaria?

—Jimin, ya sabes donde va la ropa sucia.—habló Soobin mirando el desorden de la habitación.—Lo sucio en la canasta, lo limpio en el mueble donde corresponde.

Soobin no miró a la menor, dejó a Niki en su cuna y empezó a tender la cama que estaba desecha. Sin embargo, cuando sintió a Jimin empezar a soltar pequeños sollozos dejó de hacer su trabajo y la miró con tristeza.

Se acercó lentamente a ella y la tomó en brazos.

—¿Qué sucede, cielo?

—¿Tú me-me odias Hyung?— preguntó mientras lágrimas caían por su rostro.

En ese instante a Soobin se le achicó el corazón y se olvidó del enojo que tenía anteriormente.

—Claro que no Jimin, no tengo porqué odiarte. ¿Por qué piensas eso?

—Te-e enojaste con Ju-Junnie.—respondió con un puchero en sus labios, dando pequeños hipidos.—No qui-iero que te enojes con noso-sotros.

—Cielo, lo que hizo tu hermano es grave. Pero, no por eso estaré enojado contigo, tú no hiciste nada malo. Al contrario, Yeonjun sí.—acarició lentamente su cabella con cariño.—No debes preocuparte por eso, yo luego conversaré con él.

—N-nunca había visto a Hyung eno-nojado— Y con esas palabras volvió a caer en llanto, ahora eso si, abrazando al mayor quien le sobaba la espalda.

Niki por suerte no llegaba a escuchar los llantos de su hermana pues eran opacados por el torso de Kim, sino, también estaría llorando y se complicarían las cosas para el mayor.

Se sentía mal, muy mal. Al inicio se había concentrado en maldecir (sin malas palabras, casi) a Yeonjun, sin embargo, no pensó en Jimin en ningún momento.

¡Era tan solo una niña! No podía explicarle tal cual el porqué se encontraba enojado con su hermano mayor, mucho menos, decir exactamente como esto lo hacía sentir.

No imagino que a la menor le afectaría, por eso, se sintió ciertamente culpable.

—Cariño, ya no estoy enojado, ¿sí?—le habló separándola ligeramente de su camisa que ya estaba llena de las lágrimas ajenas.—Lamento haberle gritado a tu hermano y más aún al frente de ti Jimin, no volverá a pasar, lo prometo.

—G-gracias, está bien.— sorbió su nariz y Soobin le indicó que fuera al baño a lavarse el rostro, yendo de inmediato.

Kim suspiró, no creía que las cosas se complicarían con su estadía en la casa, todo había estado resultando bien, ¿qué pasó?

Lo sabemos, la llegada de Yeonjun.

No quería seguir culpandolo, no solucionaba seguir "atancandolo", aun así, le debía una conversación pero sin los menores está vez. No cometería el mismo error.

Terminó de ordenar superficialmente la habitación, Jimin llegó unos minutos después más tranquila, con su rostro mojado al ser lavado, Soobin lo secó con una toalla que tenía cerca. Juntos terminaron de acomodar unos juguetes que habían en el suelo y algunos cereales esparcidos en la cama.

Cuando salieron de la habitación se extrañó al no ver al mayor en la sala ni cocina, supuso que se encontraba en su habitación.

Dejó a los menores en el sofá, esta vez, límpiando algunos juguetes que quedaban restantes y poniendo una pequeña manta bajo ellos. Limpió todo resto de cereal y lavó los trastes que habían en el fregadero, sorprendiendose al haber tantos.

¿Ni siquiera eso? Negó internamente.

Al terminar pensó que era momento de arreglar la situación antes de hablar con la madre del mayor, porque grave o no el asunto, tenía que hablar con ella, de todas formas, ella le preguntaria luego.

Era una cosa de sí o sí.

Dio una última mirada a los menores y se dirigió a la habitación del mayor, si no podían hablar en ese instante las cosas se volverían incómodas y él no podía quedar con un tema inconcluso.

Simplemente le estresaba. Tocó suavemente la puerta, pero a pesar de su insistencia, nadie respondió. Suspirando, abrió sin más la habitación.

Esperaba cualquer cosa, hasta un insulto del mayor por su muy grave falta de respeto, sin embargo esto no pasó pues no había nadie detrás de esa puerta.

—¿Yeonjun?

Al no escuchar respuesta y revisar también dentro de la habitación se dio cuenta como el mayor no se encontraba en esta. La realidad era que ni siquiera se encontraba en la casa.

Volvió a la sala respirando profundamente, no tenía razón por enojarse por eso.

"¿Tanto le costaba avisar? Ach."

Y sin poder concluir el problema teniendo a un Soobin muy pensativo, la familia Choi cenó sin la compañía del hermano mayor.

Kim conversó con Jimin y le comentó todo lo que había sucedido, desde el despertar hasta el plato roto.

Luego de la charla para poner en contexto al mayor, todos comieron más tranquilos. Jimin por su parte ya había olvidado un poco el mal rato pues su Hyung se encargó de distraerla con juegos y viendo caricaturas. Niki, por otro lado, se mantuvo calmado sin ningún otro percance, aunque la parte cercana de su ojo se empezaba a poner de un tono verdoso y Soobin se tuvo que encargar de aplicarle una crema para bajar la intensidad del color.

El mayor, al contrario de los pequeños, se encontraba muy metido con sus pensamientos, incapaz de encontrar una solución inmediata como era de costumbre para él. En su interior le empezaban a surgir preguntas sin resolver, entre la ubicación del mayor de los Choi o si debía hablar con la madre de ellos.

Aunque una pregunta en específico lo dejaba más confundido que las demás.

¿Tanto cambia la rutina de una persona?

Cuidador // YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora