Sexta Luna

46 3 4
                                    

Rina preparo desde el campo una mesa de madera, adorno la mesa de un hermoso mantel blanco, dejando unos cubiertos plateados encima del mantel, con copas de vino y unos delicioso platos caseros de dulces y el pastel.
Helena estaba mirándose en el reflejo del río, pasando por alto la hora de lavarse las manos, fantaseando con el joven que acababa de conocer, imaginando a ellos dos, volviéndose a ver y bailando bajo la luz de la luna, mientras bailaban encima del lago, haciendo que el agua se volviera en la pista de danza, que las ondas del agua de agitaban con cada paso de baile que daban hasta elevarse, volando por encima del lago convirtiendo el propio escenario en un campo de estrellas junto a estrellas fugaces, eso lo haría más mágico el momento en que ellos dos pararían de bailar para acercar sus rostros para besarse pero su fantasía acabó de manera repentina por culpa de Mikca, que le buscaba por estar tardando demasiado en limpiarse las manos por culpa de su fantasía enamoradiza.

- Helena, ¿que te pasa?, te veo más alegre de lo habitual. -Le preguntaba Mikca, teniendo una sonrisa pícara mientras la interrogaba.

-Oh nada, nada Mic... Te preocupas demasiado, ¿o ya estas fantaseando otra vez cosas que no son?.

-Que me guste leer tantos libros de muchas categorías no significa que este alucinando, te conozco demasiado bien para notarte que estás distinta a otros días. - Mikca se acercó a Helena, sentándose a su lado y acercándose su cara con la suya, mirándola fijamente- ¡Algo te ha pasado para que estes alegre!, anda, dímelo...

-Que... ¡Que no me ha pasado nada, Mic!, son imaginaciones tuyas... -Helena se levanto bruscamente, dando la espalda hacia su querido amigo. - De verdad... Seran las emociones de mi cumpleaños...

-¿Estas segura?, sabes que puedes confiar en mi, Helena... Nos conocemos desde niños y no puedes ocultarme nada, me lo prometiste, ¿te acuerdas?.

Helena le volvió a mirar a Mikca, empezó a recordar que cuando eran pequeños, Mikca se sintió mal, ofendido por que Helena le oculto su fiesta de cumpleaños ya que era una sorpresa para él, le mintió tan mal cómo intentando evitar que no se estropeara el bonito detalle hacía él, hasta que se dio cuenta de que Helena no podía decírselo por que lo había prometido tanto a su madre cómo al padre de Mikca, desde entonces, le prometió que nunca se ocultarían nada entre ellos por muy sorpresa que fuera la cuestión o al menos.. Que no se ocultaran cosas importantes entre ellos dos.

-He... - Empezó a tartamudear de miedo - He visto a un hombre...

-¿Como...? - Mikca se sorprendió pero no a que fuera buenas noticias para él.

-Fue así, de repente de la nada apareció é, pero no paso nada, estaba todo controlado, el no sabe que yo vivo aquí, pero... Es guapísimo, educado y...

-Helena... Eso ha sido muy peligroso, podrían haberte hecho... - Pero Mikca no continuó al ver lo emocionaba que estaba Helena pero algo mosqueada por su respuesta.

-¿Que me podría hacer un joven así de amable y tierno?

-Cosas peores, como...

-Mic, ya deja de decir tonterías y menos en mi cumpleaños, parece que estas celoso de el.

-Sch... Esta bien... Dime, ¿Como se llama?. -Mikca preguntaba brusco y sin ganas de pelear con Helena.

-Franchesco, dijo que acababa de venir al pueblo o algo así.

-¿Vas a verle de nuevo?.

-Si, mañana al amanecer nos veremos en el campo de flores...

-..... - Mikca se quedó pensativo, intentando pensar en cosas positivas pero sentía celos, pequeños celos, pero los evitaba. - ¿Se lo vas a decir a tu madre de esto?.

Cuando la Luna estaba llenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora