Tercera Luna

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Los años pasaban, las crías de lobos de la manada se acercaban más a Ada, intentaban que fueran cómo parte de ellos tanto en sus formas humanas cómo también en sus partes de lobos. Ada crecía muy rápido de manera sana, cómo su vínculo con Mikca, se hacían cada vez más y más fuerte, una amistad que envidiaba a los demás lobos, sobre todo a Agnes, la sobrina de la bruja Viviana, una mestiza que tenía la habilidad de ser loba cuando quisiera. Rina decidió que, al cumplir los 9 años la pequeña Ada, empezó a regalarle libros, para que ella pudiera aprender a la perfección la escritura cómo a leer detenidamente. Ada se pasaba en sus ratos, leyendo libros infantiles, sobre todo de historias de caballeros que salvaban a princesas o peleaban contra malvados monstruos, cómo también de jóvenes no princesas que cambiaban el mundo cómo salvaban a sus seres amados. Pero Mikca al ser un animal mítico, solo podía hablar por que su padre le había enseñado, no sabia lo que era leer, así que Ada le leía en voz alta sus relatos , cómo también le enseñaba a leer.

-Oye, Ada, ¿pero todos estos relatos son reales? - Le preguntaba Mikca, junto a Ada

-No, Mic, no. - Le respondía Ada, medio desesperada por que no podía concentrarse en donde había seguido leyendo

-Entonces, ¿de que sirve leer una historia que no es cierta?.

-Pues... Para que podamos imaginarlo, tener imaginación no es mala si se usa correctamente.

-No se, Ada, pero si es por eso... Sigue leyéndola.

Ada seguía leyendo su libro, trataba de un cuento, bueno, en especial, una recopilación de cuentos, en los cuales estaban todos los cuentos que existían en el mundo, cuando llegaron a la sirenita, Ada relataba la historia de una joven sirena que había salido a la superficie a sus 16 años, que en ese momento, se enamoro de un príncipe que viajaba en un barco, pero que en aquel instante, una tormenta arrastra al barco a las profundidades del mar, la sirenita salvaba al príncipe, llevándolo a la orilla del mar para que estuviera sano cómo a salvo. Pero cuando la Sirenita se dio cuenta de que se había enamorado profundamente, fue a visitar a una bruja de los mares para pedirle que le diera unas piernas a cambio de su voz, pero todo su sacrificio fue en vano, ya que el príncipe se caso con otra mujer creyendo ser su salvadora, la pobre sirenita, convirtiéndose en espuma de mar.
A Ada no le gusto el cuento, le pareció un final triste cómo injusto, había leído todos los demás cuentos, con sus siempre finales felices que no parecían que vayan a ocurrir alguna desgracia a sus personajes, un punto final de manera dulce cómo tranquila, pero este le parecía grotesco e incómodo. Entonces Ada, reaccionando de manera errática su conducta, agarró muy fuerte el libro, se levantó dirigiéndose al lago, apunto tan alto en dirección al lago cristalino que cayó con un pequeño chapoteo que se hizo notar, lo había tirado demasiado alto cómo demasiado fuerte, en ese entonces Ada refunfuño de muy mala gana, se marchó dejando sólo a Mikca que no lo entendía, viendo cómo ella ya se había alejado, fue a recoger el libro con su forma humana, intentando nadar de manera rápida e intento secarlo, moviéndolo como si las hojas de papel volaran.

- ¡Ahora vuelvo! - Gritó Ada hacía Mikca, mientras él intentaba todo lo posible por que no se estropeara el libro empapadado de agua dulce del lago cristalino.

Ada se dirigió a su casa, cogió otro libro de la librería que tenían, pero Rina la vio, con su cara enfurruñada, se acerco hacia ella.

- Cariño, ¿Dónde esta el otro libro que te traje?.

- Lo... Lo tire- La respondió con una mala gana pero con miedo en sus palabras- El cuento de la sirenita es horrible, es triste e injusto.

- Mmmm... -Rina intento pensar en como aliviar a su hija, entonces trajo una silla, invitándola a sentarse hacía ella - Querida Ada, estos cuentos son muy antiguos, han ido cambiado con el, realmente son historias para ayudar a crecer, debes entender lo que es la vida cómo lo fue la propia Sirenita, debes aprender, crecer cómo encontrar la moraleja de esta historia.

Cuando la Luna estaba llenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora