El Vecino (Michael Jackson y Tú) By; #MJ

"¿Pero quién te manda a correr?"

-Me encanta la naturaleza, y la respeto mucho- decía sin dejar de mirar hacia arriba, donde las copas chocaban entre sí.

-Eres sorprendente- lo miro atentamente y él me mira

-¿A qué te refieres?- se queda serio

-Es que eres tan humano y tan responsable, pero eres tan pillo

-Jajá, bueno pero me encanta la naturaleza, jugar con los niños, ser caritativo y todo eso- Sonreí, es una buena persona, el se ríe y baja la mirada, llegamos a una parte donde no daba la luz de la fiesta.

-¿Unas carreras?- le pregunto

-Estás hablando con el ganador de carreras del mundo- dice el presumidamente

-Eso ya lo veremos- le guiñe el ojo y comencé a correr por el jardín, Michael comenzó a seguirme, había olvidado que traía tacones, pise mal y tropecé con una rama de árbol. Michael puso tomarme y evitar que me cayera, caímos al pasto y quedamos frente a frente.

Nos miramos, sus ojos, la respiración se sentía tan cerca hasta que me beso

Sentía como me corría electricidad por todo el cuerpo, me besaba con cariño y cuidado, y yo le respondía, me abrazo y nos quedamos de lado, abrazados y besándonos. Reaccione de lo que estaba pasando, me detuve y le di un abrazo, mi cara había quedado en su pecho y podía escuchar su corazón, y él se quedo en mi cabello cercas de su nariz, solo se escuchaban suspiros.

-¿por qué te detuviste?- pregunto

-Por qué... no lo sé- mentí

- Creo que yo si se, pero quiero aclararte algo- Nos separamos y nos quedamos sentados en el pasto

-Sé que tengo novia, pero es solo relación por conveniencia, Mis padres quieren que me case con ella, pero yo no siento nada y eso hasta ella lo sabe, quieren... casarnos, pero yo no quiero, y ella tampoco- dijo el

-Pero porque no lo hablas con tus padres- quise ayudarlo

-Ese es el problema, hace mucho que no los veo y bueno todo esto se está llevando muy lejos y yo no quiero casarme con ella, ¿ahora comprendes?

-Si- me sentí como niña regañada

-Ven, te ayudo a levantarte- Michael se levanto y me ayudo, pero me había lastimado la pierna.

-¡Auu!- grite, me dolía para pisar

-Jajá pareces Lobo- se burlo

-Es que me duele mi pie Michael- le dije triste

-¿En serio?- se asomo y miro que te salía algo de sangre.

-Pero ahí quieres hacer carreras con tacones- dijo el

-Mira, no me regañes y llévame con mi amiga, ¿si?

-¿Y si mejor te llevo yo?

-Vamos a buscarla

Entraron al salón de nuevo, Lucero te vio y rápidamente fue contigo

-¿Qué te paso?- pregunto angustiada

-Me caí- Lucero notaba que Michael me estaba tomando para no caerme

-Ya veo, ven vámonos- Salimos al estacionamiento, Michael me ayudo a entrar al auto y lucero encendió el auto.

-Váyanse con cuidado- decía Michael desde la ventana

-Gracias- sonreí y el a mí.

El auto avanzo, ya íbamos camino a casa.

Mientras Michael se fue a despedir de todos y corrió a su Mustang Negro y nos alcanzo, pero el llego primero que nosotras.

Llegamos al departamento, la cruel de Lucero me dejo afuera y yo tenía que entrar caminando

-Vete con cuidado, y mañana nos vemos- decía ella, se veía que llevaba prisa

-Sí, gracias- le dije con sarcasmo

Entre y subí el elevador, llegue a mi piso, saque las llaves de la bolsa y abrí la puerta.

-Se ve muy mal tu pie- voltee asustada, ¿Qué hace aquí?

-¿Cómo le hiciste para llegar primero que yo?

-Para que veas- me guiña el ojo y yo me rio, mientras me da un dolor

-¿Te curo? tengo un botiquín- dice

-¿de verdad?- miro mi pie, y no se ve nada bonito

-Sí, deja voy por el- Michael se metió a su departamento y yo a la mía, dejando la puerta abierta, me senté en el sillón y subí mi pie.

-Listo- Michael traía el botiquín, entro a la casa y cerró la puerta.

Lo abrió, saco alcohol y algodón, empezó a curarme

-¡Uyy!, me duele- De verdad me dolía.

-Deja de moverte

-¡Ayyy!

-Elizabeth, ¿¡podrías dejarte de mover!?- decía molesto, no me quedaba quieta.

-¡Duele!- le dije gritando

-¿Pero quién te manda a correr?, Así que ahora te me quedas callada y sin moverte- Hice cara de niña regañada mientras que a Michael le daba risa y seguía curando