DREAM ICE [Nomin]

Prólogo

Infancia de Jaemin.

JeonJu, Corea del Sur, año 2007.

Jaemin regresaba de su escuela primaria a un paso tranquilo, pero de la nada las cortas piernas del pequeño comenzaron a dar vueltas y a saltar simulando patinar. Y es que desde que su padre pudo llevarlo a patinar sobre hielo, pudo observar algunos chicos dar vueltas en el aire y caer con gracia sobre el suelo resbaladizo.

"¡El patinaje sobre hielo está muriendo en Corea del Sur por la falta de interés de parte de la población!"

Decían los medios, y Jaemin no entendía mucho pero estaba seguro que era un deporte tan hermoso, él quería ser parte pero desgraciadamente el dinero en casa no estaba bien.

— ¡Ya llegué! — Exclamó el pequeño pelinegro desplazándose por la reducida casa donde solo habitaban sus padres y él. Al cruzar el umbral de la puerta de la sala ambos padres estaban sentados con una sonrisa sobre el viejo sofá. — ¿Hola? —

— Pequeño Nana, tenemos algo que decirte. — Comentó su madre emocionada tomándolo del brazo.

Jaemin aturdido los mira asustado — ¿Tendré un hermano? — pregunto temeroso.

Ambos mayores se comenzaron a reír, su padre lo cargó y lo sentó en sus  piernas — Nana, verás, tu madre y yo pudimos notar que te llama la atención el patinaje sobre hielo y lo flexible que eres por naturaleza — Su padre pauso para mirarlo de frente — Tu madre y yo hemos reunido para la matrícula de la academia que nos señalaste en el centro. — termina el hombre emocionado.

Jaemin sintió sus ojos aguarse, solo reaccionó tirándose en los brazos de sus padres igual de felices. La familia Na no era de dinero, los juguetes de Jaemin eran escasos pero afortunadamente el niño siempre le gusto lo simple, o así había crecido.

Jaemin desde muy pequeño entendió que no todo lo podía tener en el mundo, y el estaba feliz con solo tener a sus padres.

A los días, su madre lo llevó a la  academia y finalmente comenzó a practicar con los demás niños, su profesora era algo estricta pero sabía que era por su bien. Al mes Jaemin sabía patinar muy bien, como si hubiera nacido con patines en sus pies diminutos. Una tarde su profesora abismada de la flexibilidad de Jaemin llamó a sus padres.

— Señores Na, sean sinceros conmigo. — Hizo una pausa y señaló a Jaemin sobre la pista patinando — ¿Jaemin ha estado en ballet antes? —

Ambos padres se miraron y luego a la señora Kim — No profesora Kim, nuestro hijo siempre ha sido flexible por naturaleza. —

La mujer se gira y se acerca a la pista — ¡Jaemin! ¡Haz un slip jump! — ordena la mujer para que los señores Na lo vieran.

Jaemin confundido por ver a sus padres ahí, hace lo que la profesora ordenó, dio varias vueltas hasta tomar impulso de sus patines y piernas, dio un salto y como si volara abrió sus piernas lo mas que pudo, así mismo cayó sobre el suelo tambaleándose un poco, pero la técnica estaba.

Sus demás compañeros gritaban emocionados.

La señora Kim volvió a mirar a los padres de Jaemin y les sonrió  — Jaemin nació para esto, será muy exitoso. — Hizo una pausa y suspiro — Espero que vengan a la competencia del próximo mes, vendrá una academia de Seúl para dar becas a los niños que sobresalen, y quiero que estén aquí para cuando Jaemin gane. — Así mismo la mujer se alejó  hacia los demás niños.

Ambos padres solo se quedaron viendo a su hijo practicar. Claro que estarían ahí para ver al pequeño Na brillar.

— Deberíamos invitar a tu hermano para que venga a ver a su sobrino. — Le dio la idea la señora Na. Pero solo recibió un suspiro de parte de su esposo.

—No creo que pueda venir, su empresa está en ascenso y es un CEO ocupado. — murmuró con cierto deje de tristeza.

Al mes, Na Jaemin estaba listo para pasar a la pista y dar lo mejor de sí, durante dos meses se estuvo preparando todos los días después de la escuela, y ciertamente el lugar estaba lleno y ya los jurados estaban ahí. Pero sus padres no.

Y nunca llegaron.

Jaemin dio su presentación con una sonrisa en su rostro sin saber que sus padres habían muerto a unas cuadras de la academia por un terrible accidente de auto. Jaemin con su primer lugar en sus manos se había enterado de la tragedia, y ciertamente había ganado esa beca para cuando cumpliera 14 años, pero ahora, ahora estaba solo.

Su soledad tardó una semana cuando su tío Namgoong lo recogió en el orfanato de paso. Jaemin todavía estaba en negación a la muerte de sus padres pero ciertamente cuando vio a su tío comenzó a llorar en sus brazos, el hombre era idéntico a su padre, solo que este tenía 30 años y se veía más joven. 

— Mi pequeño sobrino, te quedarás conmigo hasta que decidas irte. — Murmuraba el mayor en el auto directo hacia el aeropuerto, ahora viviría en Busan.

Jaemin sorbió sus mocos y miraba a su tío — Nunca me iré tio, no te vayas. — comenzó a llorar de nuevo.

El mayor asustado niega varias veces — ¡Oh no! yo no me iré de tu lado, cariño, ¡Estaba bromeando! Jaemin mirame, cuando lleguemos a Busan te enseñare tu increíble cuarto, y también todos los juguetes que compre para ti. — hizo una pausa para mirar a sus sobrino la cual solo sorbía sus mocos — Tambien pague la matricula para una academia de patinaje sobre hielo para ti, hasta que decidas tomar la beca en seúl, mi sobrino será famoso. —

Y así fue, su tío se había hecho cargo de él, pero esta vez grecia con privilegios, escuelas costosas, la academia a la que iba era muy prestigiosa y aunque su tío trabajaba todo el tiempo, nunca se perdía sus competencias. Namgoong era consciente que su hermano y cuñada nunca vieron a su hijo patinar, y debía ser un apoyo para el pequeño Na.

Cuando Jaemin cumplió 14 años, era hora de irse a Seúl, y brillar, como le había enseñado su tío.

— Jae, recuerda llamarme siempre y también enviaré dinero cada mes por si el de la academia no es suficiente. — Le decía el mayor con una sonrisa.

Jaemin, bien parecido a su tío, asintió mientras sentía brotar lágrimas de sus ojos — Lo extrañaré mucho, tio Goong. — se acercó más a su mayor — También extrañaré a la tía Lee. — refiriéndose a su niñera.

El mayor le sonrió y limpió las lágrimas de su sobrino — Iré a verte a todas las competencias, niño. — el hombre sacó un estuche de su saco de vestir y se los extendió al menor, Jaemin lo abrió confundido dejando salir una pulsera de acero, portaba un cisne rosado — Este era un regalo que le hizo tu padre a tu madre, pero por una discusión que tuvieron en ese verano, no se la dio, ahora te pertenece. — se la puso.

Jaemin lo miró más tembloroso y abrazó con fuerza a su tío — ¡Nunca me abandones, tío Goong! — grito.

Namgoong le abrazó con fuerza y beso la cabeza del menor — Nunca, te adoro pequeño tonto. — le apretó más y luego lo separé un poco — Me robaste la cara, ahora hazte cargo y triunfa. — le animo.

Jaemin asintió y se giró con sus maletas para irse a la sala de abordaje del avión junto al equipo de la academia de Seúl que lo acompañaría en todo el viaje y a los dormitorios. 

Namgoong suspiro viendo como su sobrino se iba, miro por las ventanas del aeropuerto — Su pequeño independiente creció, chicos. — felicito.