Capitulo 9: Declaración de guerra

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Xime

Las accesorias con José iban avanzando, a veces a un ritmo más rápido o lento pero veía el progreso, el de verdad se esforzaba y se notaba por sus resultados.

Semanalmente le dejaba una serie de ejercicios para que los responderá en el transcurso de los días, justo me encontraba calificando uno de ellos en una de las bancas del patio cuando sin previo aviso alguien se sentó a mi lado.

-Hola amiga- se trataba de un chico de cabello rubio largo, ojos dorados y una chaqueta con el trozo negro y mangas grises.

Su tono confiado, su lenguaje corporal y la semejanza que tenían sus ojos con los de Elian me dieron un mal presentimiento, pero yo misma me tranquilicé.

No está bien sacar criterios apresurados de las personas así que me límite a regresarle el saludo. Después de mirarlo bien y aclarar que efectivamente nunca lo había visto continúe.

-Perdón, no quiero sonar grosera, pero ¿te conozco o necesitas algo acaso?-de verdad estaba confundida con su repentina presencia.

-Podría decirse, quería presentarme contigo antes que nada, me llamo Pablo, un placer conocerte- el chico extendió su mano de manera amistosa.

Ya, ya, relájate, talvez solo es una persona con un extraño método para conocer gente.

-Ximena, un placer -dije aceptando su apretón de manos.

-Eh visto que eres muy cercana a un chico, es alto y moreno, creo que se llama...-soltó sin concluir el rubio.

-¿Te refieres a José?-dije ayudándolo a completar su idea.

-Sí, sí, ese. ¿Ustedes son pareja acaso?

-Ay no, no para nada-dije lo más calmada posible- solo somos amigos y bueno, también soy su tutora.

-Pues que afortunado es José para tener a una chica tan linda como tutora-agregó acercándose y rozando mi mano con sus dedos lo cual me hizo dar un brinco hacia atrás de inmediato.

-Am, gracias por el cumplido, pero creo que es momento de retirarme, las clases casi empiezan-empece a guardar mis cosas, este chico lo que quería era ligar y yo no me prestó para eso.

-Espera, también te hablaba por otra cosa- llamenlo educación o curiosidad pero las palabras de Pablo me hicieron detenerme, respiré y volteé a verlo.

-Ten cuidado con José, el puede ser algo... Doble cara.

-¿Perdón? ¿Qué están insinuando?- cuestioné molesta.

-Sé que tiene cara de ángel y que siempre está en su papel de niño bueno, pero muy pocos hemos visto su verdadera naturaleza y creeme, te está mintiendo.

-¡No no es verdad, el que miente eres tú! Yo conozco a José y él no es como dices-empece a caminar molesta.

-¿Ah sí? En ese caso supongo que sabes que mando al hospital a un amigo mío después de darle una buena paliza.

Eso me congeló, ¿José mandando a alguien al hospital? No... No no era posible.

-Por tu rostro puedo suponer que no lo sabías, claro, no es nada tonto, no iba a perder la oportunidad de que alguien lo ayudará a pasar los exámenes.

Vainilla: Relatos de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora