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La idea de involucrarme con un famoso nunca estuvo en mi mente

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La idea de involucrarme con un famoso nunca estuvo en mi mente. Ni siquiera me permitía soñar con algo así porque sabía que jamás se cumpliría.

Cuando vi Sid y Nancy pensé que todo era ficción, pero al final de la película apareció que era basado en hechos reales y supuse que era una de esas historias únicas entre un millón, porque hasta donde sabía los famosos sólo podían salir con famosos y los mortales como nosotros solo podían hacerlo con otros mortales. Era casi como juntar especies diferentes, simplemente no podía ser, pero hoy había visto con mis propios ojos cómo esa idea era rota.

Al final yo no fui la chica afortunada. Bill había escogido a la bonita morena que estaba junto a mí. Jade comentó que era una de las chicas que vino junto a ella desde Italia. Luego de eso, Tris y yo volvimos a nuestro hotel.

—Estaba segura de que te elegiría a ti —Tris estaba quitándose la ropa del concierto para entrar en unos cómodos pantalones de deporte y una sudadera holgada. Se te quedó mirando más que al resto, yo misma lo vi, Audrey...

—No lo creo, además, la chica morena que eligió era mucho más bonita que yo.

Tris puso los ojos en blanco. Ya tenía puesta la ropa de descanso y se había sentado en mi cama.

—No empieces otra vez con tu baja autoestima, eres preciosa, Audrey.

—Eso lo dices porque eres mi mejor amiga.

—Lo digo porque lo creo. Quizás tú no te ves a ti misma así, pero te aseguro que para alguna persona tú eres lo más hermoso que existe. Los gustos de la gente son diferentes, no a todos le gusta el estereotipo clásico de belleza que ha impuesto el mundo...

Eso estaba claro. Mientras otras chicas de mi edad estaban enamoradas de hombres como Brad Pitt o Henry Cavill, a mí me gustaba Bill Kaulitz, un chico maquillado que era tratado como gay y afeminado en la mayoría de revistas faranduleras.

—Pero seguro que a Bill sí, porque la chica que eligió era básicamente una cara y cuerpo perfecto.

Tris se recostó en la cama y yo empecé a quitarme los botines. Mis pies dolían terriblemente.

—No te desanimes, este fue solo el primer intento, Audrey. Es raro triunfar la primera vez que haces las cosas, aún tenemos el resto de la semana, además, Jade dijo que mañana había una fiesta donde iría Tokio Hotel.

—Sí, pero habrá que conformarse con esperar afuera...

Tris se quedó callada, estaba pensando en algo. Aproveché aquella pausa para cambiarme de ropa también y recostarme en mi propia cama.

—Jade me dijo que en ocasiones dejan entrar a unas cuantas groupies.

—Eres consciente de que por lo menos hay unas cien groupies siguiéndolos a todas partes, ¿verdad? La posibilidad de que nosotras entremos a la fiesta es baja, por no decir nula...

GROUPIE | Tom y Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora