Praise you Hyunlix

1.

Hay un error aquí, Hyunjin pertenece a una manada de lobos que vive en la profundidad del bosque y las montañas, pero no solo pertenece a la manada, sino que es de una raza especial que pueden ser lobos así como también transformarse en hombres.

Hyunjin por ningún motivo habría salido de los límites del bosque si no fuera porque estaban intentando cazarlo unos maniáticos que se metieron al bosque de manera ilegal, porque verás, Hyunjin vive en una reserva natural muy bien cuidada en dónde está totalmente prohibida la caza a animales.

Así que el lobo negro corrió apresurado intentando escapar lo más lejos que podía y entonces cayó por un acantilado que absolutamente no conocía, por lo tanto rodó hacia abajo hasta caer en medio de la carretera con una pata herida.

Esto era un gran problema, no podía transformarse si estaba herido y mucho menos podía huir con una pata herida, y tendido en medio de la carretera sus posibilidades de sobrevivir eran escasas, los vehículos conducían a grandes velocidades por la ruta.

No era un chico muy grande, apenas tenía los dieciocho recién cumplidos, había nacido como humano como todos en la manada, pero luego de unos años había empezado a aprender a transformarse y finalmente sus padres volvieron a convivir como lobos.

¿Moriré así? El tan solo pensamiento era absurdo, un niño que pertenecía a una manada de hombres lobos muriendo en la carrera como un simple animal torpe y salvaje.

Con sus ojitos oscuro como la noche pudo ver como un vehículo se detuvo justo unos metros antes de arrollarlo, un chico se bajó del auto, alto y de cabello castaño—mierda—murmuró el joven de ojos marrones—no me vas a morder ¿Cierto?

Hyunjin le miró con desinterés, no comía humanos.

—¿Qué es Johnny?—preguntó una voz más baja, otro chico se bajó de la camioneta con un saltito, probablemente más bajo que el chico de ojos marrones.

—es un perro—respondió el chico alto.

¡¿Un perro?! ¡No soy un perro! ¡Soy un lobo! Quiso gruñir, pero no tenía la fuerza para hacerlo.

Un chico rubio y con el rostro cubierto de pecas se acercó y le miró a los ojos—oh, míralo, Johnny, está tan resignado ¿Está lastimado?

—sí, la pata está quebrada y tiene sangre, pero temo que si lo agarro pueda morderme, sería una mierda si tiene rabia.

Hyunjin rodó los ojos, por supuesto que no tenía rabia, el chico rubiecito rio bajito y dijo—acaba de rodar los ojos, creo que lo ofendiste diciendo que tiene rabia.

—oh, sorry bro—rio el otro chico—entonces te agarraré y te llevaré al veterinario por esa para—el joven se animó y lo agarró, murmurando—mierda, es mucho más grande que un perro y está pesado.

—bueno, comer parece que come bien—el rubiecito fue corriendo hacia el auto y abrió la puerta trasera, así que lo acomodaron allí y Hyunjin sintió un poco ansiedad, no sabía a dónde estaban llevándolo, pero ninguno de los dos emanaba un aura peligrosa, de hecho, ambos emanaban tristeza.

—a mi tarjeta le va a doler este paseo a la veterinaria—murmuró el chico que conducía.

—lo lamento, Johnny ¿Quieres que te dé algo de mis ahorros?

—oh, no, no te preocupes, cuando vuelva a la ciudad intentaré cambiar de trabajo.

El chico rubio se quedó en silencio y jugó con sus dedos—¿Te irás tan pronto?

—Felix, sabes que solo vengo en vacaciones y tengo suerte que del trabajo me hayan dado cuatro días.

—lo sé, pero es tan solitario cuando no estás aquí y papá—el chico de pequitas dejó de hablar y suspiró—siempre está ebrio.