Missing

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Con las semanas pasando, el pequeño había aumentado en tamaño, no demasiado realmente, pero al menos no era tan diminuto como antes.

Comía muy bien, y disfrutaba de la compañía de Alastor, buscando estar con el siempre que podía. Incluso, por la noche, aunque el demonio de la radio le deja a durmiendo en aquella cajita de cristal ahora cubierta con un almohadon de peluche, siempre se escapaba para poder dormir sobre su pecho. Por ahora, Alastor le decía "Berry" era rojo... Así que quizá funcionaba. Aún así, la araña no hablaba, ahora se comunicaba en base a chillidos o miradas y Alastor disfrutaba de eso. Odiaria que fuese parlanchín como los demás huéspedes del hotel.

Todo se sentía bien y creyó que podría mantener la situación tal y como estaba para siempre. Sin embargo todo cambio la semana siguiente.

Alastor se alistó para salir. Arreglo su saco y el cuello del mismo, no podía ausentarse tanto de sus deberes en el hotel, por más insulsos que resultaran.

– ¡Muy bien! Espera aquí, volveré a tiempo para tu almuerzo. No causes problemas – Giró la cabeza, buscando a Berry, pero no lo vió. Ah, quizá estaba escondiéndose de nuevo. Se encogió de hombros y salió de la habitación para dirigirse al lobby.

No notó que llevaba un polizón en la parte de a bajo del largo saco.

–¡Buenos días! Encantadora mañana ¿No es así? – saludo a todos. Husk rodó los ojos, Vaggie gruño y Charlie saludo. Sus ojos se enfocaron en angel y como permanecia acostado en el sofá. – Veo que no estamos del mejor ánimo está mañana – se encogió de hombros – Como sea.

– Hubo un contratiempo en la cocina – Menciono Charlie. – Parece ser que el horno explotó y ..

–¡Me encargaré ahora mismo! – Dijo sonriendo. Se giró para dirigirse a la cocina.

Sin embargo angel sintió algo. Se levantó lentamente y miro al rededor.  – ¿Alguien huele eso?

–¿Que cosa? – pregunto Vaggie.

– Eso, es... Hay un aroma que...– Olfateo al rededor – Es... Es conocido y... Cálido.

–...Angel... ¿Estás drogado?

–¡No! Quiero decir... Un poco – hizo una mueca – ¡Pero enserio puedo oler algo? ¿Nadie más? – miro a sus compañeros, todos le miraban como si estuviera loco. Angel gruño, se incorporó arreglando su ropa y siguió el aroma.

Este le llevo a la cocina.

*

Alastor miraba el horno. Ah, sin duda había explotado y dejo la cocina hecha un desastre. No le quedó más que chasquear y usar su magia para dejar el lugar más presentable. Escucho pasos tras el.

– Ah, veo que despertaste. ¿Tuviste una noche difícil, Angel? – Pero angel no respondió, seguía olfateando. Acercándose peligrosamente al demonio de la radio. – ¿Que estás..?

Pego su nariz al cuello de Alastor y este desapareció, alejándose. Apareció tras angel.

–Yo... Hueles a algo y...

– Agradecería que respetes mi espacio personal. – Sonrío.

Entonces Angel lo vió. Había algo, escalando por el hombro de Alastor. Era... Era...

Intento acercar su mano... Y entonces Alastor lo aparto de un manotazo.

– ¿Ese es...? No... No puede ser, tu ... Los aplastaste... ¡L-lo sentí!

– ¿De que hablas ahora...? – escucho el chillido. Bajo la mirada y.. ahí estaba... – Oh, Berry. ¿Que fue lo que te dije? – lo sujeto (ahora con toda la mano) – Eso no es cumplir con tu palabra.

[Eggs] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora