Si bien Alastor había conservado una pequeña esfera, no sabía muy bien que hacer con ella. Era un huevo, por supuesto, pero no era uno de cascarón duro que necesitaba calor para que el embrión rompiera la cáscara una vez estuviera listo para vivir por su cuenta.
Por un momento pensó que se trataba del huevo de un pez pero lo dudo mucho, así que, la puso en una pequeña caja de cristal en una esquina. No le daría calor, solo lo pondría en un lugar frío y húmedo... Si la criatura resultaba no ser interesante, se desharia de ella.Solo quedaría esperar.
*
Su vida se vio sumida en su rutina, presentarse, acostarse con tipos de la calle, grabar, drogarse hasta quedar hecho una mierda y repetir. Admitía que siempre que ponia sus huevos y estos eran destruidos uno a uno, se sentía decaído y miserable por varios días. Así que solo se embriagaba y se endeudaba con Valentino para poder comprar la cantidad que necesitara de polvo para poder superar la situación... Luego de eso, seguía avanzando.
Si, su vida era horrible en todos los sentidos.
Pero se lo merecería. Lo sabía.
Pasaban y pasaban los días, llegaba a beber al bar, escuchando las mismas estupideces de Husk, negándose a darle una copa pero al final siempre cedía y podía embriagarse. Se tambaleaba a su habitación y se dejaba caer en la cama donde Nugga le lamía la mejilla hasta que ambos se dormían. Solo para despertar con una horrible resaca y empezar todo de nuevo.
– Parece que te volvió a dar tu depresión post exterminio.
–¿He?
– Vaggie y yo hemos notado... Que te pones, hmmm – dudo un poco en como decirlo – Que te pones un poco más "autodestructivo" después de los exterminios. – la princesa jugo con cabello nerviosamente – Si necesitas algo...
– Hey, te voy a detener ahí. – se apartó y cruzo sus dos pares de brazos – No me pasa nada. ¿Ok? Estoy tan bien como una puta puede estarlo en el infierno.
– Solo... Solo creo que deberiamos trabajar en eso. Ángel, se que no te gusta aceptar como te sientes pero... Podemos buscar formas de afrontarlo. ¡Por ejemplo! Alastor... El ha estado muy bien después del exterminio, no ha matado a nadie y está muy ocupado con su nuevo proyecto.
–¿Proyecto?
– Dijo que es súper secreto, pero, apenas sale de su habitación, lo veo más animado y bueno... Parece que está bien.
–Si piensas que estás rehabilitando a Alastor, necesitas ayuda. – saco un cigarrillo con su brazo inferior y lo encendió con uno superior – El dejara de matar y mutilar el día que yo dejé de drogarme.
–¿No estás limpio?
– Quise decir... Eh, el día que el infierno se apague – sonrió mostrando sus afilados colmillos esperando que la princesa se lo tragara. – Como sea, déjame en paz. Estoy bien.
– Podrías ir a hablar con el. Quizá su proyecto también te sea útil... ¿No crees?
La araña lo pensó, pero... Sabía que no iría, no le importaba. Quería estar triste y ya. ¿Era tan difícil de aceptar? Además, seguramente Alastor solo despellejaba demonios y se los comía, eso no era lo suyo. Lo suyo era comer pollas pero nada más que eso.
*
El Happy Hotel se vio extrañamente deprimente, con Alastor ocupado con otra cosa y Ángel tan drogado que ni siquiera podía causar problemas, todo se sumió en una calma que si bien era agradable para otros inquilinos, resultaba algo extraña para la princesa y su pareja.
Al demonio de la radio poco le importaba, hacia su trabajo en el hotel, si, pero nada más. Una vez aliviará su curiosidad volvería a la diversión usual que el hotel le proveía...
Pasaban y pasaban los días y aquella esfera rojiza no daba señales de querer eclosionar, empezaba a cansarse... Y cada vez más pensaba en pisar aquella porquería y abandonar aquella perdida de tiempo... Hasta que un día, regreso de una pequeña cacería... Y no vio la esfera, el cristal estaba roto.
Busco por toda la habitación, no vio nada. Miro de bajo de la cama, nada. Chasqueo los dedos y su sombra se removió por todos los rincones de su cuarto, incluso saliendo por el pasillo... Si se trataba de algo peligroso debía evitar que Charlie lo viera, no estaba de humor para torpes regaños.
Estaba apunto de salir cuando, sus orejas de ciervo se movieron al escuchar un pequeño ruido, giro por completo su cabeza, con su típica sonrisa, sus orejas aún se movían hasta... Mirar a la esquina superior del techo.
Solo hizo falta hechar un ojo para entender toda la situación.
Solo vio una pequeña araña, escondida en aquella esquina oscura, buscando la humedad y oscuridad del techo para protegerse. Camino lentamente a esa esquina, mirando a la pequeña criatura, era apenas del tamaño de la palma de su mano, más parecía una tarantula, peluda, blanquecina, con rayas pequeñas de un color más borgoña que rosado...
Era idéntica a cierta prostituta drogadicta que curiosamente dormía dos pisos a bajo.
Acerco lentamente su mano, la pequeña cosa retrocedió pareciendo asustada ante la intrusión, pero Alastor no aparto la mano, la dejo ahí, mirandole con los ojos bien abiertos y la sonrisa enseñando sus afilados y relucientes dientes.
La araña salió poco a poco de esa esquina, acercándose temblorosa a aquella mano enguantada. Era.. era como si pudiera reconocerlo, caminó lentamente hasta subir a su mano.
Alastor sonrió –aun mas– y acerco la pequeña cosa a su rostro.
– Ma chérie... – le dijo – Tu y yo vamos a divertirnos mucho.
Ya estaba máquinandolo todo en su cabeza. Iba a ser divertido.
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[Eggs]
FanfictionAngel dust adoraba su forma demoníaca, mientras algunos iban al infierno con cuerpos de perros o gatos patéticos el había mantenido un poco de su belleza de cuando estaba con vida. No había nada que no le gustara de su arácnida apariencia... Bueno...