Fatherhood

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La diminuta araña resultaba entretenida.  Recorría la habitación de Alastor con curiosidad, daba un paseo de esquina a esquina para terminar durmiendo.

Al principio Al creyó que era un engendro perezoso, pero poco a poco entendió que al ser una cría necesitaba mucho más descanso que un demonio adulto. El demonio de la radio sabía que esa pequeña cosa no hacía más, solo caminaba, dormía, volvía a caminar y después se acercaba a los pies de Alastor para dormir recargado en ellos. No era nada interesante.

Aún así, no entendía el por qué podía pasar horas mirando a la cosa.

Decidió que era suficiente. La sujeto con el dedo índice y pulgar y la puso en la cama, sobre las sábanas rojas satinadas para que durmiera. Se puso de pie y fue directo a la puerta para salir. Apenas su peso abandonó el colchón, escucho un agudo y suave chillido, giró la cabeza y notó que la araña estaba despierta, mirándolo con sus ojos rojos bien abiertos.

–¿Que haces? – Dijo, sonriendo enormemente – Se supone que dormías. Anda, vuelve a dormir – Pero la araña volvió a chillar. Al ladeó la cabeza. – ¡Oh! ¿Quieres que me quedé? – Otro chillido – Lo siento, pequeño amigo, tengo trabajo que hacer. – volvió a salir y azotó la puerta dejando a la criatura sola.

Alastor avanzo por el pasillo, bajo las escaleras y se dirigió al bar, dónde Angel permanecia, desmayado sobre un taburete y el rostro estampado en la mesa del bar. Husk lo limpiaba con el trapo para los vasos sucios.

–¡Husk! Mi buen amigo... Veo que la pequeña servidora sexual no se encuentra muy bien. ¿Que se le va hacer?

– Bebió dos botellas de licor y aspiro más cocaína de la que ví en mis mejores tiempos, me sorprende que no esté muerto. - Dijo al encogerse de hombros – Ya duró demasiado... Su estúpida depresión post Exterminio me está volviendo loco, igual que a todos en el hotel. – se cruzó de brazos. – Llega hecho mierda, bebe y se droga cínicamente frente a todos. ¡Ayer vómito el maldito lobby!

–¿Y eso en que me concierne a mi? – Menciono sin mucho interés, mirando al rededor de la habitación.

– Te concierne por qué dijiste que ayudarías al hotel. – Husk y Alastor se giraron a la derecha, dónde Vaggie estaba. – Y Angel está hechando todo a perder. ¡Los pocos huéspedes que tenemos incluso se están quejando! Escúchame bien, Alastor, arregla a ese pendejo hijo de puta o...

–¿O qué? – la demonio no respondió. – Tengo entendido que su trabajo es rehabilitar pecadores ¿No? Él es un pecador y necesita rehabilitación ¿Eso que tiene que ver conmigo? – la estática a su alrededor aumento en volumen.

–... – Vaggie bufó y aparto la mirada – Charlie y yo nos quedamos sin opciones... Angel no parece relajarse. Ya han pasado varios meses desde el exterminio y él sigue tan mal... Temo que simplemente debamos dejarlo ir.

– ¿Que se le va a hacer? Puedo empacar sus cosas por el y dejarlas en la calle si quieren. – soltó una risa y levanto una de sus manos, dónde un brillo verde se observo.

– ¡No! Charlie no lo soportaría... – Suspiró – Solo... Quizá tú puedas decirle algo.

El demonio radio permaneció en silencio. Finalmente, chasqueo y el fulgor verde se esfumó. Lo siguiente que pasó fue el taburete rompiéndose y angel callendo al piso.

Su cuerpo sonó igual que un bulto de cemento al caer.

Pero la araña solo gimió adolorida, abriendo solo uno de sus ojos – Ngh... ¿Pero que... Mierda...? – balbuceo, sujeto su cabeza con sus brazos superiores y los inferiores abrazaron su abdomen.

– Escucha bien, hombre afeminado – Alastor se acerco, sus pies quedaron justo frente a Angel – Te vas a duchar, comerás algo y beberas un buen café. Luego irás a hacer los infantiles ejercicios de la princesa para ser mejor persona y te gustará ¿Entendido?

[Eggs] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora