The Last She || Una historia de Las Crónicas de Narnia.
જ⁀➴ 𝐀𝐥𝐝𝐚𝐫𝐚 𝐋𝐞𝐧𝐧𝐨𝐱 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐡𝐚 𝐯𝐢𝐯𝐢𝐝𝐨 bajo la sombra de un destino que su padre nunca reveló, y un misterio de una madre cuya identidad permanece oculta. ¿Podría esa m...
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❝El Armario❞ ꨄ︎
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♪ 𝐂𝐚𝐧'𝐭 𝐡𝐞𝐥𝐩 𝐟𝐚𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠 𝐢𝐧 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐛𝐲 𝐄𝐥𝐯𝐢𝐬 𝐏𝐫𝐞𝐬𝐥𝐞𝐲
La lluvia golpeaba con fuerza el cristal de la ventana, creando un eco melancólico en la habitación. Las gotas resbalaban por el vidrio como si el cielo llorara, ahogando cualquier rastro de diversión en el corazón de la pequeña Lucy, que permanecía sentada junto a la ventana, observando cómo su mundo parecía disolverse bajo la tormenta. Edmund, en cambio, se removía inquieto bajo un asiento, claramente aburrido.
Susan, intentaba aliviar la tensión del ambiente proponiendo un juego, del que Aldara la verdad no prestaba mucha atención.
En el rincón opuesto de la habitación, Lennox permanecía junto al viejo tocadiscos que adornaba una mesita. Sus delicados dedos seleccionaron cuidadosamente un vinilo, colocándolo con precisión antes de bajar la aguja. La habitación se llenó con las suaves notas de "Can't Help Falling in Love" de Elvis Presley. La melodía, dulce y nostálgica, parecía envolver el ambiente con una calidez que contrastaba con la frialdad de la tormenta afuera.
Cerró los ojos un momento, permitiendo que la música la transportara a un lugar más amable en su mente. Sus labios se curvaron apenas en una pequeña sonrisa, imperceptible para la mayoría, pero no para Peter. La observaba con una intensidad que ni siquiera él mismo comprendía del todo. La suavidad en su rostro mientras escuchaba la canción parecía despojarla de las barreras que usualmente la rodeaban.
Cuando la canción avanzó, Aldara abrió los ojos y caminó lentamente hacia su lugar habitual. Ignorando deliberadamente a Peter, se sentó y sacó una carta, la cual desplegó con cuidado. Sus ojos recorrían cada palabra escrita en el papel, y la melancolía regresó a su rostro. Era la letra de su padre, y aunque no se la mostraba a nadie, era evidente que el contenido resonaba profundamente en ella.
Peter intentó apartar la mirada, pero le resultaba imposible. Estaba seguro que algo en Aldara lo cautivaba, algo que iba más allá de su apariencia o de las miradas punzo cortantes que le había dirigido toda la mañana. No podía ignorar la manera en que la luz cálida de la lámpara bailaba en su cabello oscuro ni en ese único mechón blanco que la hacía única; ni cómo la canción parecía resonar en ella de una manera que era difícil de entender.