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Había estado entrenando su puntería para goles durante sus dos días libres junto a su hermano, el cual estaba de visita en su hogar para verle y pasar tiempo con él, como cuando eran niños y jugaban en las calles luego de clases.

Su hermano siempre había sido bueno en el arco, así que aprovecharon la tarde de ese día, para jugar un rato entre ellos. Entre charlas, risas y poco más, la ida y vuela del balón era intensa, hasta el punto de patear con tanta fuerza que estaban seguro de que alguno iba a salir herido.

Eso no los detuvo, pero si paso tristemente. En el momento en que Fernando, comenzó a intentar hacer goles con Pedro entre ambos palos, sabían que algo pasaría. La fuerza y la mala puntería del joven le costó un pelotazo en la cara al contrario dejándolo rendido en el suelo con la mano en su rostro.

-Me rompiste mi hermosa cara!

-Anda no exageres Pepi

-Mi nariz, me la has roto coño no la siento

-Las piernas te voy a romper macho anda- el Alfa lo levanto y lo miro con cuidado. No le había roto nada -sigues con la misma cara de tonto de siempre, solo que ahora te saldrá un morado en el moflete.

Pedro lo miró con el ceño fruncido y le estampó la pelota en la cara sin piedad, no fue fuerte, pero el mayor no dudo en devolvérselo, golpeandolo en alguna parte del cuerpo. Estuvieron de esa forma hasta que el mayor corrió hasta dentro de la casa para cubrirse, escuchando a su hermanito gritarle cobarde detrás de él.

Luego de su pequeña guerra, y Pedri con un hielo en el ojo para la inflamación, conversaron un poco sobre como iba cada uno. Su familiar le contó que había encontrado a una beta encantadora y que ya llevaban unos meses conociéndose sin más, pero que ya estaba listo para dar el segundo paso e invitarle a salir formalmente.

Esto hizo sonreír al Omega y abrazar al contrario por la noticia, nunca se imagino que su hermano estuviera conociendo a alguien, pero tampoco lo creyó imposible, después de todo hacia más de un año que no se veían en persona y no eran muy comunicativos por chat.

Aunque era normal, ambos tenían sus carreras y vidas apartes. Miró a Fer y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, sus oídos se taponaban de un sengundo a otro escuchando poco y nada a su hermano mayor. Pasó su manos por sus orejas dando pequeños golpesitos a estas intentando que recuperar algo de audición, asustado de no poder ya escuchar al contrario, trato de hablar, sintiendo como su garganta se cerraba cada vez más, esta seguro que su expresión cambio completamente a una de pánico pero no parecía importale en lo absoluto a Fernando pues seguía contándole cosas sin más.

Sentía una nauseas terrible y su boca salivaba más de lo normal, en su corazón sentía una fuerte presión, como si fuera a explotar en cualquier momento. Podía sentir que iba a dejar de respirar en cualquier momento.

-Pedri hermano- Un chasquido lo hizo abrir los ojos con dificultad- despierta de una vez, tenemos que bajar del bus

Bus? Qué bus?

Sus ojos miraron a su alrededor como locos, noto los asientos frente a él y la ventanilla en la que estaba apoyado. Miró a Gavi, quien no entendía como por una pequeña siesta su amigo se había descolocado tanto.

Pedro callo en cuenta, sintiendo un revoltijo en el estómago, teniendo la misma sensación que en su sueño, no dudo en levantarse rápido dejando todo atrás y empujando a más de uno de sus compañeros para salir de aquel espacio.

El viento fresco choco contra su rostro cubierto de sudor, el cambio de temperatura hizo que su piel se erizara y sin poder controlar su cuerpo, se arqueca hacia delante, expulsando el contenido de su estomago. Todo el desayuno que había ingerido antes de ir al aeropuerto y las galletas que se comió antes de subirse al bus.

Defectuoso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora