Samuel despierta temprano para poder aprovechar la soledad de los baños del penal, mira los alrededores de las duchas y suspira al no encontrar a nadie dentro, se desnuda dejando su toalla y uniforme limpio cerca.
Cuando Samuel está regulando la temperatura del agua, esa también es otra de las razones por la que se ducha temprano para poder aprovechar el agua caliente. Paso y voces se escuchan provocando que el chico se tense, corre al lugar donde dejo su ropa, pero era muy tarde, ya que tres enormes hombres entran en el baño encontrando a Samuel desnudo que intenta cubrir su masculinidad.
Los hombres se sorprenden al encontrar al muchacho y luego recorren el blanco cuerpo del chico mientras que uno codea al otro con una sonrisa en su rostro.
—La mariquita de Matthew —comenta el del medio con una sonrisa—Qué afortunados somos —murmura.
—Mira qué lindos pezones, rosados. Seguro así mismo debe tener la entrada —comenta uno de brazos tatuados mirando con deseo el pequeño cuerpo de Samuel.
—Comprobémoslo —se acercan a Samuel que está temblando del miedo.
—Por favor, no —murmura retrocediendo hasta que queda acorralado por la pared y los tres hombres.
—Te gustará, putita —suelta uno halándolo de la mano para pegarlo a su cuerpo, manosea su trasero y otro le besa el rostro, Samuel intenta soltarse de sus agarres y evitar que lo toquen, pero ellos son tres al igual que tienen más fuerza que él que es un chico delgado y rasgo bastante afeminados.
— ¡Ayuda! —grita desesperado mientras las lágrimas se deslizan por sus mejillas.
— ¡Cállate perra! —Lo abofetea reventando su labio y dejando la marca de su mano en la mejilla del chico. Los hombres se desnudan con rapidez y se frotan contra Samuel, que se tensa cuando uno de ellos mete un dedo en su ano.
—No —siente que le quema y raspa las paredes por lo forzado que entran su dedo, llora de impotencia, ya que no puede defenderse y sabiendo que terminara violado en la ducha del penal.
— ¡Suéltenlo ahora mismo! —ruge una ronca voz detrás de los sujetos, Samuel solo solloza y esto lo sueltan mientras que el joven chico se desliza al suelo para abrazar sus piernas. Su cabeza la agacha y permanece con sus ojos cerrados, sin saber lo que pasa a su alrededor.
—Solo queríamos divertirnos, señor —murmura uno de los sujetos mirando con miedo al hombre de ojos cafés que le suelta una bofetada con toda la fuerza que posee.
— ¡Largo de aquí! —Recogen sus pertenencias y salen del baño dejando al ruso con un Samuel tembloroso. El enorme hombre de ojos café mira al chico desnudo y escucha sus sollozos, sus labios se fruncen en una mueca de desagrado hacia el cobarde sujeto que tiene de frente—Deja de llorar, niña —suelta de manera fría, Samuel eleva su cara hacia el hombre y es el mismo que estaba fumando cuando estuvo en el patio jugando ajedrez—De pie —ordena, mirando al joven y con curiosidad de saber si es mujer u hombre, ya que la cara del Samuel es idéntica a la de una chica.
Samuel tembloroso se pone de pie confirmando que si es un chico al ruso cuando ve su pene. También mira el cuerpo del chico dándose cuenta de que es bastante femenino para ser un hombre.
—Muchas gracias —susurra Samuel apenado mientras cubre su miembro ante la penetrante mirada del ruso. El enorme hombre tiene su baño propio, pero a su ducha no está circulando el agua, por lo que bajo a las del penal para poder lavar su cuerpo, sin embargo nunca espero encontrarse con un sujeto que parece mujer.
—En el penal no se dan las gracias, se paga con favores —el acento del hombre es bastante marcado, por lo que Samuel lo califica como un hombre ruso.
— ¿Qué clase de favores? —El ruso lo piensa y lo que pasa por su cabeza no es mala idea, se acerca a Samuel que retrocede hasta quedar acorralado entre el cuerpo del ruso y la pared.
—Uno bien sencillo, —comenta llevando su mano a su toalla para quitarla y dejar ver su miembro semi erecto—Chúpamela —ordena, Samuel lo mira con miedo y el ruso solo frunce sus cejas.
—Pero...
—Es eso o que te ponga en cuatro y desgarre tu culo, tú eliges muñeca —murmura fríamente— ¡Rápido que no tengo todo el día! —gruñe, Samuel se sobresalta y con miedo se desliza hasta el suelo, mira la polla del ruso que es gruesa con algunas venas marcadas, su pubis lleva una fina capa de vello y sus testículos son grandes y a simple vista pesados.
—Yo... No sé hacerlo —susurra apenado, el ruso bufa y sujeta su grueso miembro.
—Abre la boca y cubre tus dientes con tus labios —un nervioso Samuel hace lo que pide y el ruso introduce su punta en la cavidad bucal del joven chico—Relaja tu garganta o si no te dará arcadas. —Da instrucciones e introduce la mitad de su polla dentro de la boca del muchacho, sisea para comenzar a dar lentas estocadas mientras que los ojos del chico lagrimean cada vez que el enorme hombre parado frente a él introduce gran parte de su miembro en su boca—Lame la completa y chupa la punta —suelta sacándola de su boca—Mastúrbame mientras lo haces y mírame con esa carita de niña buena —pide y así lo hace, conecta sus ojos con los del hombre de piel morena que lo tiene oscurecidos por el deseo—Así me gusta —lame toda su longitud y chupa su punta escuchando como este dice algunas palabras en ruso—Eso cómetela toda —sujeta su polla y lo hace chupar sus testículos mientras se masturba.
El ruso se tensa y hace que Samuel abra su boca para follarla, el chico tiene varias arcadas cuando la introduce casi por completo en su boca. Los roncos gemidos del enorme hombre llegan a sus oídos.
El sujeto de piel bronceada retira su polla y se masturba rápido hasta que sisea cuando se corre manchando con su esperma el rostro de Samuel, que se queda quieto mientras el hombre se corre. Los rosados labios del chico están hinchados por la bofetada y su mandíbula está adolorida por tener la boca demasiado abierta. El semen del ruso mancha sus labios provocando que pruebe el sabor salado y medio amargo de su caliente esperma.
—Tu deuda está saldada —comenta cuando recupera el aliento para recoger su toalla y alejarse a una de las duchas, mientras que Samuel permanece en el suelo con su rostro manchado por la blanca sustancia del ruso. Los minutos pasan y el chico se da un baño rápido para quitar el sucio, frotando su cuerpo con brusquedad, quedando rojo por el fuerte roce que ejerce contra su piel.
Samuel se siente sucio y ultrajado, no dejo de llorar ni un segundo mientras se lavaba, se vistió y se fue hasta la celda en donde se acostó en su cama mirando la pared. Su apetito se fue y no tardo mucho tiempo para que quedara completamente dormido.
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El recluso de Lucifer
Roman d'amourLa belleza y la luz, dos factores que cautivan a Lucifer. Tan prohibido y totalmente suyo, Shura Anafasyev mejor conocido como Lucifer, un narco ruso extraditado a los Estados Unidos. Un inocente condenado a una cadena perpetua, débil y tan frágil...