Capitulo 4

1.2K 174 21
                                    

Lo que me ha dicho Stavros me ha confirmado que él si es el mismo hombre que vi hace diez años en Italia el mismo que me ayudo y me salvó del accidente en el que murieron mis padres. Sin embargo no considero que sea lo mejor decirle aquello, no quiero que me vea como la mayoría de personas me ve, como una demente que inventa historias y los escribe en sus libros.

—Bueno yo creo que quizás crees que nos hemos visto antes, a mucha gente le pasa a menudo. Ya sabes como un deja vu.

Él se pasa la mano por el mentón y me analiza de arriba abajo.

—No sé si tengas razón, porque tu imagen aparece muy distinta en mi cabeza cuando lo intento recordar —se queda pensativo—. No te preocupes, quizás sean simples suposiciones.

—Es lo que digo —le doy la razón—. Ahora que te he visto de nuevo, quiero regresarte algo —rebusco en el bolsillo de mi pantalón aquella cadena que me había dado en el desfile y la entrego en sus manos—. Creo que esto debería regresar a ti, no me pertenece. Quise decírtelo aquel día en el desfile pero no hubo tiempo de nada.

—Estaba seguro de que era tuya.

—Pues no lo es, lo más probable es que pertenezca a otra personas, quizás..., esa chica de nombre Marcella.

—No recuerdo que Marcella lo llevase —dice seguro—. Por favor quédatela, luce más bonita cuando la llevas puesta.

Stavros regresa aquella joya en mis manos, la recibo porque no quiero ser una grosera ante su gesto.

—Sobre la cena —aprieto los labios—. ¿Tienes un plato en especial que te guste?

—Todos me gustan —se encoje de hombros con simpleza—. De donde vengo estamos acostumbrados a comer todo lo que se nos sea servido en la mesa.

—¿Te gusta la caponata siciliana? —le pregunto.

—Nunca la he probado, pero si es un plato italiano debe ser exquisito.

—Cien por ciento italiano —sonrío—. Te aseguro que te va a encantar.

—¿Te gusta la cocina?

—Hum, no es mi pasión, pero tampoco me desagrada.

—¿Cuál es tu pasión entonces Anneliese?

—¿Quieres enserio saberla?

—Sí, me da curiosidad.

—Los libros —respondo—. Me apasiona leer, y escribir. Disfruto haciéndolo, me gusta imaginar historias, historias felices, con finales felices —me suelto a reír.

—¿Cuentos de hadas y esas cosas? —se burla.

—Si te dijera que tal vez algunos cuentos de hadas se cumplen ¿me creerías?

—La vida está abierta a cualquier posibilidad ¿no lo crees? ¿Por qué no creer entonces en que los cuentos de hadas se hacen realidad? ¿En que nuestros sueños pueden llegar a cumplirse?

—Es tal como le digo a mis alumnos, "nunca permitas que tus sueños solo se queden en sueños, sal y conviértelos en tu propia historia"

—Parece que suenas a gusto con lo que haces, Dime ¿te gusta tu trabajo?

Sonrío.

—Mucho, disfruto enseñarle a los pequeños. La gente cree que son complicados, pero se sorprenderán de la capacidad que tienen para ser felices con tan solo pequeñas cosas.

—Es agradable encontrar a alguien que hable sus pasiones de la misma forma en que tú lo haces.

—¿Qué hay de ti? ¿Qué es lo que ms te apasiona en la vida?

Guardián Oscuro (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora