Guardián Oscuro (Pausada)

Capitulo 11

—Debes de pensar ahora que soy un monstruo, debes estar asustada de mi —su mirada temerosa se fija en la mía esperando una respuesta mientras permanezco en silencio—. Por favor di algo Anneliese —pide.

Sé que lo que me ha revelado es algo terrible, es algo que a cualquiera le daría escalofríos de solo escuchar algo que provocaría que cualquier persona saliese corriendo despavorido de aquel lugar, sin embargo no he visto a Stavros nunca como un peligro, lo he visto como lo que siempre ha sido para mí, un salvador, un héroe, quizás un guardián.

—No le diré a nadie lo que me has dicho —contesto.

—Tienes la libertad de irte ahora si quieres.

Doy un paso adelante, me paro enfrente de él y le regreso una sonrisa.

—No tengo ninguna intención de irme, para mí no eres una mala persona.

—Anneliese...

Lo tomo de sus manos con fuerza.

—Puedo comprenderte Stavros, sé porque lo has hecho, perdiste a la persona que más querías en el mundo. Al igual que yo has quedado solo, con la única diferencia de que tú tienes a alguien que te espera en alguna parte del mundo, sin embargo y no tengo a nadie de mi familia, me gustaría también haber conocido a la persona que causo la muerte de mis padres —cierro con fuerza mis ojos—. Pero encontrarla no haría nada la diferencia.

Stavros sostienes mis manos y enlazo sus dedos a los míos.

—¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué has confiado en apenas un extraño? ¿Acaso no me tienes miedo?

—No lo tengo —susurro pegando mi cuerpo al suyo—. Nunca podría tenerte miedo —me inclino para besarlo en los labios. Stavros sigue mi beso de la misma manera e intensidad, sus manos se enlazan a mi cintura mientras las mías se ajusten a su cuello.

Siempre he mantenido ocultos mis sentimientos, siempre he tenido miedo de revelarlos, ahora no sentía miedo por mostrarlos con la persona de la cual me he enamorado desde hace mucho antes de que nos conociéramos.

Stavros detiene el beso y esboza una sonrisa.

—¿Eso significa que?

—Que no me iré.

—Conmigo estarás segura —me pega a su pecho.

—Sabes quiero contarte algo —me muerdo los labios al pensar en lo que podría responderle cuando le revele aquello.

—¿De qué se trata?

—Te he soñado, y también te he dibujado.

Él me mira sin creerlo.

—¿Es eso posible?

—Lo sé, suena loco pero...

Quiero revelarle la verdad de donde lo he visto, pero decido que no es el momento para decirlo, así que solo me lo callo una vez más.

—Pero ha sucedido, tal vez si nos hemos visto antes y ninguno de los dos lo recuerde.

—Quizás nos hemos visto en otras vidas.

Le sonrío y él me roba otro beso.

—¿Es muy pronto para decirte que quizás he empezado a tener sentimientos por ti?

—¿Es muy pronto para decirte que desde que te conocí me enamoré de ti?

Le regreso una sonrisa aporque no puedo creer aquello que me ha dicho.

—Creo que has exagerado solo un poco, las mentiras no suenan bien.

—No es exageración, te estoy siendo sincero Anneliese, es la primera vez que estoy siendo sincero con alguien.