Capitulo 23

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Me hubiese gustado compartir más tiempos con la abuela Dafne pero desafortunadamente ahora teníamos que despedirnos de ella para nuestro regreso a Italia.

—Espero venir aquí muy pronto señora Dafne —le sonrío.

Ella me egresa el gesto.

—Yo también espero verte de regreso cariño, aquí los estaré esperando a ambos —dice dulcemente—. Deseo que sean completamente felices.

—Abuela, ven aquí —Stavros la abraza y le da un suave beso en la frente—. Volveremos aquí, Anneliese ha dicho que se dará un tiempo fuera de las pasarelas, considero que es el perfecto para compartir en familia.

—Oh, eso sería maravilloso —esboza una sonrisa.

—Y quizás regresemos para iniciar una nueva etapa en la vida —ajusta su mano en la mía.

—Oh hijos, sería feliz si viera a un pequeño correr por la casa.

—Dejaré de ser el preferido entonces si eso sucede —le responde Stavros.

—Esta casa es lo suficiente grande y amplia para todos, hay mucho amor aquí.

—Por supuesto que lo hay señora Dafne, usted es la muestra de ello —le respondo.

Nos despedimos de la abuela cuando los hombres de seguridad nos confirman que el equipaje está dentro del avión, compartimos unas cuantas palabras de despedida y luego abordamos el avión para nuestro vuelo de regreso a Milán. Stavros antes de tomar su asiento se detiene para dar un par de instrucciones a quienes nos acompañan y luego se hace a mi lado.

—Ann, quiero que veas algo antes de que aterricemos en Milán —me dice.

—¿De qué se trata?

Él hace una señala con su mano y enseguida una mujer de mi misma estatura y rasgos aparece vestida casi idéntica a mí. No entiendo que sucede.

—¿Quién es ella? —pregunto sin saber que está pasando.

—Eres tú —responde él—. Bueno, tu doble, he corroborado que habrán paparazis en el aeropuerto queriendo tomar más de una fotografía y que muy posiblemente nos sigan al apartamento, así que no pienso arriesgarnos a que conozcan nuestro lugar de residencia, por eso he llamado a Vienna, ella se encargará de despistar a los paparazis para que tomen un par de fotos, nosotros usaremos ese tiempo para aterrizar quince minutos después y tomar el auto para ir al apartamento.

—Soy muy profesional en mi trabajo señora Karagiannis —dice la chica—. Créame, no sospecharán nada.

—No sé si esta sea buena idea —respondo.

—Vienna ha estudiado muy bien tu perfil, ella hará bien su trabajo, los chismosos tendrán una foto falsa y luego tú puedes agendar con ellos la entrevista que tanto quieren, por el momento me importa tu seguridad y no voy a arriesgarme a que descubran nuestra ubicación.

Aprieto los labios y termino accediendo al plan de Stavros.

—Está bien, haremos eso.

—Perfecto.

Stavros le da unas últimas indicaciones a la chica, luego de unos minutos se regresa a mi lado para sentarse en su asiento.

—Todo saldrá bien, no te preocupes.

El avión despega y aterriza en la pista de aterrizaje después de unas horas para ser exacta cuando la tarde ya ha caído sobre la ciudad. Los hombres de seguridad son los primeros en bajar para comprobar que no existe presencia de ningún periodista o fotógrafo cerca, cuando han verificado que el plan con la doble ha funcionado nos piden que bajemos. Así que una vez hemos puesto un pie en la pista un auto nos espera para llevarnos a nuestro hogar, le siguen detrás unos tres autos más que nos custodian.

Guardián Oscuro (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora