Finalmente ocurrió. La humanidad se extinguió y sus cuerpos vagan por la ciudad hambrientos de las vitaminas que no poseen.
Gulf Yelaski junto a su pequeño hijo Sam son sobrevivientes del virus zombie. Hasta que un día encuentran a un robot. El rob...
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Mew prolonga el beso y responde con un segundo. Continúan hasta jugar con sus lenguas. Al retroceder, Gulf está nervioso y sonriente como si fuera virgen otra vez. Él levanta su bata blanca y la tira por alrededor. Quedando en bóxers negros. Mew escanea su cuerpo y no puede evitar usar la visión rayos-X. El corazón de Gulf late como pandereta en iglesia. Y su respiración es más rápida de lo normal. También ve todo el flujo de la sangre correr hasta la ingle. Desactiva la visión Rayos-X y se enfoca en su cuerpo. Tiene un buen físico. Un pecho destacado y unos brazos de apariencia delicada, pero masa grande.
—No dices nada... Eso no es bueno. — Gulf se avergüenza sin dejar de sonreír.
—Lo siento. Es que eres una persona muy bonita. Tanto por dentro como por fuera. Nunca había estado con una persona tan bonita como tú. Siempre eran salvajes o poco educados o... De mi disgusto. Eres diferente.
Gulf sonríe. —A ver, no es justo que yo sea el único desnudo.
Mew no entiende la indirecta y Gulf pilla su labio inferior entre dientes. —Mew. Me refería a que... No me dejes desnudo solo.
—¡Oh! Oh. Sí. — Mew cruza sus brazos en X sobre la cabeza y se despoja de su camisa. Revelando un abdomen fornido, una cintura ancha y brazos grandes. El robot se pone en pie y deshace el resto. Quedando completamente desnudo. Gulf lo mira de arriba abajo y se pone en pie.
Él mide sus hombros con sus manos y aprieta sus pectorales como si no los creyera reales. —Ahora tú no me dices nada.
—Porque me has dejado sinhabla, Mew. Lo siento. Eres muy hermoso.
El robot sonríe y lo sostiene de las mejillas. Gulf cruza narices con él. Sus alientos rozan mientras que por inercia acerca su rostro al de él, pero justo ahí Mew traza besos por su cuello. Enviando millones de Corrientes por su espalda y más. Gulf gime al instante e intenta hundir su rostro en la curvatura contraria, pero Mew continua explorando.
De un momento a otro son la encarnación de la lujuria y Mew lo acuesta en la cama. Los besos no tienen fin y sus manos tampoco. Mew hunde una mano entre sus piernas y Gulf las tensa por inercia. Intenta cerrarlas, pero no quiere.
Él besa su cuello e intenta distraerse de los dedos en su interior. Pero Mew era un experto y no tardó en hallar su punto dulce. Gulf mira abajo entre inquieto y curioso. El robot se detiene.
Gulf reajusta el cuerpo para lo que se viene y Mew lo acapara entero. —¿Estás listo?
«Me preguntó. Qué lindo. »
—Sí.
Mew entra en él lentamente y Gulf gruñe antes de abrazarse a su espalda.
—Gulf, ¿cómo te sientes?
—Ya puedes moverte. — Dice en voz baja y el robot sonríe antes de comenzar las estocadas. Concisas y suaves. Con cuidado de no herirlo.
Gulf lo besa al cuello, pero se agarra fuerte cuando Mew profundiza las embestidas e incluso él gime.
