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Sus ojos todavía poseían aquella venda, no era consiente del tiempo que ha pasado pero parece ser infinito, cada día solo siente más miedo al que la raptó, no había día en que el pasara el tiempo con ella, quien mayormente hablaba era Sukuna pasando harto rato halagandola sobre su carrera y cuerpo, tenía miedo que el quisiera abusar de ella

—¿Como siguen tus heridas?—

—Duelen aún— respondió agitada

Urame era la mano derecha de Sukuna, era el encargado de tratar que sus heridas sanaran por completo, vigilarla, bañarla, vestirla y algunas veces darle de comer

Urame era tan frío y distante, era un muñeco que solo obedecía las órdenes de Sukuna, el no había intentado hacerle daño y eso le aliviaba solo un poco

—¿Donde o que te duele más?—

—La cabeza no me deja de palpitar, la espalda me está matando y mi ojos me arden, pero siento presión en ellos—

Sus muñecas estaban sujetadas a cadenas que no le permitían ir tan lejos de la cama o llegar a alguna parte

—Es normal que te duela la espalda y la cabeza por el golpe— mencionó tocando el vendaje de su cabeza —¿pero te arden los ojos?—

—Si, me arden mucho y me pican—

Urame le quitó la venda de los ojos, por primera vez en tiempo vio luz, no evitó entre cerrarlos por la luz

—¿Como me ves?—

—Mu-muy borroso—

—¿Usas algun tipo de lente?—

—No—

Urame frunce el ceño confundido

Aoi empezó a derramar lágrimas cerrando sus ojos

—¿Me-me voy a quedar ciega?— pregunta apretando sus puños —ve-veo muy borroso, demasiado—

—¿Del uno al diez que tan borrosa ves?— pregunta Urame moviendo su dedo frente a los ojos azules de Aoi

—Nu-nueve—

Urame chasqueo su lengua algo irritado, no solo Aoi tenía unas costillas rotas sino ahora que probablemente podría quedar ciega o con una visión muy borrosa de manera permanente, seguramente habría que operarla de urgencia por el golpe del accidente

—Ahora vuelvo— murmuró dándose la vuelta para irse

Cuando abandonó la habitación Aoi llevó una de sus manos a los grilletes, tratando de quitarse los grilletes, mordía su labio inferior aguantando el dolor y como su muñeca se ponía roja y empezaba a sangrar, casi lloró de la alegría cuando se quitó el grillete de su mano izquierda, después procedió s hacer lo mismo con su mano derecha

Miró el cuarto y al ver una ventana rápidamente corrió a ella, la ventana estaba sellada y no podría abrirla, si rompía el cristal en lo menos pensado ya la iban atrapar, fue hacia la puerta y se agachó para ver por debajo de si había sombras, si, al parecer había alguien vigilando que no se huyera, maldijo por la bajo

Miró otra vez la habitación y al ver una lámpara tuvo una idea

Se puso detrás de la puerta con la lámpara en las manos, estuvo algunos minutos tomando el valor para lo siguiente que haría

Abrió la puerta

Su cuerpo tembló al ver a alguien con un arma entrar, tenía mucho miedo pero debía actuar rápido o todo se echaría a perder

Golpeó con la lámpara en la cabeza del hombre, este cayó desmayado al suelo

Cerró la puerta y de manera rápida tomó el arma de aquel tipo «que no tardaría en despertar», se armó todo lo posible con las pistolas y cuchillo, rompió con el mango de la pistola la ventana y sin pensarlo salió

Aunque las piedras se encajaran en sus pues descalzos no le importaba, ella corría sin mirar atrás por aquel bosque mientras el sol se escondía dando paso a la noche

...

Yū Haibara había salido de una operación de casi once horas, estaba bajo vigilancia por la policía y en un delicado estado donde tardaría en recuperarse por demasiado tiempo y su cuerpo quedaría con cicatrices

—¿Estará bien?— pregunta Megumi observando el herido cuerpo del mánager de Aoi

Conocía a Haibara toda la vida, Aoi lo consideraba parte de su familia

Lo conoció cuando el tenía seis años, Aoi se lo había presentado como su mánager cuando ella tenía diez años, su padre se esmeró en buscar a alguien que viera por el futuro de Aoi en el mundo del espectáculo

Era perfecto en su trabajo, hizo de Aoi alguien grande con talento, Haibara estuvo en cada cumpleaños o día festivo, el estaba en mucho de sus recuerdos de la niñez

—Por ahora Haibara debe tener reposo absoluto, su cuerpo de señales de mejorar, aunque en un estado delicado, si todo va a bien pronto podría despertar—

—Es una buena noticia oír eso— murmuró mirando ahora al suelo

—Tranquilo Fushiguro, ¡te prometo que todo estará bien!— le animó Yuuji abrazándolo como solía hacerlo —el mánager de Aoi es alguien muy fuerte, en lo menos pensado pronto estará despierto y dará un claro testimonio sobre el secuestro de Aoi—

—Tienes razón Itadori— murmuró

Su mejor amigo estaba con el dándole apoyo en estos momentos difíciles para el

Estaba agradecido con Itadori por apoyarlo en los momentos difíciles para el


Predestinada a sufrir |Yandere Jujutsu Kaisen × Oc × Yandere Tokyo Revengers|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora