nueve

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Estaban rindiendo el examen de historia. No era por presumir pero, como ya había dicho Sabrina, esa materia le resultaba bastante fácil. Solo bastaba con imaginarse que eran miles de chismes contados de manera muy aburrida pero siempre con algún giro inesperado.

La estaba por terminar cuando su compañera la codeó, esa era la señal para que sacara las manos de su hoja y la dejara copiarse en lo necesario. No rechistó ya que no le molestaba y ya estaba acostumbrada.

Cuando vió que Sabri había terminado su actividad, completó lo que le faltaba y lo entregó.

Volviendo a su asiento observó a sus compañeros. Se enfocó en su nuevo grupo de amigos, todos tenían caras preocupadas pero uno parecía totalmente perdido. Sorpresa para nadie, era el ruloso que ya había admitido lo mucho que le costaba y lo forro que era el profesor. No iba a negar ninguna de las dos cosas, el profesor hacía una diferencia muy notable entre los varones y las mujeres del curso.. era perturbador e incómodo lo mucho que nos beneficiaba.

Llegó a su banco y al tiempo la hora terminó, fueron al recreo pero a la vuelta iban a tener sus notas.

🎭

— Gomez, Josefina — Levantó la mano — Un 8 — Le sonrió.

— Santos, Sabrina — Levantó la mano — Un 9 — Si a ella le fue bien a mi seguro también, así que me relajé.

Siguió llamando hasta llegar a mi nombre.

— Borda, Rocío — Levanté la mano — Un 10 — Me guiño el ojo — Como siempre — Creo que sentí un escalofrío.

Al llegar a los nombres de los chicos, la gran mayoría aprobó por la mínima.. mayoría porque el que parecía perdido reprobó.

— Polidori, Blas — Levantó la mano — Un 3 — Pudo ver como puteo por lo bajo — Si sigue así se va a llevar la materia, podría tener alguna tutoría ¿No le parece? — Siguió nombrando compañeros.

Rocio y Sabrina se miraron, sabían que el grupo no tenía las mejores notas pero siempre terminaban aprobando.

Pensaron que el grupo iba a estar consolando al chico, pero al girar se encontraron a el ruloso siendo molestado por todos a su alrededor mientras que tenía una notable cara de culo.

Quiso reír ante la ternura que le daba el chico pero igual le dio pena saber que estaba en la cuerda floja de la materia.

Hicieron un pequeño contacto visual y ella le dio una sonrisa apenada, el chico simplemente levantó los hombros como si ya no pudiera hacer nada para cambiar la nota del examen. Lo hecho hecho está diría su mamá con esas frases motivadoras que nadie entiende.

🎭

Estábamos saliendo del colegio y habíamos acordado irnos todos a la casa de Matu, como siempre, para poder pasar la tarde y acordaron salir a comer a la noche.

Llamó a sus papás para pedirles permiso — Ma, unos amigos me invitaron a salir a comer hoy a la noche, iría Sabri también — Habló mientras empezaban a caminar para la casa del chico.

— Obvio, Rochi. Cuidate ¿Tenés plata? ¿A la noche venis para aca o vas a lo de Sabri? — La bombardeó de preguntas.

— Si, ma, me quedó de la otra vez y todavía no se que voy a hacer pero te digo apenas lo hable —

— Dale, amor. Te amo, chau — Se despidió y escucho como hizo un beso sonoro del otro lado.

— Te amo, chau ma — La imitó y cortó.

Estaba un poco más atrás del grupo así los gritos no se escuchaban en la llamada. Lo feliz que se sentía al verlos todos juntos, riendo y jugando entre todos.

Blas miró para sus costados y luego para atrás donde la encontró a ella admirándolos con una sonrisa. Paró su paso y la esperó.

— Rochi — Pasó su brazo alrededor de sus hombros, lo que generó un sonrojo de parte de la chica.

— Blas ¿Cómo estás? Escuche lo que te dijo el de historia — Sonrió tímidamente.

— De eso te quería hablar. Viste que a mi me cuesta historia — Pausó — Bastante — Ambos rieron.

— Puede que haya notado algunas pistas pero me sorprende — Lo miró a los ojos y mostró su sonrisa. Al chico le temblaron las piernas.

Rió — Si, vi que a vos te va genial y me preguntaba si podrias ser vos la que me de clases, tipo de ayuda viste, si queres obvio —

— Claro — Respondió demasiado rápido — Digo, no me molesta, yo te ayudó a levantar la materia —

La abrazó fuertemente — Gracias, de verdad, te juro que no sé qué hacer para no reprobar —

— Tranqui, después arreglamos la hora y el día, no te preocupes — Se separaron del abrazo pero siguieron caminando pegados.

— Perdón si te jode pero gracias por decir que sí, gorda — Se deslizó como la otra vez pero no le dió tanta vergüenza. La miró y vio como se convirtió en un tomate y sonrió pero lo intentó ocultar.

— No me molestas, en serio. Eso sí, cuando nos juntemos a estudiar me debes los mates — Intentó seguir como si nada.

— No hay duda, te cocino si hace falta — Sonrieron y, como si le diera una ola de confianza, pasó su brazo por la cintura del chico, el cual seguía teniendo el suyo en sus hombros.

Caminaron por detrás del resto del grupo, quien ahora saltaban de alegría pero ellos no sabían el porqué, el cual los incluye a ambos y a las acciones que estaban teniendo en ese momento.

daylight : blas polidoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora