Capítulo 2

267 39 2
                                    

Yang se quedó dormido después de esa transformación, mientras tanto Heeseung comenzó su día aún sintiendo que todo había sido un sueño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yang se quedó dormido después de esa transformación, mientras tanto Heeseung comenzó su día aún sintiendo que todo había sido un sueño.

Mientras daba vueltas por la casa inútilmente miraba al gato durmiendo sobre el sillón como si en cualquier momento fuese a ver a ese chico, pero el gato durmió por mucho tiempo. Hasta la hora del almuerzo en que Heeseung comenzó a cocinar. El minino se levantó en busca de comida. Estaba hambriento.

Cuando lo vio entrar en la cocina Heeseung dio un respingo del susto.

—Mier... —se cubrió la boca para no soltar todos los insultos que habían venido a su mente.

Se quedó observando al animal hasta que se sentó frente a él con la cola enroscada a su alrededor.

—¿Tienes hambre? —preguntó bajito, casi para si mismo.

El gato caminó hacia las piernas de Heeseung y se restregó contra ellas, lo cual le dio confianza para inclinarse y quedar más cerca de él.

—No eres un híbrido ¿Verdad? —preguntó mientras le acariciaba la cabeza.

Y tras esa pregunta, Yang encajó sus colmillos en su mano con enojo. Heeseung se alejó poniéndose de pie cuando el minino salió corriendo de la cocina y luego escuchó el ruido de vidrios estrellándose contra el suelo.

—¡Aah!

No de nuevo.

Heeseung corrió hacia la sala y se encontró con ese chico nuevamente. Estaba en el piso, quejándose, con un florero de vidrio esparcido en mil trocitos por el piso.

—¿Tú de nuevo? —cuestionó, aunque sin dudar ni por un segundo en ayudarlo.

Las manos del chico sostenían su cuerpo contra el piso mientras continuaba quejándose. Heeseung lo agarró por la cintura ágilmente y lo alejó del lugar con vidrios, dejándolo sobre el sillón.

Vio el rostro del chico. Un pequeño corte sobre su pómulo dejaba caer una diminuta gota de sangre.

—¿Desprecias a los híbridos? —Yang preguntó con molestia.

—No me dan confianza, son de dudosa procedencia —contestó Heeseung, cayendo en cuenta de que la pesadilla no había terminado aún.

—Me rescataste —le recordó el de orejas peludas.

—No tenía ni idea que serías un híbrido, de haberlo sabido...

Se quedó en silencio.

Yang lo observó por un momento esperando a que terminara su frase.

—¿De haberlo sabido? —repitió.

—Olvídalo —Heeseung se rindió—, ¿Qué pretendes? Te quedaste como un gato durante mucho tiempo después de lo de anoche, solo durmiendo y luego me muerdes, sales corriendo, destrozando mis cosas...

—Dueño...

—No me digas así —advirtió Heeseung.

—Pero es lo que eres.

—No te conozco —reprendió el contrario—, me ocultaste que eras un híbrido durante dos años enteros.

—Debía confiar en ti primero ¿Qué esperas luego de que me botaran a la basura y me maltraten como una vida inservible? —Yang jadeo soltando un sollozo fuerte de pronto—, ¡Solo porque no puedo volverme gato o persona cada vez que ellos querían! ¡Solo porque no tengo una cola y solo mis orejas en mi forma humana!

—No llores —Heeseung se sintió mal.

Era la segunda vez que ese chico lo mencionaba y se ponía a llorar desconsoladamente.

—¡Estoy roto, dueño! —Yang se cubrió los ojos con su antebrazo para ocultar sus lágrimas—, tú me quisiste aún cuando soy feo, aún cuando te rasguñé y te mordí porque tenía miedo.

Heeseung se sentó junto a él de nuevo. Quiso acariciar su cabello, pero esas orejas lo intimidaban.

—Perdóname —respondió—, esto es muy nuevo para mí, apenas puedo procesarlo.

Pero el híbrido no respondió, simplemente lloró y lloró sobre sus manos.

—Oye... chico.

—Soy Yang, me llamaste Yang —le recordó.

—No puedo llamarte Yang, sigo pensando en mi pequeño gato peludo cuando lo hago, no en tí como... una persona con orejas de gato —Heeseung suspiró—, ¿Cómo te llamas?

El chico se mantuvo en silencio un instante, sin saber qué decir. El lugar donde vivía antes lo llamaban de una forma que le traía malos recuerdos.

—¿Me vas a echar de casa? ¿Me vas a botar? —preguntó preocupado.

—No lo haré.

—Prometelo.

—No prometo nada, no se cuidar un híbrido, ni siquiera se como funcionas.

Yang giró su cabeza hacia Heeseung con el ceño fruncido.

—¡¿Crees que soy un objeto con instrucciones?! —cuestionó ofendido.

—Oye no te ofendas, pero lo poco que sé sobre híbridos es que los usaban como sirvientes o juguetes sexuales, eso es perturbador —Heeseung frunció el ceño.

Yang se quedó en silencio. Se había arriesgado demasiado y ahora Heeseung podría echarlo a la calle y se repetiría la historia.

Pero algo le decía que Heeseung no era tan malo.

Ya habían vivido mucho tiempo juntos y su dueño era muy preocupado por él. Tenía todas sus vacunas al día y siempre le alimentaba bien. Aunque la comida de gato ya lo tenía aburrido.

Debía intentarlo. Debía convencer a Heeseung de que lo quiera tal y como es.

—Me llamo Jungwon.

ᨐᵉᵒʷ

No se olviden de votar ✨

𝖡𝗋𝗈𝗄𝖾𝗇  ›  𝙝𝙚𝙚𝙬𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora