Capítulo 4

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Heeseung entró en el baño con la vista en frente, evitando a toda costa ver el cuerpo del híbrido porque ya sabía que estaba desnudo

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Heeseung entró en el baño con la vista en frente, evitando a toda costa ver el cuerpo del híbrido porque ya sabía que estaba desnudo.

—Eres ridículo —Jungwon soltó burlón.

—Eres muy hablador, me gustabas más en tu forma de gato —Heeseung lo miró con seriedad.

Jungwon guardó silencio sintiéndose herido. No sabía que su dueño fuera así de hiriente e idiota. De todos modos ¿Qué esperaba? Había pasado un año hasta que quiso mostrarse y suponía que Heeseung también debía sentirse engañado de una o otra forma.

Heeseung se acercó a la ducha para dar el agua caliente. El baño de visitas era mucho más pequeño que el de su habitación por lo que el aroma de Jungwon era aún más perceptible ahora, pero ya no era tan dulce y agradable como antes, incluso en la madrugada había sido increíblemente reconfortante, pero ahora tenía una mezcla turbia con algún otro olor más ácido.

—¿Hueles así porque jamás te bañaste en esta forma? —Heeseung preguntó sin esperar una respuesta—, te enseñaré como hacerlo.

Jungwon asintió mientras miraba al chico. Se dio cuenta de que era bastante alto, le sacaba al menos una cabeza. Aún estando en su forma humana su dueño era más alto que él, eso le gustaba, pero Heeseung no merecía saberlo.

—Esto es champú —el mayor señaló la botella—, la pones en tu mano y luego en tu cabello mojado.

Jungwon miraba atentamente todos los movimientos y gesticulaciones del mayor.

¿Cómo una persona tan físicamente atractiva podía tratarlo de forma tan insensible?

—Esto es jabón, lo pones en la esponja y luego la pasas por todo tu cuerpo.

Jungwon suspiró. Todo se oía tan complicado.

—¿No puedes bañarme tú? —Jungwon murmuró con timidez.

—No pienso tocarte —negó el mayor.

Y se retiró del baño.

Jungwon se quedó solo viendo el agua correr, odiaba el agua y sabía que él no olía mal, pero de todas formas había pasado mucho tiempo desde que había tomado un baño con ese cuerpo.

Metió un pie en la ducha tocando el agua caliente que al menos le resultó agradable, por lo que metió todo su cuerpo bajo el chorro de agua.

Mientras tanto Heeseung observaba su computadora intentado avanzar en su teletrabajo con un café en la mano. Sin embargo, no podía dejar de pensar en ese gato. De pronto se sentía con la responsabilidad de cuidar un adolescente que ni siquiera conocía, hasta que recordaba que era su gato Yang.

¿Que pasaba si lo lleva de vuelta a la veterinaria donde lo adoptó? Pero sería muy extraño y quedaría como un ser humano con poca conciencia y moral. Además del hecho de que los híbridos eran realmente costosos.

Se metió en una pestaña nueva de su navegador para cotizar algunos. La mayoría pasaban los 10 millones de wones. Era como comprarse una casa o un departamento... pequeños, quizás estaba exagerando, pero era dinero después de todo.

Luego investigó un poco. Tal vez de esa manera podría averiguar qué clase de híbrido era Yang. Teniendo eso podría decidir si quedárselo o hacer otra cosa con él. Quizás venderlo.

Los híbridos de uso doméstico tenían varias funciones, entre ellas encargarse de las tareas de la casa, ser amos o amas de llaves, o cuidado de niños. Mientras que los híbridos de uso sexual tenían características mucho más específicas como...

—¡Aaay!

El grito proveniente del baño lo hizo alertarse cerrando su computadora de golpe.

—¡Me duele, aaaah!

Rápidamente corrió hacia el baño y abrió la puerta sin dudarlo. Vio a Jungwon sentado en el piso de la ducha, completamente empapado y tocando sus orejas mientras gritada.

—Jungwon ¿Qué haces?

—¡Dueño, me duele, me duele! —lloró Jungwon.

Heeseung cerró la llave del agua y se inclinó hacia él.

—¿Qué te duele?

—Mis orejitas —Jungwon alzó su vista  hacia él con la cara empapada y el cabello mojado cubriéndole los ojos.

El mayor pasó una mano por este para despejar su cara y luego tocó sus orejas con cuidado, también estaban empapadas incluso por dentro.

—Aish, entró agua en tus oídos —Heeseung susurró de mal humor—, debí imaginarlo.

Mientras Jungwon sollozaba, Heeseung lo envolvió en una toalla y lo llevó hasta su habitación. Lo dejó sobre su cama y con otra toalla limpia comenzó a secar sus orejas con mucho cuidado.

—Me duele... —Jungwon habló bajito.

—Pronto estarán secas —habló Heeseung—, debes tener más cuidado.

—Te dije que no se hacerlo y me dejaste solo —reclamó el híbrido.

—Por favor, solo es agua.

—¡Y yo soy un gato! —gritó Jungwon.

Heeseung suspiró.

—¿Por qué tienes que ser tan gritón? Me duelen los oídos, alternas mi paz mental —lo regañó.

Jungwon se quedó en silencio de nuevo conteniendo sus lágrimas con un puchero en sus labios.

Las manos de Heeseung se movían con la toalla sobre su cabello. Sentía como si fueran caricias y no podía evitar sentirse bien aunque acababa de regañarlo. Su cuerpo reaccionaba positivamente cuando estaba cerca de Heeseung, sobre todo estos últimos días y no sabía por qué.

Antes había pensado que estaba bien quedándose en el cuerpo de gato para toda la vida, no le molestaba en absoluto, ni siquiera por la comida, no podía tener una vida más perfecta junto a Heeseung, literalmente no le faltaba nada porque el tipo tenía un buen trabajo y una excelente paga. Conocía a sus amigos y todos eran amables con él, lo único que no tenía Heeseung era una novia y eso lo hizo pensar que por ese motivo era un amargado, idiota y descorazonado.

Excepto con él.

Pero en el momento en que decidió mostrarle que era un híbrido por algún motivo los días anteriores había comenzado a sentirse increíblemente necesitado de cariño y resultó conocer a un dueño totalmente diferente.

—¿No te bañaste? Todavía hueles raro —Heeseung dejó de secar su cabello y lo vio con el ceño fruncido.

—Sí lo hice —Jungwon respondió bajito, viéndolo con sus pupilas dilatadas—, ¿Puedes hacerme cariño?

—¿Hacerte qué?

—Tengo calor —Jungwon se quitó la toalla quedando desnudo frente a Heeseung.

—Dios... primero vístete.

De inmediato miró hacia otro lado evitando verlo.

—Dueño, quiero cariño —rogó Jungwon.

El híbrido se arrodilló sobre la cama y comenzó frotar su cabeza en el hombro de Heeseung.

—Jungwon, detente.

Pero no lo escuchó. Jungwon continuó frotándose contra su dueño desprendiendo ese aroma dulce. Se sentía acalorado y desesperado que comenzaba a molestar, se arrimó en el regazo de Heeseung frotando su cara en su cuello aunque el chico intentaba quitárselo de encima.

Heeseung se vio obligado a mirarlo y acariciarlo como pedía, tocando justo debajo de sus orejas logró calmarlo y sentir al mismo tiempo la temperatura de su cuerpo.

Preocupantemente alta.

ᨐᵉᵒʷ

𝖡𝗋𝗈𝗄𝖾𝗇  ›  𝙝𝙚𝙚𝙬𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora