Capítulo 7

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Jungwon todavía no entendía que es lo que había pasado por la mente de su dueño que lo había hecho cambiar de opinión

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Jungwon todavía no entendía que es lo que había pasado por la mente de su dueño que lo había hecho cambiar de opinión.

Pero eso no importaba. Se sentía inmensamente feliz y además, gracias a la inyección sus molestias eran soportables. Eso no quitaba que estuviese más cariñoso de lo normal, quizás por eso ya no se sentía herido por Heeseung, ese cambio de opinión repentino y la manera en que lo había cargado para llevárselo de ese horrible lugar lo había hecho sentir tan feliz y querido.

Sin embargo, Heeseung todavía se veía preocupado. Estaba sentado en el otro extremo del sillón con su pierna cruzada y navegando en su celular completamente concentrado.

Su dueño era tan guapo. Quería agradecerle porque en el fondo Jungwon sabía que Heeseung era bueno, él sería incapaz de dejarlo a su suerte en la calle.

No aguantó más y gateó por el gran sillón en forma de L en sus extremidades humanas y se acercó a él con toda la intención de subirse sobre su regazo, pero Heeseung lo detuvo.

—¿Qué crees que haces? —cuestionó con un tono seco el mayor.

—Gracias por no dejarme allá, dueño —el híbrido sonrió mostrando unas adorables margaritas y dientecitos—, yo sabía que eres bueno.

Heeseung suspiró y no dijo nada ante sus palabras. Decidió ignorarlo porque no creía que fuese bueno, no con Yang, o con Jungwon, quién quiera que sea, pero realmente aún no veía otra salida.

—Es hora de dormir —se puso de pie—, puedes usar la habitación de invitados.

—Pero quiero dormir contigo —Jungwon susurró.

—Antes siempre dormías solo y ahora ¿de pronto quieres dormir conmigo? —Heeseung cuestionó molesto y se alejó hacia su habitación dejándolo solo en la sala.

Pero ya lo había dejado dormir con él antes ¿Por qué de pronto ya no? ¿Será porque es un híbrido sexual? ¿Acaso su dueño no querría aliviar su celo? Es lo que había dicho la veterinaria después de todo.

Jungwon se quedó en la sala un largo rato hasta que su estómago comenzó a gruñir.
Ahora que lo recordaba no había comido nada desde la mañana.

Se levantó y caminó hacia la cocina en donde estaban situados sus platos, y solo había agua en uno de ellos. Recordó que su dueño sacaba cosas de la nevera para comer por lo que indagó en ella. Había varias cosas que no conocía o no sabía como se preparaban por lo que se rindió.

Pero su pancita seguía rugiendo.

Caminó hasta la habitación de Heeseung, necesitaba de su atención con urgencia. Quería sentir su olor, quería que le diera de comer y que le de mimos.

Tocó la puerta un par de veces esperando respuesta, luego de unos breves segundos Heeseung abrió.

—Tengo hambre —Jungwon dijo inmediatamente mirándolo fijo.

Heeseung no dijo nada. Salió de su habitación y caminó hacia la cocina cruzando la sala a paso largo con Jungwon siguiéndolo por detras, a paso corto pero rápido.

—¿Puedes cocinar algo delicioso? De esos que son tus favoritos, no recuerdo... ¿Pan... panques...?

Heeseung se volteó a mirar intentando adivinar lo que el híbrido le pedía.

Se sentía como tener un hijo. Aún era demasiado joven para eso, y no podría aunque quisiera ver a ese humano gato con orejas como a un hijo, ni como a un hermano.

—Panqueques —dijo Heeseung.

—¡Sí! ¡Eso! —Jungwon celebró—, ¿puedes hacerlo?

Heeseung no respondió, otra vez. Simplemente se limitó a sacar los ingredientes para cocinar.

Mientras se paseaba de un lado a otro en la cocina con Jungwon siguiéndolo a donde quiera que vaya mientras miraba como cocinaba, Heeseung seguía pensando en qué hacer. Se había encerrado en su habitación para estar solo y pensar en silencio, para investigar sobre lo que podía hacer con Jungwon sin que saliera lastimado, y al final acabó leyendo en un blog sobre como criar a un híbrido. Había para ambos tipos, sin embargo, le interesaba solo uno.

Había una chica que explicaba detalladamente cómo se encargaba de las necesidades de su hibrido. Incluso si llegaba la temporada de celo y ella no tenía ganas de tener sexo o cualquier otro motivo por el cual no pudiese satisfacer a su híbrido, recomendaba varias cosas, entre ella los juguetes sexuales, enseñarle a masturbarse y otras cosas que al final no terminaban siendo infalibles. Lo que más deseaba el híbrido más allá de toda la acción con juguetes era el espectacular momento de la eyaculación. Y ojalá la mayor cantidad de veces posibles.

Heeseung se había sentido tan estresado como caliente al mismo tiempo.

Quizás podía intentarlo. Después de todo era su naturaleza, pero no quería hacerle daño, y tampoco quería hacerse daño así mismo recordando su traumático pasado. Pero también había otro factor dentro de eso, la mayoría de sus amigos no lo juzgaban, pero su amigo más cercano Jaeyun le había repetido miles de veces de todo aquello que se estaba perdiendo debido a su abstinencia traumática.

Entonces se había propuesto intentarlo, porque todo esto podría ayudarlo a superar su estúpido trauma y quizás ayudaría a Jungwon a sentirse mejor, y si todo funcionaba como él esperaba... entonces se lo quedaría. El dinero no era un problema para Heeseung, sabía que podía pagar cualquier gasto propio y de Jungwon, y respecto a sus celos, podría comprarle juguetes para que no dependa de él.

Sí.

No sonaba a un mal plan.

Solo debía mentalizarse.

Se concentró de nuevo en lo que estaba haciendo. Jungwon parecía feliz viéndolo cocinar.

Una vez que terminó le sirvió en un plato y se sentó junto a él para verlo comer. Jungwon tomó el tenedor y empezó a comer animadamente, disfrutando cada bocado, su aroma se intensificó debido a lo feliz que se sentía. Olía dulce y tibio como los panqueques recién cocinados. Solo con eso, Heeseung se sintió más tranquilo, sabía que Yang... o Jungwon, estaba feliz.

ᨐᵉᵒʷ

𝖡𝗋𝗈𝗄𝖾𝗇  ›  𝙝𝙚𝙚𝙬𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora