Los relatos sangrientos de un aventurero.

Hoia Baciu

Transilvania, Rumania.

Algunas leyendas son más inmortales que la memoria de las personas fallecidas. Lo mismo ocurría en Transilvania, especialmente en el bosque de Hoia Baciu, en dónde la leyenda de los vampiros aún persistía, al punto de que parecía cobrar vida.

*Otro caso de turistas extraviados ha conmocionado a Transilvania, específicamente en un recorrido por el Condado de Cluj. Los testigos mencionaron que la pareja de jóvenes turistas estaban recibiendo un recorrido por la zona hasta que al acercarse al bosque Hoia Baciu misteriosamente ambos desaparecieron. Hasta hoy no hemos tenido rastro del paradero de los turistas*

¿Que había en ese extraño bosque? ¿Por qué la gente desaparece misteriosamente?

James Lovegood, veterano de Afganistán e investigador de lo paranormal, oficio que mantiene su adrenalina al máximo.

Durante meses coleccionó distintos periódicos de Rumania para avanzar su investigación sobre el misterioso caso de ese bosque. La mayor dificultad eran las estúpidas leyendas de Drácula, junto a ellas se les unió las de Frankenstein.
Todo eso era una piedra más en el camino de descubrir la verdad.

Su llegada a Transilvania no fue con fines vacacionales, si no que se dedicaría de lleno a investigar. La adrenalina de lo paranormal, el miedo y los sustos lo hacían sentir una gran adrenalina por el cuerpo, justo lo que necesitaba. Desde que un gran trozo de vidrio impactó contra su pierna derecha, supo de inmediato que estaba jodido. La guerra le dejó secuelas y una de esas eran sus pesadillas, hasta que descubrió una manera de apaciguar esos malos sueños.

Preguntó a una gran cantidad de lugareños sobre los sucesos en el bosque de Hoia Baciu. La mayoría lo miraba con recelo, como si hablar de ese lugar invocara algo oscuro. Pero finalmente, un hombre de mediana edad, con la cara curtida por el sol y las manos temblorosas, accedió a contarle lo que sabía.

"Dicen que el bosque es un portal", comenzó el hombre, evitando el contacto visual. "No es solo la leyenda de Drácula la que envenena estas tierras. Algo mucho más antiguo y oscuro yace en ese lugar. Los desaparecidos… no siempre se pierden. A veces, se los llevan."

James, escéptico pero intrigado, decidió que la única manera de descubrir la verdad era enfrentarse a lo desconocido. Esa noche, cuando la luna estaba cubierta por nubes densas, se aventuró solo en el corazón del bosque, armado con su linterna, su pistola, y una cámara que había modificado para captar cualquier anomalía paranormal.

A medida que se adentraba más en el bosque, el ambiente se tornaba más denso, como si la oscuridad lo envolviera, absorbiendo cualquier rastro de luz. Las sombras parecían moverse a su alrededor, susurrando su nombre, burlándose de su valentía.

De repente, un fuerte viento levantó las hojas secas del suelo y apagó su linterna. James maldijo entre dientes mientras intentaba encenderla de nuevo, pero antes de que pudiera hacerlo, sintió una presencia detrás de él. Se giró rápidamente, apuntando con su pistola, pero lo único que vio fueron los árboles, retorcidos y deformados bajo la tenue luz de la luna.

El aire se volvió helado, y una risa baja, gutural, resonó a su alrededor. James sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. No estaba solo. Sabía que algo lo observaba, algo que no pertenecía a este mundo.

De repente, la tierra bajo sus pies comenzó a temblar ligeramente, como si algo bajo el suelo estuviera moviéndose. Antes de que pudiera reaccionar, unas raíces negras, gruesas y viscosas, emergieron del suelo, enroscándose alrededor de sus piernas, tirando de él hacia abajo.

James luchó desesperadamente, disparando su pistola al suelo en un intento de liberarse, pero era inútil. Las raíces continuaban envolviéndolo, arrastrándolo más y más hacia la oscuridad, hasta que el suelo se abrió bajo él, revelando un abismo sin fin.

Mientras caía, la risa gutural se intensificó, y lo último que James escuchó antes de ser tragado por la oscuridad fue un susurro que le heló la sangre: "Bienvenido a casa".