Día 1: Bajo aquel cerezo en primavera

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Prompt: First meeting/Childhood

En un típico día de primavera donde los árboles comenzaban a florecer, un pequeño Endou Mamoru de 7 años jugaba fútbol alegremente junto a su grupo de amigos en un parque cercano a su casa.

Corría de un lado a otro siendo observado por su madre, quien solo podía pensar con nostalgia lo parecido que era su hijo al padre de ella, tenía esa energía que parecía atraer a todos a su alrededor como polillas a la luz.

Cuando el sol comenzaba a caer tiñendo el cielo de bellos tonos rojizos, la madre de Mamoru lo llamó para volver a casa y preparar la cena. Al oír a su madre el pequeño niño corrió hacia ella, cuando por el rabillo del ojo vio a un pequeño niño de llamativo cabello turquesa viendo fijamente un gran árbol de cerezo, cuyas rosadas hojas se movían con la suave brisa.

La luz dorada que ofrecía el atardecer otorgaba una apariencia casi mágica, Mamoru vio ante él la oportunidad perfecta de hacer un nuevo amigo, sin embargo antes de que pudiera siquiera dar un paso hacia el otro niño, una mano se posó en uno de sus hombros.

—Vamos Mamoru, tenemos que irnos —dijo su madre, quien le tomó de la mano y comenzó a caminar de vuelta a su hogar.

Cuando Endou volteó su cabeza para poder ver aquella escena por última vez, notó como el chico de cabello extravagante caminaba en dirección contraria a él, dándole así la espalda, sin dar alguna señal de haber visto al castaño.

"Ya tendré otra oportunidad para hablarle" Pensó Mamoru antes de continuar su camino y perderse en una conversación con su madre sobre qué cenarían.

Lamentablemente el tiempo pasaba y Endou siguió siendo incapaz de hablarle a aquel muchacho, cada vez que lo intentaba algo se interponía y el castaño era incapaz de lograr su cometido.

Con el paso del tiempo Mamoru se volvió cada vez más tímido sobre aquel chico de cabello turquesa, cada vez le era más difícil reunir coraje para tratar de hablarle, pues aquel muchacho era muy popular y estaba constantemente rodeado de gente.

Así pasaron los años, con Endou simplemente viendo de vez en cuando y a la distancia a aquel llamativo chico.

Para cuando llegó el primer año de Secundaria, Endou estaba emocionado por poder conocer gente nueva, más aún estaba muy ilusionado por poder entrar al club de fútbol y tal vez poder llegar a jugar en el torneo Fútbol Frontier.

Toda esa emoción por empezar una nueva etapa de su vida no fue suficiente para que el chico fuera menos despistado, es así que el día de la bienvenida se quedó dormido y salió tarde de casa.
Iba corriendo camino a su nueva escuela cuando a la distancia pudo ver a aquel chico que tanto había llamado su atención, estaba de pie luciendo el mismo uniforme que Endou, cosa que alborotó un poco a su corazón. El chico tenía el cabello mucho más largo amarrado en una coleta, y mientras veía aquel frondoso árbol de cerezo Endou pudo ver que el chico seguía teniendo la misma mirada cálida de su niñez.

Endou quedó embobado viendo al bonito chico, sus mejillas comenzaron a enrojecer conforme veía más detalladamente cada rasgo de su rostro. Vio al chico de cabello largo darse la vuelta y continuar su camino, antes de poder alcanzarlo escuchó unas voces llamar al chico.

—¡Hey Kazemaru! —gritó un chico que Endou no reconoció.

"Con que su apellido es Kazemaru eh" pensó Endou mientras veía al chico reír de alguna broma que dijo el desconocido.El dúo se fue rápidamente, sin darse cuenta que dejaron tras de sí a un castaño que acababa de ser flechado por cupido.

Endou sintió sus mejillas calentarse al darse cuenta de que podría estar un poco enamorado de un chico con el que nunca había hablado, siguió su camino a paso tranquilo, estaba demasiado perdido por su nuevo descubrimiento, por lo que olvidó que iba tarde y terminó recibiendo un sermón cuando finalmente llegó a su escuela.

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