Día 6: Nuevos comienzos

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Prompt: Confession

El paisaje estaba completamente teñido de blanco, los árboles que adornaban los bordes del camino estaban completamente cubiertos de nieve, sus hojas se habían perdido hace ya un tiempo. El invierno se había establecido con toda su fuerza, la noche estaba presente, y los copos que caían del cielo parecían brillar en la oscuridad.

El paso de Kazemaru era bastante lento, iba con tiempo suficiente, aún faltaba para que llegara la hora de su encuentro. Sus mejillas y nariz tenían un tinte rosado.

Cuando llegó al punto de encuentro vio que su acompañante aún estaba allí, cosa que en realidad no le sorprendía. Miró hacia el cielo y pudo ver las estrellas deslumbrar, ajustó sus guantes naranjas, habían sido un regalo de Endou, una sonrisa se posó en el rostro del defensa.

Su sonrojó se profundizó al pensar en el chico que amaba. Llevaba años guardando sus sentimientos, manteniendo en resguardo su frágil corazón, sin embargo últimamente con la llegada de las festividades la idea de confesarse había estado rondando con insistencia en su mente.

Los engranajes en su cabeza giraban sin parar, estaba en una constante lucha de los pros y los contras. No quería correr el riesgo de perder la amistad que con tanto esfuerzo habían logrado formar, pero sabiendo que su último año de secundaria estaba a la vuelta de la esquina, poco a poco, las ganas de abrir su corazón estaban ganando terreno a paso rápido.

—¡¿Llegué tarde?! —La voz entrecortada de Endou interrumpió de forma abrupta los pensamientos acelerados de Ichirouta.

—Estás justo a tiempo —dijo viendo al castaño tomar alientos profundos tratando de normalizar el ritmo de su respiración.

Empezaron su camino al templo, atravesaron cada uno de los torii que los guiaban. Las grandes estructuras eran particularmente llamativas en aquella época del año, con todo el paisaje en blanco, el llamativo color rojo y su gran altura destacaban cual luz en la oscuridad.

Las luces colgantes daban un aire mágico a la atmósfera, de verdad parecía que en aquel lugar nada malo podría pasar.

Conversaron sobre sus objetivos del nuevo año, sus voces bajas, casi como si estuvieran intercambiando secretos.

Caminaban muy cerca, cual pareja enamorada, un sonrojo se posó en el rostro de Kazemaru al pensar en ellos bajo la lupa del romance.

Al llegar al templo pudieron notar el ambiente festivo, familias completas, grandes grupos de amigos e incluso gente solitaria parecía estar pasando un buen rato. Habían algunas hogueras con las cuales podían mitigar el frío, puestos de comida caliente se encontraban abarrotados debido a la gran cantidad de clientela.

Cuando comenzó a llegar la hora tan esperada, Kazemaru y Endou se movieron siguiendo a la gente. El templo principal comenzó a dar las campanadas, toda la gente al rededor lucía emocionada.

Ambos de pie uno junto al otro hicieron la cuenta regresiva, la voz de toda la gente unida era un mero ruido de fondo. Sus hombros apenas se rozaban y cuando el momento esperado llegó Kazemaru vio por el rabillo del ojo al chico junto a él, su corazón latía errático al pensar en lo feliz que se sentía por poder vivir aquel momento junto a la persona que amaba, aunque fuera un secreto.

—¡Feliz año nuevo! —dijeron al unísono mientras volteaban a verse.

Cuando el momento pasó la gente comenzó a moverse hacia los diferentes templos, el dúo de futbolistas emprendieron camino a tocar la campana juntos y hacer sus plegarias para el año que acababa de comenzar.

Su siguiente parada fue la búsqueda de sus fortunas. Tuvieron que hacer una fila algo larga, pero no era algo que los molestase, en cambio simplemente se entretuvieron haciendo predicciones de lo que les saldría.

Una vez recibieron sus papeles caminaron hacia un lugar más apartado para leerlas sin apuros y no interferir en el paso de la gente..

—Oh, me salió "mala suerte" —dijo Endou un poco desanimado mientras su nariz se arrugaba..

—Al menos no obtuviste ninguna maldición —bromeó el chico de largo cabello mientras desdoblaba su propio papel.— "Excelente suerte" —Se mostró sorprendido, aquello le había tomado por sorpresa, nunca antes le había salido la mejor fortuna posible.

—Wow, parece que este sí será tu año —dijo el castaño con una gran sonrisa antes de continuar leyendo el resto de cosas que decía el papel.

Kazemaru puso toda su atención en una parte específica de su predicción.

"Amor: La persona con la que estás ahora es la indicada. No lo dudes."

Su corazón dio un vuelco, una pequeña chispa de esperanza brotó en su pecho. Tomó aquello como una señal divina, tomó una respiración profunda.

Al ver a Endou acercarse al pino del templo para amarrar su papel al árbol para que la mala suerte no lo persiguiera, Ichirouta decidió confiar ciegamente en su suerte.

Cuando vio al castaño terminar lo que estaba haciendo, Ichirouta se acercó a paso firme al chico desprevenido, agarró su mano y habló sin rodeos.

—Mamoru, estoy enamorado de ti.

Endou lo vio con su mirada totalmente desconcertada, su mirada castaña se posó en el papel al que Ichirouta se aferraba desesperadamente, y simplemente puso una gran sonrisa en su rostro.

—Pensé que nunca lo dirías —dijo Mamoru a la vez que agarraba la mano de Ichirouta que tenía la suerte.

Vio sus manos juntas y su sonrisa se suavizó.

—Estás usando los guantes que te regalé. —Vio la brillante lana naranja que protegía las manos de Ichirouta del frío.

El defensa simplemente asintió sin saber muy bien cómo sentirse por aquel cambio de tema.

—Yo también te amo Ichirouta.

El chico de cabello turquesa sintió que el tiempo se detuvo. Todo pareció ralentizarse y acelerarse a la vez, se sintió flotar en una nube. De repente todo lo que siempre había anhelado estaba a su disposición, al alcance de su mano.

Estaba siendo correspondido.

Su deseo de año nuevo se había cumplido.

Mamoru se acercó, y mientras le besaba con suavidad, agarrando su rostro con sus frías manos, Ichirouta creyó conocer la perfección. Se sintió derretir bajo los suaves movimientos de los labios del castaño, pudo sentir el infinito cariño que este trataba de transmitir, no pudo resistir, se dejó fluir en aquel mar de sentimientos, ahogarse en su amor parecía la única opción correcta.

Hubo un único pensamiento capaz de atravesar su mente nublada por el vórtice de emociones.

"Supongo que la suerte es real."

La esperanza de un nuevo año pareció brillar con más intensidad más de lo usual.

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¡Hey!

Ya casi llegamos al final de esta semana.

Espero no haberla liado con las tradiciones japonesas, no quiero ofender la cultura de nadie, hice una pequeña investigación para escribir esto, si encuentran algún error por favor díganmelo y lo corregiré de inmediato.

Sin más que decir.

¡Hasta mañana!

EnKaze Week 2024 // Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora