Día 7: A todo color

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Prompt: Soulmates 

En un mundo donde los únicos colores que las personas pueden ver son los del color de ojos y cabello de su alma gemela, y recién después de su primer contacto físico son capaces de ver el resto de colores, a Kazemaru le había tocado ver el más común del mundo, el marrón.

Durante su infancia Kazemaru se había ilusionado con cada chico de cabello y ojos café que veía, pero con rapidez se dio cuenta de que aquella combinación era extremadamente común, casi a diario se topaba con alguien que lucía así. Por lo que, después de un par de veces en las que creyó seriamente haber encontrado a su alma gemela y haber salido decepcionado, Ichirouta se desencantó totalmente de la idea de buscar a quien sería su otra mitad.

Cuando entró a la secundaria se centró por completo en sus estudios y su carrera como atleta, vio a sus compañeros perderse en la idea de encontrar su destino, decidió que no era el fin del mundo ver la vida en una aburrida escala de grises.

Tuvo que lidiar con el constante murmullo de sus compañeros actuar como ruido blanco constante, trató de evitar lo más posible cualquier pregunta que le hicieran sobre ese tema.

En medio de aquella monotonía de grises había visto un par de veces rondar por la escuela a un chico que poseía un brillante tono marrón, uno que por alguna extraña razón le pareció distinto al resto. Y si bien una pequeña esperanza se instauró en su pecho, la misma fue ahogada con rapidez. No podía permitirse distracciones, y por más que aquel bonito y alegre muchacho llamara su atención, no se permitiría llevar sus ilusiones más lejos.

A pesar de su determinación por ignorar a aquel muchacho, la vida parecía estar en su contra una y otra vez, pues su vista parecía seguir al muchacho cual polilla a la luz.

De alguna forma u otra terminaba encontrándoselo a donde fuera que vaya, lugar que visitaba lugar donde hacía acto de presencia una mata de cabello castaño acompañada por una alegre voz.

Terminó desarrollando un sexto sentido, podía predecir cada vez que aquel chico haría acto de presencia, por lo que habitualmente terminaba huyendo de lugares sin dar explicaciones, todo para evitar un posible encuentro.

No quería que su corazón fuese roto cuando se diera cuenta de que aquel chico no era su alma gemela, quería evitar ese disgusto, preferiría quedarse con la duda.

Así pasó todo su primer año, con Kazemaru huyendo del chico castaño como si fuera la peste.

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Desde pequeño Endou Mamoru se había dado cuenta de lo aburrida que era la vida sin tu alma gemela. Era muy extraño para él que los colores que podía ver fueran tan opuestos.

Por un lado el marrón estaba bastante presente, aunque cuando señaló por primera vez un objeto con dicho color su madre le había dicho que se llamaba "avellana", pero para el niño pequeño no era más que un café normal.

Por otro lado estaba aquel peculiar color que había podido ver en contadas ocasiones, era un color brillante, "turquesa" dijo su madre. Al parecer era la mezcla de otros 2 colores que obviamente Endou jamás había visto.

Cuando fue un poco más grande supo que sería muy fácil encontrar a su alma gemela, pues aquella combinación no parecía ser normal. Debido a esto no hizo un verdadero esfuerzo por buscarla, pues sabía que en cuanto estuviera a su vista, esa persona destacaría con facilidad.

Creció ignorando el tema, centró toda su atención en el fútbol.

Sin embargo, toda su vida se pudo patas arriba cuando entró a la secundaria Raimon.

EnKaze Week 2024 // Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora