Me despierto tarde, extremadamente tarde. Para no llegar tan atrasado, me abstengo a desayunar, y sólo bajo corriendo las escaleras de mi pequeño apartamento.
El transporte público pasó hace horas, entonces no tengo más remedio que salir corriendo mientras rezo en todos los idiomas para que no me expulsen esta vez.
Entro al salón con cuidado, esperando que todos mis compañeros pendejos ya estén ahí. Sin embargo, dentro de la estancia hay sólo otras dos personas: un desconocido, y...
Capitán Gato. Ese gato comienza a acercarse a mí, bajándose del pupitre en el que estaba recargado.-¡Miren quién llegó! ¿Qué te había dicho sobre llegar temprano, ojos cumeados? -odio cuando me dice así, pero no puedo hacer nada por evitarlo... Espera, ¿temprano...?
-¿Temprano?
-¿Qué? ¿Ahora eres tan ciego que ni siquiera puedes fijarte en un reloj?
Aún bajo la atenta y burlona mirada de Cap, logro reunir las fuerzas suficientes para revisar el pequeño reloj de mi muñeca izquierda: 6:12. El reloj de mi cuarto volvió a adelantarse.
-¡A-ah! Cap, lo siento, yo no...
-No hay excusa que valga, Fallo. Es la tercera vez en el mes, y no toleraré otra -sabía que iba a pasar, pero aún así no soy tan rápido como para esquivar un golpe certero de Cap, que impacta en mi estómago.
No puedo mirar a Cap a los ojos. Me encantaría gritarle a la cara todas sus verdades, devolverle el golpe y limpiarme victoriosamente el líquido carmesí que surge de mis labios, pero los nervios me paralizan. Él es más grande que yo, más fuerte, y más conocido; si llegase a haber una pelea, yo muero.
Así como llegó el primero, llegan más golpes, ahora a mi pierna derecha, que se rinde y mi cuerpo cae al suelo.
-Que te sirva de última advertencia -y, sin decir más, Cap regresa a su lugar, probablemente feliz de sentirse superior.
Trato de levantarme, pero mi pierna no me lo permite, está aferrada al piso como si la hubieran soldado.
Cuando estoy a punto de comenzar a arrastrarme hacia los baños, siento una mano en mi hombro. No sé quién es, pero unos escalofríos recorren mi cuerpo al pensar en Cap.
-¿Te hizo algo? -no, definitivamente no es Cap. Creo que es el chico extraño, el otro que estaba en el salón cuando llegué.
El miedo sigue carcomiendo mi interior, pero su voz, grave y tranquilizante, no se oye hostil.
Volteo mi cabeza lentamente, esperando ver a aquél joven de sudadera gris. Y así lo hago, pero no es una persona normal: sus ojos, vacíos como el espacio; su cabello, naranja intenso con luces rojizas; y su piel, vinotinto con cicatrices naranjas: es un Netherlano.
-N-no te metas con Cap -es lo primero que sale de mi boca. Traté de advertir al tipo raro, pero no hace caso.
-Te hizo algo. Ven, levántate -me extendió una de sus enormes manos. No quería tomarla, pero algo en mi instinto me manda a hacerlo de todas formas.
No soltó mi mano en cuanto me levanté. Es más, incluso me atrevería a decir que la sujetó con más fuerza.
Antes de que yo pueda reaccionar, ambos estamos frente a frente con Cap.
-¿¡Qué te pasa!? -pregunta la voz ronca de ese chico. Trato de huir, pero su agarre me mantiene sujeto en mi lugar- No me importa quién seas, no tienes derecho de tratarlo así.
-¿Y tú quién te crees, pedazo de puto? -al parecer Cap no lo conoce...- ¡No te atrevas a hablarme de esa forma!
-Mi nombre es Magma, estudiante de nuevo ingreso -Magma... ¿Por qué habrá salido del Nether?
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Deals ||Magllo
FanfictionMagma y Fallo tienen un trato: compañía a cambio de seguridad. Ambos están enamorados del otro. Ninguno de los dos lo sabe, entonces hacen estupideces para capturar la atención del contrario. ∆ No te tomes nada en serio, esto está hecho por mero en...