Capitulo 1: Lugar desconocido.

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Si hubiera sabido que un día transmigraría a otro mundo repentinamente, hubiera disfrutado más de su mundo de paz

El examen final de Algebra era mañana, Lily se mató estudiando hasta pasado de la media noche, cuando levanto su rostro enterrado en el libro de texto, deslumbro la hora, 2:15 a.m. maldijo en su mente por lo tarde que era.

Levantándose de su escritorio Lily se acostó de inmediato en su cama sin antes poner alarma en su teléfono móvil, programándolo a las 6:00 a.m., con un suspiro cansado se acomodó entre las suaves sabanas, parpadeo un par de veces para calmar el dolor de su vista cansada y de un momento a otro quedo profundamente dormida, confiada en que sus esfuerzos en querer aprobar este examen darían sus frutos.

Se despertó ante el ligero llamado de su madre. Levantándose lentamente Lily trato de aclarar su vista, sin embargo, había un inconveniente, todo lo que captaba estaba borroso. Confundida escudriño su vista.

«Algo anda mal»

Lily podía sentirlo, había un sentimiento de incertidumbre en su pecho, parpadeo un par de veces esperando a que su vista regresara. Lily tiene una buena vista su oftalmólogo se lo dijo, entonces por qué todo estaba borroso.

Sintió su pecho tensarse, un profundo sentimiento de miedo nació ante la falta de respuesta

─Karin, cuanto tiempo más vas a estar acostada, levántate para desayunar.

La voz desconocida con un tono de regaño del mismo modo del que una madre regañaría a su hijo desobediente hizo que Lily saliera de su estupor. Miro en dirección de la voz escudriñando más su vista generando un profundo y feo fruncido en su rostro.

Lily podía deslumbrar la silueta aun ligeramente borrosa de una mujer alta de cabello rojo, su corazón dio otro vuelco.

─ ¿Qué?

─Dije que te levantes a desayunar.

Lily ponía sentir el descontento en la mujer por su tono, pero no le importo, sino que se había dado cuenta que había dicho eso en voz alta. Se quedo anonadada mirando a la mujer desconocida que en un momento dado había comenzado a moverse hacia su dirección, instintivamente Lily retrocedió, sin embargo, no pudo hacer mucho la colcha que ahora que lo notaba era un poco más pesada al que estaba acostumbra usar dificulto sus acciones.

Su respiración se cortó cuando sintió que le incrustaba algo al rostro, pronto descubrió que su vista regreso así dándose cuenta que lo que le había puesto esa mujer eran anteojos, con la vista recuperada pudo observar claramente a la mujer.

Bum̴  Bum̴  Bum̴̴

Su corazón que latía salvajemente aumento latiendo descontroladamente podía sentir que la sangre se le subía a la cabeza, tal vez una de las razones era por la falta de oxígeno al haber dejado de respirar.

─¡Karin!, Karin respira, vamos.

La mujer desconocida que la llamaba con un nombre extraño estaba pálida de la preocupación mientras la agitaba con delicadeza los hombros.

Lily tomo una boconada de aire y comenzó a respirar recomponiéndose lentamente. Había sido un mal movimiento el dejar de respirar podía sentir los efectos, sus pulmones le ardían y su corazón descontrolado parecía que quería salir de su pecho.

Lo poco que podía intuir era que la mujer pelirroja enfrente suyo no le haría daño, pudo bajar sus defensas solo un poco.

Observo a la mujer suspirar de alivio aun con la expresión de preocupación. ─No hagas eso de nuevo me has dado un susto de muerte, Karin.

Vamos levántate, lávate la cara y desayunemos.

Lily no tuvo más alternativa que obedecer, qué más podría hacer, no está al 100 %segura que esa mujer no fuera una amenaza para ella, mientras se acercaba a los tazones al mismo tiempo que hecha de reojo a la mujer que estaba doblando la cama o más bien las mantas en las que hace un momento había estado durmiendo en ellas.

Hecho una mirada al contenido de los pequeños tazones del estilo asiático, solo que más desgastados y viejos. Había algo parecido al arroz, solo que el color era todo lo contrario al que se suponía que debería ser, no era blanco sino negro, junto al arroz negro había cubos de papa o eso era lo que parecía. No tenían un agradable aroma.

─ ¿Te lavaste la cara?

La voz que vino de su detrás hizo que se sobresalta ligeramente por la sorpresa Lily se había olvidado por un momento que no estaba sola. Desviando la vista de los cuencos de comida negó con la cabeza.

Escucho suspirar con molestia a la mujer. ─Por ahí.

La mujer señalo el cubo de agua en la esquina cerca de lo que parecía una cocina a leña, vieja y fea.

Rápidamente se lavó la cara ignorando el reflejo que apenas se podía ver en la sombría casa de madera vieja, aun no era el momento de relajarse debía descubrir que era lo que sucedía.

Pronto se sentó al frente de la mujer, copiando en estilo seiza. Observo como tomaba los palillos y daba un bocado al arroz raro.

La mujer al notar que su hija no comía frunció el ceño.

─Karin ─dijo en tono de reproche y advertencia.

Lily rápidamente pudo notar a lo que se refería. Había notado desde hace unos momentos que la mujer le hablaba de una forma maternal y aun no le había hecho daño. Sin más, tomo los palillos y probo un bocado de la comida y como lo había pensado estaba soso y sin sabor, pero aun así comestible, solo esperaba en el fondo de su ser que no fuera veneno o que no había caído en los encantos de la mujer.

Comieron en un silencio sepulcral o así era como lo sentía; en todo el transcurso de ingerir la comida Lily observo de reojo a la mujer, que comía sin inmutarse por sus miradas.

Cuando la mujer dejo los palillos encima del cuenco y dijera un gracias por la comida. La miro haciendo a Lily sudar frio, trago la comida y esquivo la mirada.

─Karin, sé que estas molesta por lo de ayer, y me disculpo por gritarte sé que no fue la mejor manera de abordar el problema. Mamá solo está un poco estresada. Te lo compensare, comprare tus bollos al vapor de carne que te gustan, aunque regresare un poco tarde a casa.

La mirada de disculpa de la mujer tuvo un efecto en ella. Era como su madre a veces chocaban, pero al final se las arreglaban para reconciliarse.

─Está bien.

El sonido de su voz hizo que Lily se tensara, al mismo tiempo que sonó el golpeteo de la puerta que rápidamente dirigió su atención, sin notar como la mujer se ponía por un instante rígida antes de relajarse.

La mujer abrió la puerta con normalidad como si pasara nada. Había dos hombres uniformados con colores grises, hablaron en voz baja por lo que Lily no pudo escuchar.

Lily se tensó tanto que sus músculos le dolieron, pensando lo peor palideció.

─Karin, regresare tarde, no me esperes despierta y come lo que sobra de la olla. Mamá te quiere.

El tono cariñoso y maternal hizo que Lily se relajara un poco mientras observaba como la mujer pelirroja se marchaba con el par de hombres.

La puerta se cerró cortando la luz que ingresaba por la puerta, apenas había podido verlos la luz que ingresaba de afuera era demasiado fuerte para sus ojos apenas pudo adaptarse para ver al par de hombres desconocidos; y esta casucha estaba demasiada sombría la única fuente de luz era la ventana que estaba junto a la cocina.

«Ahora lo más importante es...»

─¿Dónde diablos estoy?.

Flor de membrillo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora