-XII-

1.7K 148 33
                                    

-Joder, Deku de mierda, duele ¡maldición!

-Lo siento Kacchan, pero debo limpiar la herida bien.

-Nada de esto hubiera pasado si solo hubieras aceptado que el pelos de mierda fuera a la maldita misión también.

-Katsuki, yo sé lo que hago con mi agencia, además ganamos ¿No es cierto?

El chico, de 20 años, chasqueó su lengua dando por terminada la discusión, odiaba lo jodido que se ponía el nerd de Izuku cuando se trataba de Kirishima.

No entendía el afán de todo eso ¿Por qué lo aceptó en su agencia en primer lugar? Ni siquiera los dejaba acercarse en horas laborales; mierda...ya era la tercera vez que quedaba tan lastimado por los villanos, al menos ahora sí podía seguirle el ritmo.

Tal vez era su culpa, se había acostumbrado a la protección de Kirishima, no podía concentrarse en defenderse y ganar al mismo tiempo, el maldito había pensado por él todo el tiempo, y puede que por eso le suplicó a Izuku que lo aceptara ahí con él; ¡Oh! Ya veía porque lo aceptó.

-¿Piensas en Eijiro verdad?

-Nunca tuve que pensar en proteger mi espalda, él lo hacía... Si tan solo lo dejarás...

-¡Dios, Katsuki, no! No dejaré que ese idiota se robe lo único que es mío.

Luego de ese grito sintió el ya tan conocido dolor en su cuero cabelludo; se hizo común que cuando intentara hablar del pelirrojo, Izuku simplemente, explotaba, realmente daba miedo.

Pero ya no era un miedo de un niño al que le llamaba la atención su mayor; ahora genuinamente le temía a ese hombre; joder dolía, era la fuerza del número 1, claro que lo podía doblegar en un santiamén.

-Yo te crié, te hice para mí, Katsuki; no dejaré que un idiota robe ni un segundo de tu pensamiento.

Le enojaba no poder hacer frente a la mierda que le hacía, como lo controlaba o como decía exactamente la verdad; porque él fue criado para Izuku, fue un molde para ser exactamente lo que el mayor quería.

Y eso nunca le molestó, porque él quería ser de Izuku; porque ese sentimiento, que creyó admiración, ahora latía por el peliverde.

Le jodía dejar que lo tratase como le placiera, sabía que estaba mal, pero ya estaba tan acostumbrado a ese trato que solo veía lo bueno.

Veía cuando se veía feliz, como cuando el peliverde iba a su casa a visitarlo, amaba los momentos que pasaban ahí; o las palabras tan lindas que salían hacía su persona.

Con ese inútil se sentía amado, y eso quería, ser amado por Izuku; eso conllevaba doblegarse a su voz cada vez que hablaba, y eso más que asustarlo... Le atraía, algo se encendió en su interior, quizás esa misma llama que Izuku ocultaba dentro suyo.

El sentimiento podrido y retorcido que los llevaba a volver el uno al otro como si orbitarán el cuerpo ajeno... Como si no pudieran vivir sin su compañía.

-Entonces enseñame, idiota.

Aún sentía el dolor en su cráneo, pero notó como el agarre decaía; sabía a qué se debía, su rostro ya no mostraba el dolor que siempre le causaba, ahora mostraba una sonrisa, una sonrisa desafiante; esa cara removió el interior del peliverde, porque no sabía qué cara le parecía más bella.

-Si no puedo ser de nadie más... Enseñame a no necesitar a nadie que no seas tú.

Se pudo oir como algo se rompía dentro de Izuku, esa pequeña cuerda que sostenía su cordura; de un momento a otro sus labios estaban luchando por el poder.

Era el primer beso que compartía con Bakugou, le sabía a gloria... No, era gloria, había ganado; le fascinaba la sensación de los labios ajenos entre los suyos.

Y la rudeza que había en él, no podía describir mejor la torcida relación que estaban a punto de moldear; pero eso no era un problema, ambos sabían que algo como lo de ellos nunca podría ser tranquilo o mínimamente suave.

¡Te superaré! (dekubaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora