El sufrimiento De La Princesa Rhaenyra I Targaryen

Capítulo 2

Rhaenyra reconoció la voz de un hombre un día y supo que Otto Hightower le había dicho donde estaba.

Jason Lannister, el hombre que podría pagar todo el oro que quisiera por una noche con ella.

Ella lloró cuando fue vendida a él, y no hubo nada que pudiera hacer para evitar que él pusiera sus asquerosas manos sobre ella.

Fue la primera vez que fue vendida, cuando más hombres que podían pagar la cantidad de oro que se pedía por ella llegaron, la mujer que la mantenía cautiva no dudaba en venderla.

Jace no sabía lo que pasaba con ella esas noches, y así su pequeño niño cumplió pronto cinco años, que para ella fueron eternos.

Ella jamás pudo dejar de llorar luego de una de esas noches, y Jace la abrazaba cuando ella lloraba. Rhaenyra sabía que no podría ocultarle lo que pasaba por mucho tiempo más, y tenía miedo de que le hicieran daño a su hijo, él llevaba sangre valyria y de los primeros hombres, ella intentaría matar a cualquiera que intentara dañar a su pequeño niño, pero ¿Podría lograrlo?

No era más que una prostituta, y Syrax, su amada Syrax estaba atada con cadenas en pozo de dragones para que nunca pudiera llegar hasta ella.

Cuando Jace cumplió los 10 años, él comprendía lo que pasaba con su madre, él era obligado a trabajar en ese lugar, y cada vez que intentaba defender a su madre, era maltratado y como su madre intentaba defenderlo, ella también era maltratada.

Más de una vez ambos tuvieron que dormir abrazados en una celda a la intemperie, pero al menos esas noches dormían a salvo, sin que nadie quisiera poner sus asquerosas manos sobre su madre.

Un día luego de que Rhaenyra saliera de su celda junto a su hijo, una mujer que buscaba mujeres para comprar fijó su vista en ella.

— Ella no está a la venta — dijo su captora, era obvio que no la dejaría pues los hombres pagaban demasiado oro por pasar una noche con ella.
— Déjame ver su rostro, puedo pagar mucho por ella — dijo la mujer de cabellos negros y acento extranjero.
— Dije que no está a la venta, puedes llevarte a todas las otras mujeres, pero ella se queda — dijo la mujer duramente y Rhaenyra abrazó a Jace cuando él se asomó detrás de ella.

— ¿Tal vez el niño? — preguntó la mujer y la dueña del lugar la miró con desprecio.
—!El niño también es valyrio, hombres y mujeres pagarán mucho por él también cuando tenga la edad — dijo ella y Rhaenyra apretó a su hijo contra ella.
— Entonces solo déjame poder tocarla — dijo la mujer pagando el oro suficiente para acercarse a Rhaenyra.

Arrancaron a Jace de sus brazos, y Rhaenyra apartó la mirada sin saber que quería hacer esa mujer con ella.

— Dime tú nombre, rápido — dijo la mujer fingiendo que besaba su cuello

Rhaenyra no sabía que pasaba ¿Su nombre? No usaba su nombre hace mucho, solo la llamaban puta, zorra, inútil y tantos otros insultos que calaban en su alma.

— R-rhaenyra, mi señora — dijo ella temblando y sintió a la mujer tomarla del rostro.

— No huiste con Harwin Strong, todo fueron mentiras — dijo la mujer y fue expulsada del lugar cuando ella intentó hablar con Rhaenyra.
— Ya la tocaste, ahora vete, no quiero que compres a nadie, llévate tú oro — dijo la dueña del lugar.
— Soy Mysaria ¿Me recuerdas princesa — dijo ella y Rhaenyra enfocó su mirada temerosa en ella.

La reconocía, la antigua prometida de su tío. Había pasado tanto tiempo, que apenas la había reconocido.

La mujer fue sacada del lugar y Rhaenyra interrogada duramente sobre quién era ella.

Ella no respondió nada, porque apenas sabía de Mysaria, pero aún así fue enviada nuevamente a una celda junto con su pequeño hijo.

— Todo estará bien mi dulce príncipe — dijo Rhaenyra besando la frente de su hijo — Sé valiente mi pequeño niño — dijo ella y Jace lloró abrazada a ella.
— ¿Por qué nuestra vida es así? ¿Por qué no somos libres? — preguntó él llorando y Rhaenyra lo abrazó.
— No lo sé — lloró ella que solo quería un abrazo de su madre, hubiera querido morir, pero si ella moría Jace quedaría solo en el mundo, y ella sabía lo que era estar sola en el mundo.

Mysaria cabalgó rápidamente y tomó un barco que la llevaría a Pentos.

Llegó en un terrible momento, hacía casi 6 meses que la esposa del príncipe Daemon había fallecido, y él aún rechazaba las ofertas de Rhaenys Targaryen de que la dejara llevarse a Baela.

Su relación con los Velaryon se había quebrado, y él se negaba a ir al palacio con su hermano.

Mysaria lamentó causarle más dolor. Por 10 años él había buscado a su sobrina, ella lo sabía bien, él le había pagado para que ella le llevara información, incluso Laena la había buscado.

Él mató a Lyonel Strong interrogándolo sobre donde había llevado Harwin Strong a su sobrina, pero Lyonel prefirió morir antes de decir algo, sobre como había muerto su hijo, y sobre que nunca fue verdad que la princesa había huido con él, avergonzado porque su hijo había tenido un bastardo con la princesa.

Daemon jamás pudo encontrar a su sobrina que había huido con Harwin, porque ella jamás había huido.

— Si sabes algo dímelo ahora — dijo Daemon mirando a Mysaria con furia — Quiero saber a donde huyó ella, ¿Cómo es posible que haya abandonado a todos por Harwin Strong? — preguntó él y Mysaria acarició su rostro.
— Mi príncipe — dijo ella con la voz entrecortada, recordando la triste mirada de Rhaenyra, y el pequeño niño abrazado a su cintura.
— Dime ahora — gritó él sin entender el rostro de Mysaria.
— Te mintieron mi príncipe, ella jamás huyó, ella fue vendida — dijo Mysaria y el rostro del príncipe cambió totalmente, el pánico y la ira combinados.

— ¿Qué? — preguntó él apretando el brazo de Mysaria.
— Mi príncipe, los Hightower la vendieron a un burdel, ella y su hijo llevan 10 años allí, hicieron de ella una prostituta — dijo Mysaria y él no le creyó, no le creyó hasta que ella le juró que era verdad, y cuando él amenazó con dársela de comer a Caraxes y ella siguió repitiendo lo mismo, él le creyó.
— Ve por ella, yo cuidaré a Rhaena y Baela — dijo Mysaria y Daemon abandonó Pentos en Caraxes.
— ¿A dónde va papá? — preguntó Baela abrazada a las faldas de Mysaria.
— A hacer justicia mi niña — dijo Mysaria y Rhaena la miró sorprendida.
— ¿Quién es la princesa Rhaenyra — preguntó Rhaena que había escuchado algo.

— Es la mujer con quién se iba a casar papá cuando el rey lo exilió — dijo Baela que conocía la historia, por lo que los bardos cantaban.
— Algo así — dijo Mysaria contándoles la historia a las niñas, dentro de lo que se podía contar.
— Papá tiene que ir por ella — dijo Baela sonriendo — Y matar a los que le hicieron daño — dijo ella y Mysaria sonrió.
— No dudes que lo hará, ahora ustedes vayan a la cama, no quiero seguir haciendo de niñera — dijo Mysaria y ellas se fueron a dormir.