Harry odia la Navidad pero lo que el Alfa no sabe es que este año, esta celebración no va a ser la misma de siempre. Y va a traer consigo a un hermoso Omega y su adorable cachorrito.
O, donde Louis y su cachorro no tienen donde pasar la Navidad y co...
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Dos años habían pasado desde que Louuis y Harry se conocieron en aquella panadería, Max cumple ocho años en dos días y la pareja ha estado de aquí para allá sin descanso alguno organizando la gran fiesta de su pequeño cachorro.
Bueno, no tan pequeño ya.
El pequeño omega tenía en mente una pequeña celebración entre amigos y los más allegados, Jake y sus padres Zayn y Niall, tal vez podía invitar a sus compañeros de la cafetería y por supuesto los amiguitos de su cachorro, ellos sin duda estarán allí. También había pensado en Gemma y su alfa, esta última es la hermana menor de Harry y la había conocido ni bien tuvieron la oportunidad de vacacionar en la casa de la omega durante los últimos dos veranos.
Max amaba a sus nuevos tíos.
~☆~
El tan esperado día había llegado y para mala suerte de la ansiedad de Louis, el rizado alfa se negó a hacer algo pequeño en celebración de su cachorro, “Mi cachorro pidió una mega fiesta y voy a dársela, omega” fueron sus palabras.
Louis había terminado de ayudar a Max con su atuendo mientras el pequeño luchaba con sus rizos dorados que ahora estaban más largos.
–Te lo dije cachorro, debiste cortarlo un poco. – le dijo el mayor.
–Jamás, mamá. – le respondió el niño de ocho años ahora.
–Cariño, no lo cortas desde los cinco años. – volvió a hablar el omega mientras observaba al niño a través del espejo.
–Y no voy a hacerlo, quiero tenerlo como papa. – dijo el menor.
Louis se limitó a dedicarle una cálida sonrisa a través del objeto de vidrio.
–Está bien si así lo quieres, cariño. – habló el omega mientras se dirigía a su habitación, era su turno de ducharse.
Abrió la blanca y pulcra puerta de esta y se encontró con su alfa en frente del espejo de pie que tenían en su cuarto. El ojiverde luchaba con sus rizos rebeldes mientras intentaba peinarlos hacia un costado con sus manos. Por un momento sintió que era un deja vu, que había vivido esto antes pero recordó que su hijo estaba en las mismas condiciones en su habitación y sonrió para sí mismo.
El alfa lo miró a través del espejo y se giró hacia él.
–¿Que trae tan feliz a mi bello omega y por qué no soy yo? – el rizado se acercó y lo tomó de la cintura para atraerlo a su pecho.
–Es que recordé algo, alfa. – respondió el castaño.
–Y qué es eso que vino a tu preciosa mente, exactamente? – Harry le robó un corto beso de sus labios.
