13. A suffocating promise.

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Sentía como se dormía mi piel en la cual se seguía estrellando su mano pesada. Su cuerpo me aplastaba, aventaba mis manos las cuales temblaban y se mezclaban con las suyas. Solo quería detenerlo, pero el impacto de lo que hacía me dejó hundida en mi interior. De un momento a otro, tan solo segundos, dejé de sentir su mano, incluso su cuerpo se levantaba del mío, dejándome respirar y sacar más gemidos de dolor por el ardor y lo desquiciada que estaba.

"Hmm… Ughhh..." No podía levantarme de la cama, temblaba en ella al igual que mis manos la cual una de ellas cubría mi mejilla y sentía como quería partirse. Mi cuerpo se volteaba sin despegarse, haciéndome pequeña para su sombra que miraba mi vulnerabilidad.

"Es la última advertencia que te doy, si no quieres ver algo peor." Estaba agitado, pero al mismo tiempo podía escucharse tranquilo, como si él mismo estuviera intentando controlarse.

Pasaba un segundo y mi cuerpo se ocultaba más en la cama. Tenía miedo, era la primera vez que era golpeada de esta manera, nadie me había tocado, excepto mi padre, el había hecho más, pero fue hace años, cuando estaba en esta vida.

Quería huir de aquí, aumentaban la ganas de alejarme de este hombre, pero el miedo de sentirlo se apodero de mi cuerpo tembloroso. La cama se aplastaba, y mis manos fueron tomadas por las suyas. "Ahg, Bill…" Las palabras apenas cedían, mientras mi rostro se pegaba en mi hombro tratando de no verlo.

Jalo de mis muñecas, dejándome sentada en la cama, pero mi cuerpo solo pedía ser soltado y se inclinaba hacia atrás.

"Mírame." Su voz era más grave de lo que ya lo era. Mis pelos se ponían de puntas por sentir su mirada impregnada.

"P-por favor… Bill… ¿qué te pasa…?" Apretaba los dientes por cada palabra. Mis ojos se llenaban de lagrimas al temer más por lo que podría pasarme en este momento, y los sentimientos hacia la muerte de Draven, seguían presentes en este instante, sintiéndome más débil de lo que podría ser, algo que nunca se había visto para defenderme, hombres intentaron tocarme, pero me defendía, pero no pude hacerlo ahora con este hombre que veía tan diferente a como creía que era.

"Mierda, ¡que me mires!" Apretó mis muñecas y se podía ver de nuevo enfadado.

Juraba que soltaría una de mis muñecas y volvería a golpearme, así que no tuve elección más que hacer caso. Volteé sintiendo escalofríos, viendo borroso, ardiendo más los golpes, sintiendo la sangre resbalar, y mi planta del pie con pinchazos de las agujas pisadas.

Dio un suspiro, agachando la mirada y volviendo lento a mirarme. "Realmente te vez como un juguete destrozado, pero sabes…" Mis ojos se cerraban, mi boca se apretaba y su mirada se volvía más cruel, no le importaba ver como había dejado mi rostro golpeado. "Eso es lo que pasa cuando el juguete es desagradable para su dueño, ¿entiendes? Tú hiciste algo desagradable para mí, así que compórtate, Lei." Cada palabra que salía de su boca, pegaba en mi rostro mirando hacia otro lado que no fuera él.

Estaba perdida en mis pensamientos, seguía viendo como me golpeaba, al igual que su rostro frío. Hasta que su mano dio una pequeña movida en mi mejilla morada. "Ahhg…" Era increíble la manera en que me hacia sentir en este instante, cada vez apoderándose más de controlar el miedo que sentía en mis entrañas.

"¿Entiendes?" Había soltado una de mis brazos, dejando que este se sostuviera en la cama y pudiera alejarme más de su cuerpo parado enfrente de esta.

"…Si…" Murmure llevando mi rostro a la cama, y esperando a que soltara mi otro brazo que empezaba a doler, pero no podía compararse con mi mejilla y mi cabeza, sintiendo como las vendas se aflojaron y estaban a punto de caer.

Termino por soltarme, dejando que mi cuerpo se extendiera de nuevo en la cama y se quisiera impregnar en ella para dejar de verlo. No sabía lo que ahora hacía, pero se escuchaban las mismas llaves que tenía, esta vez dio un golpe, había abierto algo.

The worst nightmare... ; Bill Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora