─────BOYMEETSEVIL; ❝ Mi pagana apasionada, boca sucia con voluntad de acero se había roto.❞
Rhaenyra Targaryen x Oc masculino.
La casa del dragón.
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❝ Tu alma me persigue y me dice: todo estará bien pero,
yo quisiera estar muerta.❞
━━ ˓ ֹ 𖥻AEGON EL MAYOR CREYÓ QUE AL RETORNAR AL DESEMBARCO DEL REY SERIA RECIBIDO CON AGRADO, sin embargo, tras enviar mensajes » Que vuelen los cuervos, para que todo el reino sepa que la gran amenaza, el consorte de la usurpadora ha muerto y que su legítimo rey vuelve a casa, a reclamar el trono de su padre« solo clavaria su tumba.
Rhaenyra junto a su hijo les pusieron grilletes en cuello, muñecas y tobillos con el fin que no intentaran fugarse pero, la huida jamás ocurrió y al segundo día que Aegon se digno en querer en regresar al desembarco. Fueron los rugidos de dragones que se escucharon en la lejanía al igual que el abatimiento de las alas, flotas Velaryon se asomaron en el horizonte con numéricas tropas; al rescate de la reina y del principe.
Entonces, el esfuerzo del usurpador por ocupar algo que nunca le perteneció fracasó de una manera estrepitosa. Fuegosolar ni siquiera podía mantener una lucha. Rhaenyra se escabulló por pasadizos custodiada por su protector e hijo, a quienes solo conocía con tal de no ser atrapada por otro lado. Aegon II conoció el terror. El príncipe Daemon Targaryen arribó en Rocadragón acompañado con refuerzos, entre ellos Ser Laenor, quien no se reflejaba tan misericordioso. No fue difícil dar con los traidores que, como ratas, trataron de escapar, pero los dragones son más veloces que los miserables humanos. Aegon el mayor terminó siendo torturado, lo humillaron para que, al final, el golpe final lo diera Laenor, que sin piedad lo entregó a Bruma, su dragón.
El rescate fue todo un éxito, aunque...
— Lo siento... lo siento — masculló la reina con un audible hilo de voz mientras se sostenía de los brazos del hermano de su difunto esposo. Aegon el menor rompió en un sonoro llanto— Mi... mi esposo... tú hermano... fue asesinado.
Laenor boqueó porque muy a sus adentros quiso creer que era una mentira, Daemon parecía perplejo, ni triste ni contento, y Lord Corlys, que arribó, quedó estático contemplando la escena, devastado. No solo perdió a una esposa, sino que otro de sus hijos; perder a Laena fue extremadamente doloroso, pero perder a Rhagnar significaba un sentimiento más allá: su primer hijo, su primera ilusión, su orgullo, desvanecido tan deprisa.
— Mataste... mataste a mi hijo — deseó morir al tratar de acercarse a la mujer, pero cayó a la arena de rodillas— ese... ese matrimonio siempre fue un error, mierda, si tan solo no hubiese codiciado de más, todos estarían con... conmigo.
Las lágrimas quemaron cada palabra del Velaryon, y Rhaenyra la consumió la tristeza, la culpa y las hormonas del embarazo.
— Abuelito — susurró Aegon III con aflicción.
Dicho acontecimiento marcaría un antes y un después en el reinado de Rhaenyra Targaryen, la mujer que lo perdió todo. Los siguientes días del rescate, la reina pasó en cama, siendo remplazada temporalmente por Daemon. No obstante, las tragedias no terminaban allí; Aethan Velaryon, el candidato del Trono de Hierro, murió ocho lunas posteriores. Se dice que no resistió la noticia de la muerte de su padre, por lo que, una madrugada, se arrojó por el Torreón de Maegor. Su madre estaba profundamente dormida, debido a los tranquilizantes que los maestres aplicaron.
