XXIX.Your ghosts.

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XXIX. Sus fantasma.

 Sus fantasma

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❝Incluso en un mundo donde tú ya no estes,

yo no me rendiré.❞

━━ ˓ ֹ 𖥻 EL SUAVE SONIDO DE UNA BRISA INEXISTENTE CORTABA EL LUGUBRE SILENCIO. La oscuridad del paraje, acompañada de una densa neblina, era el reflejo de la soledad que se percibía. En medio de la bruma se encontraba un hombre; el consorte de la reina Rhaenyra Targaryen. Aunque en los últimos días estuvo precavido, esta vez demostraba ser alguien totalmente diferente, como si el paso del tiempo lo hubiese deteriorado. La determinación que se colaba en el rostro se transformó en un semblante melancólico.

— ¿Visenya? —la ronca voz de Rhagnar hizo eco— Laena, Lucerys, mamá, Viserys, Jacaerys y Rhaegon, ¿dónde están?

Buscaba entre la negrura a aquellos que habían perdido inesperadamente. Sin embargo, nunca obtenía una respuesta contundente; simplemente era cómplice del agónico mutismo.

— Lamento no haberlos protegido —dijo con la esperanza de que lo escucharan—. El trabajo de un padre es proteger a todos sus hijos... lo lamento tanto.

» Papá... sigue adelante. «De pronto, un sutil tono retornó.

— ¿Cómo pueden ser tan crueles? —susurró en un alarido—. Debí impedir a mi hermana dirigirse a la muerte, debí socorrer a mi esposa, debí negar a Lucerys ser mensajero, debí ser yo quien hubiese muerto en vez de mamá, debí ir solo a rescatar a Aegon, debí, debí.

» El trabajo de un padre, de un hijo y de un hermano es dar amor. Lo hiciste perfecto. «Las voces se unieron en una sola.

Aquello abrió paso a la esperanza y al estar a punto de responder, una luz cegadora lo perturbó; había despertado para su mala suerte, un hecho que lo deprimió. Pese a estar aún en el escritorio, el sentimiento de tristeza continuaba latente.

Dejó de un lado las plumas, arrugó los papeles en tinta y quedó allí observando a la nada. Últimamente, la salud mental del consorte real había entrado en un estado de declive, pues, en ocasiones, le costaba distinguir la realidad de lo irreal. Dormía relativamente poco, además se aisló considerablemente de las personas cercanas, excepto de su esposa, con la que recientemente lograron retornar a una relación más estable.

Ambos ganaron, pero, a su vez, perdieron.

— La reina lo ha estado buscando, mi señor —la delicada voz de Shaenys lo sobresaltó—. Es mejor que regrese antes de que manden al lunático príncipe Daemon en su búsqueda.

El repentino comentario generó una carcajada de esas que alegraban los corazones.

— Aún conservas el potencial de sacarme risas —se levantó y se dirigió a la joven—. Agradezco tu lealtad, Shaenys.

Boy meets evil | Rhaenyra Targaryen ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora