Día De Trabajo

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Es el cumpleaños de Crisa. Toda la familia está cantándole una canción de cumpleaños antes de que muerda el pastel. Ella está apenada, ¿De qué otra manera te sientes cuando toda la atención que recibes es puramente incómoda? Tiene 12 años, y como todo pre-adolescente comienza a sentir que los cumpleaños en familia son incómodos. No eres más un niño, y las cosas infantiles no son para ti, pero no te creen mayor como para tratarte diferente. Es hora de que Crisa muerda el pastel. Saco mi celular para tomar una foto, y cuando su rostro ya está más que dentro del pastel, veo en la pantalla a una Crisa podrida, descompuesta, comiendo los restos de lo que al parecer era mi madre. Suelto el celular, mis frías y temblorosas manos no pueden sostenerlo más y cae al suelo. Contemplo la escena directamente, sin ver a través de una pantalla. Crisa voltea a verme. Sus ojos se fijan en los míos, son intensamente rojos y su mirada es violenta. Suelta un gruñido y salta hacia mí. Despierto bañado en sudor.

El agua tibia recorre mi cuerpo. Es el primer momento relativamente normal que he tenido en los últimos dos días. Mi cabeza aún duele, por lo que la mantengo alejada de la caída de agua. No sé si he decidido tomar un baño por que me sentía sucio, o por que es el lugar mas relajante y adecuado para pensar hoy en día. Pienso en todo lo que les pudo haber pasado, estuvieron realmente en peligro. No debí intentar ser un héroe. No lo soy. Cierro el paso de agua y tomo mi toalla. Me quedo inmóvil al menos otros 10 minutos, y estoy completamente en blanco. 

Es temprano, y Crisa sigue dormida. Creo que aún no sabe que llegué. Bajo aún con el cabello mojado y mi madre está sentada en el sillón, y también parece estar en blanco. Sus manos juntas frente a su nariz, casi como si estuviera rezando. Pasa unos segundos así, y después voltea a verme, como si apenas hubiera notado que estoy ahí.  

-Perdón por lo de ayer - me dice, refiriéndose al golpe que me noqueó cuando llegué aquí - pero no sabía que pensar. Creí que estábamos solas, ¿Entiendes? Ya no estabas, y no había nadie vivo afuera. Quiero entender qué está pasando. Quiero...

-Lo sé -  digo, interrumpiéndola. No quiero que se sienta mal, mucho menos perdida. No ahora que tengo que regresar con el grupo de Eric.- Hoy buscaré respuestas

-¿A qué te refieres?

-El día que salí, fue al supermercado. Y algo pasó.- Se pone pálida, pero debo decirle todo. No planeo pedir permiso, pero al menos le haré saber de dónde vengo y a dónde voy - Fui a buscar cosas que nos pudieran servir para sobrellevar los días siguientes.- Le digo mientras me siento junto a ella y sostengo su mano, que está temblando. - Sabía que la gente correría a las tiendas por víveres, y decidí que no nos quedaríamos fuera. Fui al supermercado que está a seis calles de aquí y... surgió un percance. - No le daré TODOS los detalles, por su tranquilidad. - Ahí me encontré con un grupo de gente que me ayudó a salir de ahí, y dejaron que me quedara en su lugar por mi seguridad, pero me hicieron prometer que iría con ellos hoy. - Ugh, eso suena tan mal.

Se queda callada por un momento, besa mi mano. - Haz lo que debas,- Dice - Sólo asegúrate de volver con nosotras.- Se queda callada un momento, veo cómo las lágrimas llenan sus ojos y siento cómo su mano aprieta la mía cada vez más. 

-¿Qué pasa? - Le pregunto. Agita la cabeza.

-Nada. Ve. Y regresa para cenar.

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Veo a Eric hablando con Amanda, y al parecer algo lo tiene molesto. le da la espalda a Amanda y se apoya en la camioneta. En ese momento levanta la mirada y me ve caminando hacia ellos. Se levanta y se acerca a mí.
-Pensé que no llegarías - dice en un tono algo burlón.
-Déjalo, es su primer día.- le grita Amanda mientras sube al asiento del conductor
-¿Primer día? - pregunto. - Primer y ÚNICO día. Accedía venir hoy.
-Una vez que veas lo que hacemos -dice Eric mientras sube a la parte trasera de la camioneta - querrás hacerlo otra vez.
Tal vez me hayan salvado, pero no sé qué hacían ahí para empezar. Todo era un caos y ellos salieron de la nada. Además, después de salvarme me "reclutaron" y ahora voy a ir con ellos a no-sé-dónde a hacer no-sé-qué, pero debí ver todas éstas señales antes, no ahora que estoy más que metido en esto.
-¿Vas a subir o te irás caminando?- Dice Eric. No es la persona más agradable en el grupo, pero no quiero meterme en problemas sin saber con quién los tendré.
Subo a la parte trasera con Eric. Amanda y Howard van al frente.
La primera parte del camino me la paso viendo mi reflejo en la ventana que está detrás de Amanda y Howard. Mis heridas están algo rebajadas. casi vuelvo a la normalidad. Me voy preguntando si algún día crecerá algo de barba, bigote, o esa ceja izquierda que parece cortada se cerrará algún día. Necesito algo para verme más varonil. Mis escasos 1.70 metros de estatura ni mi complexión escuálida me hacen parecer ni una pizca de lo intimidante que se ve Eric.
Eric es alto. Mide al menos 1.80 metros y, a diferencia de mí, su musculatura es digna de reconocerse.
Sus ojos son verdes, un poco menos coloridos que los de Crisa.
Se ha rasurado la cabeza y sus facciones son toscas. Parece un auténtico actor de películas de acción.
Howard abre la ventana y me pasa una escopeta. ¿Qué diablos espera que haga?
-¿Sabes usarla, no? - pregunta. Ésta vez lo hace con un tono serio. Lo que sea que vayamos a hacer no es un juego de niños.
-No.- Respondo. Temo que se burle, pero no lo hace.- Me sentiría mejor con algo menos impactante.
Eric toma la escopeta. - ¿Y el arma que te dí ayer? - Pregunta.

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