Samirah
Al principio estaba enojada por la injusticia y la tiranía del doctor, pero hay que sacarle lo bueno a cada situación, no quiero decaer pensando en que tengo la vida de una persona en mis manos ¿qué doctor confía en un estudiante que está en octavo semestre? Esto podría haber sido un desastre. No sé cómo he salido adelante a pesar de todo lo que me falta por aprender.
No he tenido descanso. Los pies y la espalda me están matando. Necesito un masaje, una siesta de un año, ir al baño, ir a mi casa...
<<Por favor>>
Solo me falta un paciente del piso VIP. Las enfermeras me tiran sola al matadero porque según ellas tienen otras cosas que hacer y lo hice bien con los anteriores pacientes, por ende se alejan tranquilas. Si, también creo que se fueron a comer.
Abusadores.
Me quedo de pie fuera de la habitación. Muevo el cuello de un lugar a otro, al igual que los hombros. Tomo una bocanada de aire y, al abrir la puerta, pongo mi mejor sonrisa. Se cae al ver el interior.
—¡Por Dios, señora Cowan! Acuéstese, no se puede agitar —la encuentro regando las plantas.
—Querida, es imposible que me agite dándole amor a estas bellezas —responde sin voltearse.
Vuelo a revisar su historial y, en definitiva, debería estar acostada. Me dejan sola con la más terca.
—Esta bien —camino hacia ella —por ahora acueste en la camilla para revisarla.
Gracias a Dios hace lo que le digo.
Me queda mirando fijamente.
—Cásate con mi nieto —suelta de repente.
La miro con los ojos abiertos.
—¿Cómo se siente hoy, señora Cowan? —Cambio de tema.
—En serio, ven, mira —alarga la mano y coge un cuaderno de la mesita.
Me acerco curiosa.
Saca una foto.
—Este es mi nieto. Toda una ternurita, ¿cierto? —Observa la foto con amor y me la extiende.
Se la recibo por educación, no estoy interesada en salir con nadie y mucho menos casarme. Ya tuve suficiente de ellos.
Detallo la imagen; hay un niño desnudo caminando a las afueras de una propiedad. A plena luz del día. Sus piecitos se perdían en el césped.
<<Que rara forma de presentar a su nieto. No le da para hacer de casamentera.>>
—Si, muy tierno y...libre —le regreso la foto.
—¿Cierto? Apenas tenía siete años y mira como lo tenía —lo señala —los doctores estaban asombrados por su crecimiento.
Ah...
—Ya...yo lo veo normal para su edad.
—¿Cómo puedes decir eso? Mira bien—acerca demasiado la foto a mi cara que ahora creo que estoy tocando el amiguito de su nieto con mi nariz.
—Ah, sí. Lo veo...
—Si. Era toda una belleza —saca otra foto, ahí tiene alrededor de nueve años —fue creciendo muy bien...si sabes a lo que me refiero.
Madre mía...
—Ok...
—Si, si. Te aseguro que ahora es grande y con un grosor que te pondría la piel de gallina —dice orgullosa —. Además, si así de guapo era de pequeño imaginate ahora, ¡es todo un galán!
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Cayendo en el amor
RomanceEllos no se conocen en las mejores circunstancias y terminan odiandose, ¿qué tendrá que pasar para que caigan en el amor? .... Samirah es estudiante de medicina, tiene una deuda que ni en su otra vida podrá pagar y una pasión que pocos conocen y que...