VI - Laberinto De Remordimientos

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Pov: Lufmarino.

Ya en un amanecer sereno y agradable, ambos Luffys se dirigían hacia el barco del pirata. Los pensamientos y emociones del joven marino estaban dispersos por todas partes, ¿Por dónde podía comenzar? Era parte de la marina, y esa persona que estaba a su lado, su rival, contrincante, a quien en teoría, debía capturar... Obviamente no tenía dicho poder para hacerlo, y ahora esa no era el único inconveniente, si no que... Le estaba comenzando a agradar, una parte de si mismo lo negaba rotundamente, era un estúpido analfabeta que parecía que no sabria lo que hace, pero, mierda, le ha demostrado lo contrario, simplemente no podía...

- ¡Luffy! - Se escuchó a lo lejos, era aquella chica corriendo hacia su capitán, se notaba algo inquieta.

- ¿Qué pasa, Nami? - El chico ladeó un tanto su cabeza, arqueando la ceja.

- Es la marina. - Lo agarró de un brazo para luego jalarlo y llevarlo con ella.
- Si si, yo también voy eh. - Refutó mentalmente. Por alguna razón, su mente estaba tan perdida que, no analizó lo que la chica había dicho; marina, marina, marina, su oportunidad.

Pov: Normal.

Acelerados, subieron al barco, el último en subir fue el naval. - Ya, agarrate. - El capitán del barco pirata le extendió su mano, para que este se apoyara y escalara con más facilidad, el chico estiró su brazo para agarrarse del pirata.

El barco comenzó a temblar fuertemente, haciendo que ambos Luffys cayeran de nuevo a la isla, venga, no es muy difícil estirarse para ustedes, ¿No?

Otra bala de cañón arrasó fuertemente contra la arena, al lado de los jovenes, Luffy lanzó al marino hacia al barco, para después estirar sus brazos y agarrarse de la borda para subir rápidamente.

- ¡Franky! ¿Tienes algo nuevo? - Gritó el cocinero, tomando el timón dela nave y girándolo hacia el lado contrario del que se encontraba la marina.

- ¡Estoy súperrrr trabajando en eso! - Bajó hacia la parte baja del barco, donde se encontraba mayormente todas las construcciones e inventos del cyborg para el Thousand Sunny.

El espadachín saltó a una de las orillas del barco, avistando al enemigo. - Mierda.

- ¿Quiénes son, Zoro? - Se le acercó rápidamente el tirador. - Mierda.

- ¿Pero quienes están tras nosotros? - Subió ahora Brook, quien al ver al dueño del barco, se puso piel de gallina, "Aunque no tenga piel, Yohohoho". - Mierda.

- ¡Ya digan quién carajos es! - Gritó desde abajo la navegante.

- ¡E-es... El barco del almirante Ryoukugyu! - Gritaron las tres personas al unísono, enfatizando la última parte de dicha frase.

- Mierda.

Ryoukugyu, un almirante de la Marina, que cuenta con la habilidad de generar y controlar plantas a su voluntad. Realmente no se querían meter con ese tipo, y lastimosamente, él llegó a ellos.
Su única opción pacífica era huir, mientras los infiltrados en el barco se escondían. - ¡Torao, Ace y Luffy Marino! ¡A la cocina! - Gritó la dama de cabello anaranjado, quién estaba alistando las velas como se debía para la amarga situación en la que estaban.
Los tres hombres se dirigieron hacia donde se les indicó, menos el joven de fuego, quién deseaba atacar a la marina, a modo de desahogo.

- Portgas, déjalo. - Law tomó el hombro de Ace, apretándolo en seña de advertencia.

- Tú no entiendes un carajo, Trafalgar. - Agarró la mano del cirujano, y la quitó fuertemente de su hombro.

- Parece ser que no analizas bien la situación. ¿Cómo crees que reaccionará la Marina al verte? Según ellos estás cinco metros abajo.

- Agh, odio admitirlo pero tienes razón. - Aunque fuera su "hermano" o no, le estaba ayudando, al fin lo habían sacado de esa isla que ya lo tenía aburrido, peor aún, en compañía de un cerebrito.

Cruce de sueños: un capitán intemporal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora