Una de las memorias que más aprecio fueron las de ese momento en dónde entendí que no existiría otro cuerpo en este universo capaz de tocar mi alma con solo un gesto, que se adueñó de todos mis pensamientos y consiguió un dominio casi sobrenatural sobre mi
La idea del amor que tenía hasta ese día eran solo estupideces, pero aquella sonrisa inocente y esa mirada tierna me hicieron cambiar de parecer. Tenía un sentido del humor único que para muchos era raro pero a mí me cautivo desde el primer día, se que tenía que darle atención no era como los demás pero no iba a dejar que me lo pidiera ¿Por qué? Por el simple hecho de que con solo pronunciar mi nombre podía tener lo que quisiera de mi. Recuerdo a la perfección su cara, recuerdo a la perfección aquella mirada que solo deseaba alcanzar las estrellas lo interesante que su sueño se volvía una realidad para mí siempre que alcanzaba a ver todo su ser.
Yo siempre ame el chocolate, pero su gusto por el chocolate blanco no se me olvidó. ¿Cómo lo explicó? ¿Cómo demuestro algo que no abandonó mi cuerpo pero ya pasaron varios años? Gracias a esa persona descubrí el placer de la vida y sin pensar las cosas lo diría con total seguridad. No existe otro ser humano que pueda lograr lo que tú hiciste, mereces que te felicité de verdad, déjaste la vara tan alta que muchas personas pasaran a segundo plano, y ahora solo busco algo una conexión que me haga sentir que es verdadero.
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Memorias sin título
RandomEn el palacio de nuestros pensamientos siempre hay puertas, algunas cerradas por el tiempo y otras que siempre quieres mantener con llave para que nada pueda salir. Luego están aquellas que se abren delante de ti y te regalan sonrisas, que te enseña...